viernes, 28 de noviembre de 2008

¿El amor puede morir?

Del libro “En la tristeza pervive el amor” de Elisabeth Lukas .

Al igual que el duelo, el amor no es un sentimiento puro. Ni siquiera un sentimiento de dependencia o de ciega servidumbre procedente de los campos del alma enferma. El amor verdadero no conoce la supuesta debilidad de la autoestima ni el correspondiente deseo de apoyarse en alguien firme, como tampoco le es propio el uso o el abuso de otra persona con fines egoístas. El amor verdadero no busca al compañero protector o estimulante, no quiere hijos que exhibir para el provecho propio ni ansía elogios ni ternura para autosatisfacerse. El amor no requiere absolutamente nada, es soberano, porque la «materia» de la que está hecho es el sí modesto y sin condiciones a la persona amada, como una estrella fugaz que sale despedida de los fuegos artificiales de la Creación. El amor es, como reza una opereta alemana, un «poder celestial».


Por todo ello es capaz de hacer lo que sea necesario: dejar ser al otro, dejarlo ir, no retenerlo, con lágrimas en los ojos si es necesario, pero con afecto sincero. El tiempo pasa y el amor permanece; los sentimientos se difuminan y el amor permanece; la muerte deshace los compromisos y el amor permanece. ¿Cómo podría un sí sin condiciones convertirse en un no cuando las condiciones cambian, cuando el otro toma un rumbo diferente, enferma o muere? Aquella parte fundamental de la relación mutua que era amor «sobrevive» incluso al fin de la relación.
¿Pero en qué forma «sobrevive»? Ahora ya no resulta tan difícil adivinarlo: en forma de alegre consonancia con el ser presente y pasado del otro, en su recuerdo, en el rezo por él y, sobre todo, en el duelo silencioso por él. «Soy el premio por tus valores. Soy el espejo de tu riqueza. En mí se eterniza tu amor.» Así habla el duelo.

Desprenderse de la angustia

Del libro “En la tristeza pervive el amor” de Elisabeth Lukas .
Hay impedimentos que alteran un «trabajo del duelo» saludable. En la mayoría de los casos, no tienen nada que ver con el motivo mismo del duelo, sino con la predisposición del doliente.
Un ejemplo clásico es el de la predisposición angustiosa («nerviosa») que, en términos científicos, se expresa mediante una «repercusión desproporcionada del organismo frente a los estímulos, combinada con interpretaciones espontáneas irreales». Dicho de modo más sencillo, el problema reside en el hecho de que el afectado reacciona de manera extremadamente sensible (incluyendo reacciones corporales como temblores, sudoración, diarrea, etc.) a cosas insignificantes y teme automáticamente una amenaza, tal como se ilustra en los siguientes ejemplos.
Un padre oye que sus hijos quieren encender una hoguera en el parque y piensa inmediatamente en un incendio catastrófico. Entonces, en vez de averiguar si el sitio donde se va hacer la fogata ofrece garantías de seguridad, prohíbe terminantemente el plan de los niños. En un segundo caso, un conductor tiene que frenar en seco porque el remolque de un camión se sale de su carril delante de él, hecho que lo deja durante horas sumido en un estado de shock y, en lugar de alegrarse porque la carrocería de su coche no ha sufrido daños, el conductor no deja de cavilar sobre el horrible accidente del que se ha librado. Finalmente, tenemos a un hombre que adolece de espasmos, viéndose mermada así su capacidad para articular claramente sus palabras. Cuando va a pedir información a un funcionario, éste lo toma por un borracho, y aunque le pide disculpas tras escuchar sus explicaciones, esta persona se mortifica durante días a causa de los malvados congéneres que lo quieren humillar continuamente.


Como vemos, la predisposición angustiosa genera una reacción negativa inmediata y automática frente a diversos acontecimientos más o menos inofensivos, interpretándolos, apenas se han producido, como sumamente graves desde el punto de vista psíquico y amenazadores del propio yo. Aquí participan en la misma medida procesos sensibles y procesos mentales: el individuo angustiado dramatiza y presupone lo malo, hecho que aumenta todavía más su angustia.

Como contra ejemplo tenemos el de una mujer que sufrió una agresión en un sendero forestal. Estaba caminando cuando, de repente, oyó unos pasos que se precipitaban tras ella y, antes de que pudiera girarse, un hombre rodeó su cintura con su robusto brazo. Su reacción inmediata fue pensar quién de entre su círculo de amistades se permitía tal licencia con ella. «¿Tengo que adivinar quién eres?», gritó mientras procuraba girarse. El hombre no respondió e intentó arrastrarla hacia unos matorrales. Entonces, la mujer se dio cuenta de la situación y sacudió las piernas con tal fuerza que el malhechor tuvo que renunciar a sus intenciones y huyó.

Es comprensible que la vida ponga dificultades a aquellas personas cuya reacción inmediata —que no pueden controlar voluntariamente— ante cualquier situación esté cargada de angustia. Sin embargo, estas personas pueden ejercitarse para enderezar su ofuscada visión del mundo haciendo una comprobación de veracidad. Procediendo de esta manera, el padre angustiado puede inculcarse mentalmente el siguiente punto de partida: «Los niños siempre han hecho hogueras en el parque, se han sentado en torno a ellas, han cantado y han pasado una velada divertida. La probabilidad de que esta vez tampoco ocurra nada es alta». El conductor en estado de shock puede adoptar un punto de partida más razonable: «Llevo ocho años conduciendo sin sufrir un solo accidente y acabo de comprobar que puedo dominar con éxito situaciones críticas. Además, mi ángel de la guarda me protege…». Finalmente, el hombre que padece espasmos puede reducir su enfado: «Mi habla defectuosa se confunde realmente con la de un borracho. ¡Al fin y al cabo, no llevo ningún letrero con mí diagnóstico patológico colgando del cuello y mis congéneres no son adivinos! Por lo tanto, voy a demostrarle al funcionario que sus palabras son desacertadas».

La verdad es infinitamente más compleja y poliédrica de lo que le parece a la persona angustiada. Contiene miles de coincidencias, carambolas, deferencias inmerecidas y actos de clemencia por parte de la vida, mezclados también con momentos oscuros. Los únicos que se engañan profundamente son los que sólo tienen las tinieblas en su punto de mira.
Por lo tanto, cuando una persona con predisposición a la angustia, que en sus pesadillas e imaginaciones anda siempre a tientas a través de las tinieblas, sufre realmente una pérdida grave, pueden ocurrir dos cosas, O bien se ratifica en su imagen negativa del mundo, con lo cual ya nadie podrá hacerle volver a la luz, o bien se da cuenta finalmente de que sus excesivos temores no lo han protegido de ningún embate del destino, sino que le han impedido estar a gusto con el día a día y saborear cada pequeña oportunidad de alegría que le brinda la vida, con lo cual se reorienta interiormente.
Tras ser liberado de un campo de concentración, Viktor E. Frankl escribió: «La experiencia del hombre que halla el camino de vuelta a casa se ve coronada, después de todo lo sufrido, por el magnifico sentimiento de no haber de temer nada más en el mundo… Excepto a Dios». Con toda seguridad, alguien que puede hablar así ha aprendido infinitamente mucho más en su duelo.

