domingo, 27 de marzo de 2011

Sobre la culpa

La mayoría de los padres se acercan al grupo Renacer con sentimientos de culpa a veces muy indefinidos, a veces puntuales. Sabemos que este sentimiento es, en la mayoría de los casos, injustificado, pero debemos esclarecerlo para que el padre logre ver el error de concentrar valiosas energías en un camino sin retorno.

Dice Elisabeth Lukas, que la culpa es una parte esencial de la vida humana, es natural sentirla, pero también debemos saber que, como todo aspecto de la vida humana, tiene un sentido, y una cualidad redentora inherente a ella.

Cuando una persona se lamenta: “Si hubiera hecho...”, “si hubiera sabido...”, “si le hubiera dado...”, “si no le hubiera dado...” Debemos recordarle que siempre hicimos y vivimos de la mejor manera que supimos y pudimos. Seguramente, no quisimos herir o causar daño alguno, todo lo que hicimos creímos hacerlo porque así debía ser. Somos humanos, y como tales, cometemos errores.

Aún así, algunas personas persisten en sus sentimientos de culpa, y es útil saber que hay en ella un potencial positivo, esa cualidad redentora a la que nos referíamos; la que nos permitirá admitir nuestros errores pero saber también que con ese reconocimiento va implícita la oportunidad de resolverla a través del cambio para bien.

Regresar a las causas de nuestro comportamiento en determinadas circunstancias es inútil. Para Lukas existen cosas más importantes que hacer que desenterrar errores del pasado; el presente debe ser utilizado y el futuro planeado”, esto nos recuerda una frase de Séneca: “El hombre feliz archiva su pasado, pone en orden su presente y está en condiciones de reformar su futuro cuantas veces crea necesario”

Nosotros compartimos plenamente este criterio, de aquí se desprende que el “trabajar” y “elaborar” los sentimientos negativos, reactivando momentos dolorosos, no sólo no es positivo sino que impide que se vea con claridad cuales son las opciones hoy.

El pasado no puede ser cambiado, pero lo que existe aún, es la libertad de elegir la actitud con que enfrentaré el futuro.

El perdonarse y perdonar nos permitirá trascender el sufrimiento egoísta, el camino sin retorno, para elevarnos por encima de lo mezquino e inmediato, en alas de las fuerzas indomables del espíritu, más allá del horizonte, hacia una vida plena de sentido.

El perdón nos libera, rescatando lo mejor de nosotros mismos.

Cuanto cambie la vida, será el resultado de haber aprendido de los errores, y de esa decisión personal de continuar con firmeza y dignidad en esta empresa de vivir la propia vida, tal y como nos ha sido dada.

Momentos como éstos, en que un ser sufriente logra alcanzar la paz interior a través del perdón, es capaz de generar los más bellos y profundos sentimientos y reflexiones por parte de los demás integrantes del grupo, aun de los recién llegados, muchos de los cuales ven desaparecer su propia sensación de culpa ante este acto supremo de valentía y amor de quién tomó la opción liberadora del perdón.

(Del Mensaje de Renacer, sobre emociones, pasiones y sentimientos: (Niveles por los cuales pueden transitar los integrantes de un grupo)

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Deja aquí tu comentario o tu testimonio