Una comparación con el mundo animal nos servirá para ilustrar estas reflexiones. Como es sabido, el gusano de seda se encierra en un capullo para liberarse de él como mariposa tras la metamorfosis. El proceso de liberación es extremadamente dificultoso, porque la crisálida tiene que aplicar una enorme cantidad de fuerza para romper la cáscara del capullo con sus frágiles alas. Los cien tíficos estaban intrigados acerca de qué pasaría si ayudaran a la mariposa en este proceso. Así cuando llegó el momento de la liberación, abrieron artificialmente desde el exterior una serie de capullos. Las mariposas, ilesas, empezaron a hormiguear, pero no volaban. Ninguna de ellas fue capaz de elevarse por los aires y, como en aquel estado no podían acceder al néctar de ninguna flor, murieron de inanición.
La gran cantidad de energía desplegada para agrietar el capullo es necesaria para que las mariposas confíen en la fuerza de sus alas. Pero si no pasan por la experiencia de hacerlo deforma autónoma, no se atreven a abandonar la «seguridad» que ofrece el suelo.

Este fenómeno recuerda mucho a esas personas que tampoco se atreven a vivir su propia experiencia. Un período de duelo podría ser la metamorfosis tras la cual consigan liberarse de la fina cáscara de la angustia utilizando las alas del espíritu.

martes, 25 de noviembre de 2008

Cuando un hermano o hermana muere

El siguiente texto ha sido traducido de documentos de Los Amigos Compasivos. -

¿Qué te preguntas?

·En un mundo que se ha vuelto loco de repente, ¿cómo puede uno mantener el equilibrio?

·¿Cómo puedes tu enfrentar algo que te conmueve, tanto a ti como a esos adultos que son tan importantes para ti?

El objetivo de esto es tratar de ofrecer algunas guías y consejos para ayudarte a encontrar tu camino en un mundo que puede parecer injusto e impredecible.

¿Porqué?

·Porque tu puedes tener las mismas o muy pocas de las emociones que los otros miembros de la familia expresan.

Por eso te pido que recuerdes y reflexiones:

1- Tu dolor es tuyo y no de ellos.

2- Tu dolor es único porque tu relación, con ese hermano o hermana, era diferente.

3- Tu manera de vivir el dolor es muy importante, no importa como elijas expresarlo, siempre que no sea destructivo.

4- Recuerda que antes de esta triste experiencia, puede haber habido momentos en que te sentiste nervioso, angustiado o deprimido, o preocupado por distintas situaciones.

Transitando el dolor, puedes tener muchos de estos momentos, pero te puede llevar mucho más tiempo y trabajo tu sentimiento de pérdida y dolor.

Es natural que puedas experimentar:

5- Disturbios en el sueño.

6- Cansancio o hiperactividad.

7- Bronca contigo mismo o con otras personas, con Dios y con el que murió.

8- Miedo por tu seguridad y por tus seres queridos.

9- Sentimientos de rechazo por parte de tus padres que están distraídos, irritables o desatentos.

10- Debilidad, emoción, o que puedas largarte a llorar por cualquier contratiempo.

11- Problemas de atención y memoria.

12- Cambios de estado de ánimo.

13- Culpa por lo que hiciste o dejaste de hacer por tu hermano o hermana; por disfrutar tú mismo, o simplemente por seguir viviendo.

¡No te asustes!

14- Pedes sentir estas emociones en distintos momentos, incluso mucho después que tu hermano o hermana murió.

15- Te puede asustar, de repente, pensar en estas cosas.

16- Porque otros chicos como tu han tenido un hermano o una hermana que murió.

17- Porque ellos pelearon y tuvieron sentimientos como los tuyos.

18- Ellos pudieron sobrevivir y tu también puedes.

Desorientación y soledad

¿Con quién hablar?

19- Es muy duro hablar sobre las emociones, especialmente con nuestros padres. Si tú estás preocupado por perturbar a tu padre o a tu madre y sientes que tus amigos no te van a entender, busca a alguien que te escuche con comprensión ( un familiar, maestro, consejero, sacerdote, ministro de tu fe, un hermano o hermana.

20- Te va a sorprender cuánto te van a poder ayudar a pasar este tiempo.

21- Te encuentras en una situación para la que has tenido poca o ninguna preparación, en una edad en que, solamente crecer, es difícil. Esta experiencia te puede hacer sentir chiquito otra vez. No te sientas avergonzado. Hasta los adultos necesitan abrazar y ser abrazados y sentirse queridos cuando están sufriendo.

22- Algunas veces puedes llegar a pensar que tu tienes que llenar ese vacío que quedó en tu familia. Tu no tienes que ser como tu hermano o hermana. Somos todos únicos y tenemos nuestras buenas cualidades, que bien valen la pena.

Debes entender que está bien:

23- Llorar y sentirse deprimido.

24- Sentir que has perdido mucho.

25- Si los sentimientos se te vuelven demasiado atemorizantes y aplastantes, trata de encontrar un amigo que te quiera (no importa de que edad) con quien hablar.

No te apresures…

26- Está bien que quieras copiar alguno de los hábitos o intereses de tu hermano o hermana, pero sé tu mismo también.

27- Está bien vivir en el pasado por un momento. Es una manera de mantener viva la memoria de tu hermano o de tu hermana, de todas maneras tu tienes también una vida debe ser vivida en plenitud

28- Está bien divertirse y disfrutar la vida, reírse otra vez.

29- Está bien perdonarte a ti mismo por las peleas o discusiones y las cosas feas que dijiste o hiciste a tu hermano o hermana.

30- Está bien…seguir viviendo.


Sin embargo, ten cuidado…

31- No está bien aliviar tu dolor o sufrimiento con drogas o alcohol, te va a llevar más tiempo aceptar el sufrimiento. Puedes esconder el dolor, pero no curarlo .

32- No está bien tratar de tapar tu frustración manejando a toda velocidad una moto o un automóvil, o dejar tus estudios.

33- No está bien hacer cosas para herir a los demás porque te hieres a ti mismo.

34- No está bien experimentar con sexo sólo por estar cerca de alguien.

35- No está bien proteger a tus padres no diciéndoles que es lo que te molesta.

36- No está bien ser la víctima o portarte mal para aparecer antipático.

37- No está bien abandonar las cosas que significaron o significan mucho para ti.


Paciencia y fuerza…

38- Es duro… pero trata de mantenerte allí por un tiempo razonable. Trata de mantener una vida normal, en lo posible sin ningún cambio drástico.

39- El sufrimiento y el dolor requieren una gran energía.

40- Dedícate…a pesar de todos tus estados emocionales y aún del trabajo físico y del sufrimiento.

41- Dile adiós a tu hermano o hermana.



Positiviza la pérdida

42- Otros chicos han encontrado la oración, la poesía, los deportes, la música o el arte como salidas positivas para sus sentimientos.

43- También trata de compartir tus experiencias de dolor- si puedes- con otros hermanos que hayan perdido hermanos.

44- Las historias de ellos y de cómo las vivieron te pueden dar oportunidades a considerar y esperanzas para tu propio futuro.

45- Tu y tu familia están cambiados por toda la tristeza que han experimentado. El dolor que cada uno siente es común y, en general, decrece con el tiempo.

46- Cada miembro de la familia tiene su tiempo para elaborar sus sentimientos.

47- Sé paciente con cada uno y con sus muy personales e individuales necesidades.

48- Tanto las tragedias como los éxitos enfrentados día a día te pueden fortalecer para el mañana. Deja que le lazo emocional que tuviste con tu hermano o hermana tenga un efecto positivo sobre tu futuro. ¡La elección es tuya!

Decálogo

Por Carlos Pereda, actualmente participa del Grupo Avellaneda, este texto fue escrito cuando participaba del Grupo Renacer Catamarca.

I) No te encapsules en tu dolor.

II) Abrete a tus afectos y a los iguales que quieran acompañarte.

III) Mira a tu alrededor y a tus seres queridos y verás que no eres el único que sufre.

IV) No te culpes ni busques culpables.

V) Acepta la realidad.

VI) Acepta tu dolor, únelo a tu amor y atesóralo en tu corazón.

VII) Vuelve a sonreír, hazte la idea de que el espíritu de tu hijo vive tus mismas emociones: si sufres, el sufre con vos, si eres feliz, también es feliz él.

VIII) Nútrete del apoyo y la comprensión de padres que sufren tu misma pena: nadie te contendrá como un igual.

IX) Recuperado y munido de nuevas fuerzas , vuélcalas en los tuyos y en aquellos que están pasando por lo que has superado. “Te necesitan”.

X) Ya recuperados todos podremos decirle: ¡Si a la vida!

Suicidio

Por Gustavo y Alicia Berti - Publicado en el Boletín de Renacer Nº 84.

Reflexiones sobre el suicidio de Karl Jaspers “En el hecho de que el hombre, sólo el hombre, pueda quitarse la vida con una decisión clara, pura, sin enturbamiento por los afectos, sino más bien siendo fiel a sí mismo, en este hecho reside su dignidad, Todos los despotismos, todas las iglesias, toda violencia que salió del hombre y pasó por el hombre, han rechazado con horror el suicidio: aquí se atestigua la libertad del individuo particular, del hombre en tanto que hombre, el cual se sustrae a la opresión y al sufrimiento aniquilador. La disposición al suicidio hace libre. El suicida ha traspasado la frontera ante la que nos hacemos preguntas, pero ante la que, al final nos quedamos parados en silencio y con profundo respeto” Jaspers, Karl. Cifras de la trascendencia. Alianza Editorial, Madrid 1993: 131

Reflexiones de Rollo May
“El símbolo del suicidio como una posibilidad tiene implicancias positivas de largo alcance. Nietzsche dijo una vez que el pensamiento del suicidio ha salvado muchas vidas. Yo dudo que nadie tome su vida con total seriedad a menos que se de cuenta que dentro de si mismo yace el poder de cometer suicidio” May, Rollo. The Discovery of Being.W.W.Norton. New York, London, 1994: 169
TRADUCCIÓN DE “THE DEATH” Página 293 de EXISTENCE de BISWANGERSOBRE EL SUICIDIO En la medida en que una persona lleva a su existencia al final de manera voluntaria, el análisis de tal existencia debe suspender, más que nunca, todo juicio originado en cualquier punto de vista, sea ético, religioso, medico, psiquiátrico o psicológico, que indague en los motivos de tal decisión. Tampoco debemos evaluarlo desde el punto de vista, sustentado en el “saludable sentido común”, de la “dignidad de la vida” , desde el que se mira con pena y horror a quienquiera que la “muerte le haya sucedido” , especialmente a quién toma su propia vida. No debemos tolerar ni desaprobar el suicidio, tampoco trivializarlo con explicaciones médicas o psicoanalíticas, ni dramatizarlo mediante juicios éticos o religiosos. Jeremías Gotthelf ha dicho al respecto: “Pensemos cuan oscura se torna la vida cuando un mero humano quiere ser su propio sol” o la sentencia de Kierkegaard: “No importa cuan profundo un hombre haya caído, siempre ‘puede’ caer aun más, y este ‘poder’ es el objeto se su angustia”. Esta creciente oscuridad y hundimiento no debe ser comprendido por el análisis de la existencia en base a la religión o ética, sino que debe ser visto y descrito antropológicamente. Esto no es posible hacerse desde una única perspectiva, no importa cuan cercana a nuestro corazón, cuan familiar resulte a nuestro entendimiento o cuan de acuerdo esté con nuestra razón, porque, como dice Paul Valery, “En la medida en que acusamos y juzgamos, aun no hemos tocado el fondo” Ese fondo, esa base —dado que permanece un secreto para todo ojo humano—es, para estar seguro, no obtenible, sino alcanzado mediante la imaginación en la medida en que el ser humano abandone o se salga de la actitud de abrir juicio, condenar o aun absolver, esto es, fuera del modo o la manera plural de ver la existencia. El fondo debe ser alcanzado más allá de toda dicotomía sujeto-objeto. Pero esto sólo es posible en la medida en que estemos libres de los prejuicios de la manera dual, a través de la unión del Yo y el Tú en el Nosotros. Y esto significa en la unión de la existencia humana con el fondo común que Yo y Tú compartimos y la formación antropológica que de ello emerge.

En esta unidad también nos hallamos antes de la dicotomía que determina nuestra relación con nosotros mismos, la relación de la sociedad con el individuo y de éste con la sociedad y, finalmente, antes de la dicotomía que rige el “ Juicio de la historia”. Esta unión también es previa a dicotomía entre libertad y necesidad, culpa y destino o, en términos psicológicos reduccionistas, entre actividad y pasividad, entre acción y sufrimiento. Y esto sucede así porque la existencia, en el fondo abarca ambos opuestos. Así como en los ojos del amor “todo es posible” así también “todo es necesario”. En otras palabras, el amor no tiene respuesta a la pregunta de si el suicidio de una persona acaece por una “necesidad fatídica” o si existió una posibilidad de escapar a ese destino. En vez de levantar la cuestión del destino o de la culpa frente al suicidio y tratar de decidir sobre estos aspectos, el amor intenta llegar al “fondo de la existencia” y desde este fondo entenderla antropológicamente.

sábado, 22 de noviembre de 2008

Estrellas fugaces que nos tocaron

Ayer… un dilema; hoy… un desafío.



Muchos fueron los conceptos que se han profundizado en Huerta Grande 2008, quizás todos experimentamos lo dicho por Alicia: “hay estados interiores para los que no existen las palabras”…

También Gustavo, observando en el baile la alegría dibujada en los rostros de esos mismos papás y mamás, que tiempo atrás estaban congestionados por el dolor, nos dijo: “es el misterio de la fuerza indómita del espíritu de que nos habla Víctor Frankl”, reafirmando lo que había expresado horas antes, al decirnos: “Frankl nos hizo ver el sufrimiento de manera distinta, nos hizo ver el sufrimiento como catalizador de un crecimiento interior”.

“La muerte de un hijo debe servir como una plataforma de despegue, como una plataforma de despegue espiritual, una plataforma donde asentarnos, crecer y ser personas distintas”.

“Víctor Frankl nos dio el sustento filosófico antropológico necesario para fundamentar la tarea de Renacer”,

“Encontrar el modelo frankliano, -decían Alicia y Gustavo en agosto pasado- fue encontrar un modelo que reconoce la libertad del hombre y junto con la libertad la responsabilidad que de ella emana; un modelo que reconoce en el hombre la libertad de elegir no sólo el “para qué” de su sufrimiento, sino que también reconoce al mismo sufrimiento como una condición esencial de la existencia humana y reconoce en el hombre sufriente la capacidad necesaria para encontrar sentido en su tragedia.

Es desde esta cosmovisión humanista, centrada en un hombre libre y responsable y orientado a metas que no son él mismo, apoyado en valores elegidos libremente y con profunda dedicación a servir al hermano que sufre, que hemos propiciado este modelo como fundamento filosófico-antropológico para los grupos Renacer.”

Ahora nos dicen: “Asumamos el desafío y la aventura de ser una nueva persona y elijamos en ese camino entre lo mejor y lo peor, porque podemos decidir, podemos elegir, no somos bebés recién nacidos, comenzamos una nueva vida pero ya con experiencia, ya podemos decir que es el bien, ya podemos decir que es el mal, ya podemos decir que es lo que queremos ser.

Entonces, a través de esa transformación interior, como dijo Moñi, y como dicen todos ustedes, la muerte de un hijo no va a ser en vano, esos hijos van a ser estrellas fugaces que llegaron a nuestras vidas, nos tocaron, se fueron pero nos transformaron, nos tocaron para cambiarnos, son pocas las veces en que la vida nos da segundas oportunidades.”

Recordemos que hemos vivido en una cultura que nos dice: “Genio y figura hasta la sepultura” e, ingenuos de nosotros, lo creímos sin darnos cuenta que no es verdad, porque de siempre supimos que nuestra figura no es la misma hasta la sepultura y podríamos habernos preguntado ¿por qué habría de ser cierto lo de nuestro genio?

Cuando perdimos al ser querido, se cae la venda de nuestros ojos y nos enfrentamos a un dilema, pues nuestros hijos “nos tocaron para transformarnos” y tuvimos que elegir; y gracias a los fundamentos de Renacer, pudimos optar entre ser llevados por los más hondos sentimientos de dolor inspirados por aquel genio, que llevaríamos hasta la sepultura, o transformarnos en seres mejores.

Para dejarnos llevar por nuestro genio inmodificable, no teníamos que hacer nada, como dice Gustavo, “ni siquiera levantarnos de la cama, ni querer hablar con nadie”, cerrar puertas y ventanas y encerrarnos en el propio dolor.

Ser mejores exige un esfuerzo, despojarnos de nuestro yo y pensar en el otro, tal como una madre dijo: “me conmueve todo, me conmueven ustedes, yo quisiera estar en su lugar agarrando el dolor de ustedes porque sé que ese dolor es muy fuerte, yo lo pasé, yo lo sentí, no hace falta expresarlo, nosotros ya sabemos cómo todos ustedes sufren.”

Eso es lo que todos hemos hecho hasta hoy y con ello ha venido paz a nuestro acongojado espíritu y lo seguiremos haciendo.

Ayer, al elegir el camino estuvimos frente a un dilema…





Hoy, no estamos frente a un dilema, estamos frente a un desafío.

Entrando a la mayoría de edad de Renacer nos dice Gustavo: “Nuestra esperanza es que ustedes, a su vez, decidan trabajar por un Renacer para dentro de otros 50 años, porque nosotros vamos a ir pasando pero el mensaje debe quedar”.

Estamos frente a un desafío, a una aventura y a una esperanza “es la tarea por la cual nosotros hemos bregado y ustedes han dicho sí a ese mensaje” “nuestra esperanza es que ustedes, a su vez, decidan trabajar por un Renacer para dentro de otros 50 años.”

Cuando le planteamos ¿cómo hacer? Alicia y Gustavo pusieron el acento en “la importancia de alentar a los grupos a evaluar el mensaje desde un punto de vista más conceptual y no meramente emocional y afectivo”.

La dicotomía entre lo “conceptual” y lo “meramente emocional y afectivo” quedó patentizada cuando Alicia mencionó que ella siempre, desde el primer día, les preguntó a los padres “si ustedes, ahora, tuvieran que pensar en una sola palabra que definiera a sus hijos”, una sola palabra que definiera a esos hijos que partieron, ¿Qué palabra sería esa?

Me dicen: Amor… vida… esperanza… alegría… y entonces, ¿Por qué lloran?

¿Se dan cuenta?”

Si todo fuera “meramente emocional y afectivo”, ¿qué sentido tendría el esfuerzo de Alicia y Gustavo para acercarnos los conceptos que se expresan a través de los fundamentos de la ayuda mutua como factor de renovación cultural, moral y social, sobre lo que tanto nos han hablado y escrito?

Y hoy nos dicen: “necesitamos apegarnos, necesitamos trabajar firme en la ESENCIA DE RENACER, porque lo que nos ha traído hoy acá no son Alicia y Gustavo, no son los 20 años, es un mensaje, es un mensaje con el cual ustedes están de acuerdo”.

“Es necesario que conozcamos la ESENCIA y nos mantengamos dentro de ella porque sino, los grupos se van a dispersar, vamos a tener dificultades y el mensaje se va a perder.”

Es probable que alguien preste oídos sordos, ya lo ha señalado Alicia: “parece que van a las reuniones, están ahí, se sientan y escuchan, pero es como si les entrara por un oído y saliera por el otro… aquí se han dicho cosas muy valiosas.”

En mayo de 1996 nos habían dicho: “No pretendemos un hombre desprovisto de emociones y sentimientos sino un hombre que partiendo de tanto sufrimiento, pueda darse cuenta que es libre, precisamente, para enfrentarse y oponerse a esos mismos sentimientos y emociones para quienes la pérdida de un hijo es una condición insuperable.”

Estamos frente al desafío de ser fieles al mensaje, de ser fieles a la ESENCIA DE RENACER, de ser fieles al “sustento filosófico” desarrollado por Alicia y Gustavo, expresado a través de los fundamentos de Renacer, como “grupo de ayuda mutua de padres que enfrentan la pérdida de hijos”, “factor de renovación cultural, moral y social de toda la humanidad”, “porque es necesario que en esta vida, en este mundo, haya seres compasivos y solidarios que trabajen pensando en los demás”.

Alguien puede decir que la parte conceptual le pueda resultar aburrida, no nos dejemos vencer por la molicie, nos esperan años de responsabilidad frente a quienes después de bregar 20 años de sus vidas en nuestro beneficio, nos advierten que somos los responsables de mantener viva la llama de los fundamentos que sustentan la ESENCIA DE RENACER.



Son reflexiones al crepúsculo.



Ana y Enrique



De Renacer Congreso – Montevideo, Uruguay

jueves, 20 de noviembre de 2008

El amor no desaparece nunca


<
El amor no desaparece nunca.
La muerte no es nada,
simplemente me he ido a la pieza de al lado.
Yo soy yo, tú eres tú.
Lo que éramos el uno para el otro
lo somos siempre.
Dame el nombre
que siempre me has dado.
Háblame como lo has hecho siempre,
no emplees un tono diferente.
No adoptes un aire solemne o triste.
Sigue riéndote
de lo que nos hacía reír juntos.
Ora, sonríe, piensa en mi,
reza por mi.
Que mi nombre sea pronunciado en casa
como lo fue siempre,
sin énfasis de ninguna clase,
sin nada sombrío.
La vida significa
todo lo que ella ha significado siempre
y es lo que siempre ha sido.
El hilo no se ha cortado.
¿Por qué habría yo de estar fuera de tu
pensamiento simplemente porque
estoy fuera de tu vista?
Te espero, no estoy lejos,
justo al otro lado del camino.
Como ves, todo esta bien.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Celebra la vida

Aquí dejo otro video musical, con un tema que nos ayuda y nos da fuerza para seguir nuestro camino

lunes, 17 de noviembre de 2008

Buenos Concejos

1.- Camine de 10 a 30 min todos los días. Mientras camina, sonría, ese es el mejor antidepresivo.

2.- Siéntese en silencio por lo menos 10 min cada día. Enciérrese si es necesario.

3.- Cómprese una videograbadora y grabe sus programas nocturnos, así dormirá más.

4.- Al levantarse en la mañana diga lo siguiente...
Mi propósito hoy es ______________

5.- Viva con las 3 E's...Energía, Entusiasmo y Empatía

6.- Juegue más juegos y lea más libros que en el 2007

7.- Dése tiempo para meditar y orar. Ambas nos proporcionan el diario combustible para nuestras ocupadas vidas

8.- Pase tiempo con personas de más de 70 y de menos de 6.
Aprecie su genuina naturaleza, fuerza e inocencia, ¡de verdad!

9.- Sueñe más mientras está despierto

10.- Coma más alimentos que crezcan en los árboles y en las plantas y menos alimentos que sean manufacturados en plantas industriales

11.- Tome té verde y mucha agua. Coma arándanos, salmón, brócoli, almendras y nueces

12.- Trate de hacer reir a por lo menos 3 personas cada día

13.- Elimine el desorden de su casa, su auto y su escritorio y deje que nueva energía fluya en su vida

14.- No gaste su precioso tiempo en chismes, cosas del pasado, pensamientos negativos o cosas fuera de su control. mejor invierta su energía en lo positivo del presente.

15.- Dése cuenta que la vida es una escuela y usted está aquí para aprender. Los problemas son simplemente parte del currículum que aparecen y desaparecen como si fuera una clase de álgebra, las lecciones que usted aprenda durarán toda la vida

16.- Desayune como rey, coma como príncipe y cene como colegial

17.- Sonría y ríase más. Así mantendrá a los vampiros chupadores de energía alejados

18.- La vida no es justa pero aún así es buena

19.- La vida es muy corta como para desperdiciar el tiempo odiando a alguien

20.- No se tome usted mismo tan en serio. Nadie más lo hace

21.- No tiene que ganar cada discusión. Acepte a no estar de acuerdo.

22.- Póngase en paz con su pasado, así no arruinará su presente

23.- No compare su vida con la de otros. Usted no tiene idea del camino que ellos han andado en la vida

24.- Nadie está a cargo de su felicidad excepto usted mismo.

25.- Acote cada 'desastre' en su vida con la siguiente frase: '¿Dentro de 5 años esto tendrá importancia?'

26.- Perdone a todos de todo

27.- Lo que la demás gente piense de usted no es de su incumbencia

28.- La naturaleza cura todo

29.- No importa que tan buena o mala sea la situación, ésta cambiará

30.- Su trabajo no se ocupará de usted cuando esté enfermo. Sus amigos sí lo harán. Manténgase en contacto con ellos..

31.- Deshágase de cualquier cosa que no sea útil, bonita o divertida

32.- La envidia es una pérdida de tiempo. Usted ya tiene todo lo que necesita

33.- Lo mejor está todavía por venir

34.- No importa cómo se sienta, levántese, vístase y asista.

35.- Haga lo correcto

36.- Llame a sus familiares con frecuencia o mándeles correos a morir diciéndoles: ¡Hey, estoy pensando en tí!

37.- Cada noche antes de acostarse diga lo siguiente:
Doy gracias por _______________________
Hoy logré o conseguí _____________________

38.- Recuerde que está usted demasiado bendecido como para estar estresado

39.- Disfrute el viaje. recuerde que esto no es Disney World y que usted no quiere un paseo rápido. Sólo tiene una oportunidad de viaje en la vida así que disfrútela y sáquele el mayor provecho


- Que sus penas sean menos, que sus bendiciones sean más y que sólo la felicidad cruce su puerta

El duelo (segunda parte)

Continuación del artículo del Médico Psiquiatra Luis Jorge Gamboa Albornoz donde describe las diferentes etapas del proceso del duelo

TIPOS DE DUELO

ANTICIPADO: precedido con tiempo y pleno conocimiento de la situación, permite prepararse anímicamente.
RETARDADO: es un duelo inhibido o reprimido. Se puede tener una reacción emotiva en el momento de la perdida, pero no va en proporción con el significado de la perdida de un ser querido. El pesar se manifiesta con cierta exageración más adelante cuando la perdida es reactivada por una perdida menor.
CRONICO: Es un pesar inusitadamente intenso que no diminuye con el tiempo y, por lo tanto, se transforma en una manera de ser.
EMERGENTE: El sufrimiento aparece por etapas, fechas o circunstancias.
PATOLÓGICO: El duelo anormal puede presentarse de diversas maneras, que va desde el retraso del duelo, o la ausencia de este, hasta un duelo muy intenso y prolongado.
NEGADO: Es la ausencia de la expresión del duelo en el momento de la perdida.
EXTRAORDINARIO: Ocasionado por situaciones críticas de la muerte; aborto, suicidio, homicidio, tortura, cuerpos sin aparecer, guerras, etc.
SALUDABLE O POSITIVO: Te planteas el gran desafío de reincorporarte al mundo a partir de una nueva identidad, de un nuevo conocimiento de nosotros mismos, en el cual no esta incluido nuestro ser querido fallecido, lo que no significa que vayamos a olvidarlo.

ES POSIBLE VOLVER A LA VIDA, VOLVER A AMAR, Y VOLVER A SONREÍR.

Recomendaciones para un duelo sano
LLORAR: es humano y es una reacción normal ante la muerte de un ser amado.
HABLAR: es una forma de desahogarse y compartir nuestros sentimientos y nuestros estados de animo.
CONVERSAR CON OTROS PADRES: acercarse a un grupo de ayuda mutua puede aliviar en gran medida nuestro dolor, al escuchar a otros padres como sobreviven, es una esperanza.
RECONOCER LA PERDIDA: admitir la perdida nos permitirá avanzar en la aceptación.
ESCRIBIR LO QUE SE SIENTE: nos permite esclarecer nuestros propios sentimientos y las emociones.
CULTIVAR EL AFECTO Y EL AMOR MUTUO EN LA PAREJA: mantener comunicación con el cónyuge.
PRESTAR ATENCIÓN Y CONSOLAR A NUESTROS HIJOS: ellos también elaboran su propio duelo, no los olvidemos.
RESPETAR EL DOLOR DEL CÓNYUGE: Se debe evitar la crítica ante el dolor de nuestra pareja.
CONSULTAR A UN PROFESIONAL: Asistir con un Psicólogo para recibir orientación y consejo.
EVITAR TOMAR RESPONSABILIDADES O DECISIONES IMPORTANTES: Aplazar las decisiones importantes como cambiar de casa, vender las cosas o cambiar de trabajo.

DUELO EN PAREJA
Luego de la dramática pérdida de un hijo, cada uno de los padres asume su propio dolor y la relación de pareja no ocupa un primer término.
Existe una gran variedad de patrones de comportamiento frente a la perdida de un hijo y todos son validos.
Por lo general son las mujeres las que expresan sus sentimientos mas abiertamente y lloran en forma mas frecuente.
En cambio los hombres inhiben el dolor y no muestran sus sentimientos.
Según La sociedad y nuestra cultura “El hombre comparte lo que hace, no lo que siente”, aunque por dentro sienta rabia, frustración, impotencia, culpabilidad y sentimiento de fracaso como protector.
Es frecuente que se produzcan tensiones y conflictos en la vida de pareja como:
No coincidir con la forma como el otro vive su perdida
Culpar a la pareja
Falta de sincronización en las etapas del duelo

DUELO EN NIÑOS Y ADOLECENTES
Podemos pensar que los niños no comprendan lo que es la muerte, pero son perfectamente sensibles a los cambios que se producen en la casa y a la ausencia del contacto físico con la persona fallecida.
La reacción casi inmediata de un niño al enterarse de la muerte de un ser querido gira en torno a tres preguntas: ¿la cause yo?, ¿me puede ocurrir a mi, a papá o a mamá?, ¿quien cuidará de mi?.
Se debe dar respuesta a estas preguntas según el nivel de entendimiento de cada niño.
Un niño puede fantasear que él tiene relación con la muerte del ser querido o puede pensar que la muerte es “contagiosa”.
Algunos síntomas significativos que se manifiestan en la conducta de los niños son:
Cansancio o hiperactividad ,Sentido de vulnerabilidad, miedo por su seguridad y por sus seres mas queridos.,Problemas de atención y memorización, falta de sueño y apetito.
A los niños siempre hay que hablarles con la verdad y tratar de responder de la mejor manera a todas las preguntas o dudas que pudieran tener.
Y en el caso de que uno o más síntomas permanezcan de manera prolongada, solicitar ayuda profesional para valorar la situación y facilitar la aceptación de la muerte.

sábado, 15 de noviembre de 2008

El duelo

En este artículo el Medico Psiquiatra Luís Jorge Gamboa Albornoz describe las diferentes etapas del proceso del duelo.


EL DUELO
Muchos creen que en el duelo hay que dejar pasar el tiempo que todo lo cura y considerar el sufrimiento como propio, exclusivo y no compartible.
Otros creen que es un continuo lamento y se sitúan en una vida eternamente infeliz.
O que el duelo es para olvidar o para dejar de amar al ser querido muerto.
La perdida de un ser querido es un proceso difícil al que los psicólogos denominan
PROCESO DE DUELO
Se define como el conjunto de manifestaciones fisiológicas, intelectuales, emocionales, conductuales y espirituales que se manifiestan como consecuencia de una perdida.
En ninguna otra situación como en el duelo, el dolor producido es TOTAL: Es un dolor biológico (duele el cuerpo), psicológico (duele la personalidad), social (duele la sociedad y su forma de ser), familiar (nos duele el dolor de otros), y espiritual (duele el alma).

FINALIDAD DEL DUELO La finalidad de un duelo es dar expresión y cause sano a los sentimientos, serenar el sufrimiento dominando la pena de la separación, aceptar la realidad de la muerte y amar con un nuevo lenguaje de amor al fallecido.
Y en este proceso debemos encontrar un significado a nuestra vida.“Quien tiene un PORQUE VIVIR, encontrará siempre el COMO”

ETAPAS DEL DUELO Quienes atravesamos por un proceso de duelo transitamos por una serie de etapas o vivencias comunes, aunque cada una se caracteriza por una amplia variedad de respuestas humanas.

Las reacciones que se presentan en cada una de las etapas son totalmente normales y esperables. Muchos autores de libros sobre el duelo piensan que el duelo se desarrolla en 5 etapas o fases, que aunque reciben diferentes nombres según el autor, tienen las mismas características:
1ª etapa: Impacto y Negación.
2ª etapa: Conciencia de la perdida.
3ª etapa: Conservación o Retraimiento.
4ª etapa: Cicatrización o reacomodo.
5ª etapa: Recuperación y sanación.

1ª etapa: Impacto y Negación Sus características son: Incredulidad, confusión, inquietud, confusión, oleadas de angustia aguda (agitación, llanto, sensación de ahogo, respiración suspirante vació en el abdomen, preocupación por la imagen del muerto), pensamientos obsesivos y algunos sintomas físicos. (debilidad muscular, temblor incontrolable, perplejidad, mareos y palpitaciones)

2ª etapa: Conciencia de la perdida (desorganización) A medida que los síntomas y reacciones iniciales gradualmente pierden su intensidad y la persona acepta intelectualmente la nueva situación, comienza la segunda etapa. Ansiedad de separación, estrés prolongado, agresividad, impotencia, frustración, hipersensibilidad, transtornos del sueño, miedo a la muerte, comportamiento de búsqueda, sentir la presencia del muerto.
En esta etapa llena de conflictos surge la culpa real o imaginaria, aparece con sentimientos y pensamientos de “SI HUBIERA . . .” La culpa puede tomar varias formas:
Sentirse culpable de estar vivo. Auto acusaciones. Culpa fantasiosa
Recapacitar de lo ilógico que es sentir culpa por algo que no podemos cambiar y que no estuvo en nuestras manos hacerlo, disminuirá la culpa y allanara el camino para la resolución de un duelo sano.

3ª etapa: Conservación, retraimiento Aislamiento, impaciencia, fatiga y debilidad, repaso obsesivo, apoyo social disminuido, necesidad de sueño, desesperación, desamparo, impotencia.

4ª etapa: Cicatrización o reacomodo El doliente va dejando poco a poco su mundo emotivo y vuelve a tener una perspectiva, realiza un balance entre lo que ha perdido, lo que le queda y lo que ha aprendido. Características: Reconstruir la forma de ser, retomar el control de la propia vida, disminución gradual del estrés, aumento de energía física y emocional.

5ª etapa: Recuperación y sanación En esta etapa retomamos el control sobre la vida. Es tiempo de dejar partir e iniciar nuevas relaciones.
Se nos brinda la ocasión de ir al interior de uno mismo y descubrir los recursos profundos, pues el sufrimiento vivido concientemente es con frecuencia un estimulo para evolucionar y abrirse a los demás. Por eso es importante vivir a fondo las cuatro primeras etapas, antes de pasar a la quinta.
El doliente esta ahora listo para perdonar y pedir perdón al difunto por las faltas y heridas que hayan marcado su relación. Esta también dispuesto a perdonarse a si mismo y a dar gracias al ausente por la experiencia que le ha heredado.

Una canción de esperanza

Hoy quiero dejarles una canción de esperanza como es este tema del grupo "La Oreja de Van Gogh" titulado "La esperanza debida", no sólo dejo la letra de la canción sino también un video para que lo disfruten

La noche esta tan clara,
no puedo perder nada.,
espero llegar...
un viaje sin destino.
a las estrellas pido,
les pido valor
que no se despìerte el mar
les pido calor,
volverte a encontrar.

Cantare hasta morir
hasta verte sonreir
donde estes te cantare solo a ti

No tengo mas abrigo
que los años contigo
me llevo tu paz
las sombras del camino
los diablos escondidos
me han hecho escapar
vigilan mi voluntad
se la han dado al mar,
me queda cantar...

Y cantare hasta morir
hasta verte sonreir,
donde estes te cantare solo a ti.


martes, 11 de noviembre de 2008

La muerte de un hijo y su impacto en la pareja


La muerte de un hijo o una hija es una de las experiencias más duras, difíciles y dolorosas que puede sufrir un ser humano.
Los padres se sienten responsables de la protección de sus hijos y, su pérdida, suele ser vivida como un fracaso y con una gran culpabilidad.
Es frecuente que la muerte de un hijo produzca tensiones y conflictos en la vida de pareja:

Dificultades para aceptar que la pareja viva la pérdida a su manera. Un miembro de la pareja puede sentir, por ejemplo, que al otro no le importa la muerte lo suficiente (quizás porque no llora o porque no quiere hablar del fallecido). A veces, la necesidad de parecer fuerte, puede interpretarse por el otro como falta de interés.
Culpar a la pareja. Es frecuente que uno de los miembros de la pareja piense que el otro es de alguna manera responsable de la muerte. Esto se puede traducir en reproches continuos o en sentimientos de impaciencia e irritabilidad hacia el otro.
Falta de sincronicidad. Puede ocurrir que la pareja no viva al mismo tiempo los momentos de mayor dolor o las recaídas. Esto puede crear la sensación de que uno siempre está inmerso en el dolor, y puede contribuir a que se eviten el uno al otro en los momentos difíciles, para no recaer en el sufrimiento.
Las relaciones sexuales. En las relaciones sexuales, puede ocurrir que las necesidades de uno incluso aumenten, mientras que las del otro disminuyan o desaparezcan. Esto puede ser fuente importante de conflictos. El hombre, en general, tiene una sexualidad más genital, y es capaz de separar el deseo sexual de su situación emotiva. La mujer puede sentirse incapaz de desear si está triste o enfadada.
Es perfectamente natural querer disfrutar de vez en cuando del sexo y otros placeres, los momentos de dolor ya vendrán por si sólos.
Algunas sugerencias: Convéncete que te resultará muy difícil sobrellevar esta situación solo. No pretendas tampoco que tu pareja se convierta en tu principal soporte afectivo, bastante tendrá muchas veces con lo suyo... Busca pues una, dos o más personas de confianza con quien compartir tu dolor. Procura mantenerte lo más unido posible a tu pareja, apoyaros mutuamente, respetar el ritmo y la manera de llevar el duelo del otro. Puede ser que estés pasando, por ejemplo, por una etapa en la que prefieres estar solo o con los más cercanos, y que evites a la gente para no tener que hablar de tu hijo, y en cambio, a tu pareja, le esté ayudando exactamente todo lo contrario. ¿Cómo conciliar las necesidades de ambos si la pareja está acostumbrada a hacerlo todo juntos, por ejemplo? Es necesario paciencia, comprensión y creatividad para introducir cambios en nuestra forma de vivir que nos permita seguir adelante sin añadir más dolor al dolor.
Los otros hermanos. La pareja puede estar tan afectada por su propio dolor, que descuide a los otros hermanos. Ellos también sufren intensamente la pérdida, se sienten culpables y pueden tener necesidad de desahogarse. Hablar del fallecido y compartir, cada uno a su estilo, el dolor por la pérdida, puede ser la mejor manera de ayudarse unos a otros y afrontar sanamente la experiencia de duelo.

IMPORTANTE: SI VEIS QUE OS ESTÁIS ALEJANDO EL UNO DEL OTRO Y QUE VUESTRA RELACIÓN SE DETERIORA DÍA A DÍA, NO DUDÉIS EN PEDIR AYUDA A UN PROFESIONAL QUE OS ASESORE Y OS AYUDE A ENFRENTAR LAS DIFICULTADES.

Carta de una hermana

Carta de Ariana Rotarov, la hermana de Yanina, leída en la charla “Renacer y la comunidad” en la 2ª fería del libro organizada por La Universidad Nacional de Lanús

El 25 de Diciembre de 2006, Papa Noel me trajo el peor regalo de mi vida. Mi hermana Yanina Natalia de 18 años, perdió su vida en un accidente de transito en Lanus. Venían de la casa de su novio hacia la nuestra. El manejaba, chocaron, volcaron y ella murió en el acto. El no se hizo absolutamente nada, sobrevive… como puede!
Desde entonces empecé a caminar mi crisis existencial, el dolor, el de mi familia, la ausencia, los miedos, la incomprensión, la bronca, la ira, la intolerancia y el día a día.
Como hermana mayor la rete, la obligue a que vuelva a casa, la espere; y me empecé a dar cuenta que no regresaba… ¿Qué, tal vez la había descuidado? ¿Por que ocurría todo esto?.. Fue ahí cuando transite” la culpa”, esa horrible etapa del duelo que nos hace cargo de lo que muchas veces no tenemos nada que ver.
Me levantaba mirando los ojos tristes de mis viejos, escuchaba los silencios de mi otro hermano (aquel que le pasaba lo mismo que a mi), con unos cuantos años menos y con su adolescencia a flor de piel, esa hermosa etapa que se estaba opacando por todo lo que ocurría.
Comía, laburaba y me bañaba…Vivía, por la simple razón de que respiraba.
Poco tiempo después llegue a Renacer. Y ahí fue cuando me di cuenta que por primera vez estaba contando lo que me pasaba (a aquellos que me conocían ya sabían todo). También descubrí que no era la única que pasaba por esto, no había edad religión, color de piel, forma de pensar o clase social que nos libre de esto!!
Renacer me ayudo a entender que mi hermana no había muerto para arruinarme el resto de mi vida. Ahí fue donde me hicieron recordarla bien y pensar que si me estuviera viendo de algún lado estaría orgullosa de verme de pie y con la mirada hacia adelante.
Pude salir de la culpa, dejar el rencor, la bronca, la ira, la intolerancia y empezar a comprender que morir es parte de la vida, que esta ausente físicamente pero su esencia esta en mi corazón, en mi memoria. El dolor que tantas lagrimas me robo, hoy ya no me gana, porque mis lagrimas son de orgullo, orgullo de ser su hermana.
Dia a dia trato de ser mejor persona. A veces tenemos que perder a alguien que amamos, caer desde muy alto o darnos la cabeza contra la pared, para darnos cuenta cuanto valor tienen las cosas sencillas.
Los hermanos que perdimos un hermano tenemos que vivir viendo la tristeza de nuestros padres, por ese pedazo de corazón que les robaron. Pero también los vemos levantarse cada mañana por nosotros, por ellos y por los que ya no están.
Los hermanos que quedamos no solo perdimos un hermano, perdimos ese amigo que vive a la par nuestra, ese enemigo con quien disputamos el amor de los viejos, ese compañero de aventura y decisiones, perdimos el referente de nuestra crianza y con reíamos al contar una anécdota familiar. Perdimos nuestra sombra, nuestra alegría, los proyectos que habíamos puesto en el, aquellos que eran imposibles para nosotros. Pero lo que no perdimos es la hermandad, ni esa comunicación que nos unía hasta la complicidad.
Los hermanos que vimos morir un hermano, sabemos que el dolor no termina ahí, que aun hay que seguir topándose con la muerte, que la ley de la vida es otra y sabemos que ese hermano no va a estar para darnos la mano, pero si un fuerte abrazo de corazón.
Los hermanos que acá estamos, los tuvimos que dejar volar alto, para llamarlos a gritos cuando mas los necesitamos. Los dejamos ir pero siempre les pedimos que regresen!!!
La muerte de mi hermana fue lo peor que me paso en la vida, pero conocerla fue lo mejor. Y aunque este sea el precio que tengo que pagar por conocerla y amarla… lo haría hoy y siempre.

Ariana, hermana de Renacer

lunes, 10 de noviembre de 2008

Búscalo y lo encontrarás...

Si un ser amado ha partido, búscalo y lo encontrarás.
Si extrañarlo te provoca llanto, hazlo si lo necesitas, pero no lo busques desde tus sollozos.
Si crees ser el único que sufre su ausencia, sufrirás, pero no lo busques desde el sufrimiento.
Si te angustia la soledad por no tenerlo a tu lado, por no verlo, ni sentirlo, enciérrate en ella, pero no lo busques desde ese lugar.
Piensa sólo en el amor que aún sientes por él, siéntelo cerca de ti y él se acercará cuando tu menos lo esperes, porque el no ha partido.
Piensa en el amor que se siente...... divúlgalo...... hazlo partícipe de cada acto de tu vida.
Protégelo cuando sientas que debas hacerlo, y recibe su protección cuando la necesites. El sabrá el momento y acudirá en tu ayuda, pero debes saber que ya no estará a tu lado de la misma manera. Aprenderás que ha iniciado el feliz tránsito hacia le evolución infinita y felicidad eterna.
Cuando tu llanto cese y tu angustia se desvanezca, podrás percibir su maravilloso mundo de Amor y Paz. Comprenderás que está a tu lado como tú estás a su lado. Sentirás sus aromas, sus caricias y su presencia permanente.
Los seres que abandonan la vida terrenal, no eligen solos su destino......El Dios Creador no destruye jamás lo que ha creado....pero nos conduce hacia la vida eterna cuando llegue el momento y nos haya preparado para ello.
Cuando tu manifestación de Amor sea tan intensa, cuando recobres la Fe y la Esperanza, lograrás lo que tanto has ansiado, lograrás comunicarte con tu ser amado. Entonces, tal vez la tristeza y el dolor vuelvan a tu mente en algún momento, pero ya no estarán en tu corazón ni serán parte permanente de tu vida.
Reconocerás que la muerte no existe y que sólo hay Vida Después de la Vida.
Cuando acudas por ayuda al sentir la necesidad, y cuando sientas placer al ayudar al necesitado, cuando te transformes en un ser compasivo, entonces comprenderás que la vida que estás viviendo tiene sentido, y que tu Ser de Luz que creías haber perdido para siempre, no ha partido, sólo se ha hecho momentáneamente imperceptible a tus sentidos.


Aporte de Juan C. Vargas - Renacer San Martín

miércoles, 5 de noviembre de 2008

REFLEXIONES SOBRE LA MUERTE DE UN HIJO.

Todos nacemos para morir. Es un hecho de la vida, una etapa más que se debe cumplir en el ciclo de todo ser viviente, y sin embargo, para los que habitamos una sociedad que sobrevalora los logros materiales, olvidando los espirituales y la eterna juventud por sobre el natural deterioro o envejecimiento, la muerte es una derrota. La que nos demuestra impiadosamente que no somos dueños de nuestra vida, la que nos hace sentir dolorosamente vulnerables. La que nos advierte sobre nuestra finitud y no estamos preparados para ello. Consecuentemente la ignoramos, la olvidamos, vivimos cada día de nuestra vida en la total negación, como seres inmortales.
Pero la muerte llega, a veces a través de un lento y doloroso proceso, otras, brutal y repentinamente, pero llega. A ricos y pobres, creyentes y no creyentes, a viejos, jóvenes y niños. Y por la magnitud y misterio de su naturaleza ha sido objeto y eje de toda especulación filosófica desde los comienzos de los tiempos; el hombre siempre ha indagado sobre su origen y el sentido de su existencia. Ha sido también expresada, descripta, desmenuzada a través del arte en todas las épocas.
Y un día llega a nuestro hogar como un huésped no invitado que deja vacía una habitación de la casa y un lugar en la mesa familiar. El que hace tambalear con su sola presencia las estructuras más intimas del pensamiento y de la vida misma. Y está aquí para quedarse. Y no la conocemos; y sin embargo es en la muerte donde hallaremos la clave de nuestra propia existencia, el sentido de la vida misma.
Ante la partida de un hijo –a quien difícilmente estaremos preparados para despedir-, el dolor es demasiado intenso y desconocido; pareciera que la vida no debiera continuar; el tiempo en su eterno fluir se hubiera detenido en un punto en el espacio, un punto de total incredulidad e irrealidad. Nadie sabe qué decirnos; todos escapan ante una realidad que no conocen, que siempre han ignorado, que no saben manejar.
No puede ser, nos repetimos una y mil veces y sin embargo es; y debemos seguir viviendo, pero ¡¿Cómo?! Nos preguntamos una y otra vez. Pero todo dolor trae consigo una enseñanza y puede llegar a ser una experiencia regeneradora. Porque es enfrentándolo, conociéndolo, moviéndonos a través de él, que lograremos llegar más allá de él, más allá de lo inmediato, más allá del materialismo limitante; rescatando de un rincón del corazón los olvidados valores espirituales del hombre, que son los únicos que pueden salvarnos de una vida sin sentido, de una muerte en vida. En las palabras de Viktor Frankl, “frente a lo que no puedo cambiar todavía tengo la última de las libertades humanas, la de elegir la actitud con la que me enfrento a lo que me toca vivir”.
Entonces la muerte de nuestros hijos no habrá sido estéril, porque es a través de su partida que el verdadero sentido de la vida se comprende: como un tiempo precioso y finito que debemos vivir al máximo, pero de otra manera, ya que el camino trazado hasta ahora no es suficiente para esta nueva realidad. Debemos recomenzar, renacer de las cenizas. Debemos captar el mensaje de infinito amor que nuestros hijos al partir nos dejaron y que los hijos que quedan nos recuerdan cada día: dar amor, sólo amor...
Son nuestros hijos los maestros del verdadero y desinteresado amor y este sentimiento no tiene reclamos ni expectativas, ni siquiera necesita de una presencia física. Y cuando hayamos encontrado la paz y la aceptación, habremos de trasmitirla a los demás a los que lo necesitan, a los que sufren, a los que aún viven en la oscuridad de la desesperanza y la rebeldía. Y en las profundas y consoladoras palabras de la psiquiatra suizo-norteamericana. Elisabeth Kübler-Ross:
“Todas nuestras investigaciones sobre la vida después de la muerte han revelado más allá de toda duda que aquellos que realizan la transición están aún más vivos, amorosamente rodeados de un amor incondicional y una belleza más allá de lo que nosotros podemos imaginar. Ellos no están realmente muertos, solamente nos han precedido en el viaje de la evolución en el que todos nos hallamos embarcados; ellos están con los seres queridos que los han precedido en la muerte, con sus ángeles guardianes, en el reino del amor y la compasión total.”
Kenneth Ring, doctor en Psicología, norteamericano quien realizó extensas investigaciones sobre las experiencias en el umbral de la muerte, nos dice: “Imaginemos una madre cuya pequeña hija ha sido arrollada por un conductor que perdió control de su automóvil; la madre puede haber visto el impacto y unos segundos más tarde sostiene el cuerpo malherido de su hija en brazos, esperando que abra los ojos un instante antes de morir. Imaginemos lo que significaría para esta madre saber que su hija no sintió el dolor del accidente, sino que, en cambio, experimentó una extrema dicha interior y bienaventuranza jamás vivida antes. Imaginemos lo que significaría para la madre saber que, a pesar de las apariencias, su hija tuvo, en el momento de la muerte, la sensación de estar entera, sana, viva y que en ese instante se sintió envuelta en un océano de total y perfecto amor.”
La muerte no marca el fin de todo, es sólo una necesaria etapa en la evolución espiritual del hombre, es una parte integral de la vida, la que nos marca el límite de nuestra existencia terrena y nos enseña a apreciarla en su verdadera dimensión para vivirla totalmente, recatando esa olvidada espiritualidad en nuestro diario vivir para saber prepararnos, para que, en el momento de realizar nosotros la transición, saber que no hemos dejado cosas por hacer y en el instante de dejar el capullo para volar libres de regreso a casa, sepamos que hemos comprendido el mensaje de nuestro hijos, porque hemos dado todo el amor de que fuimos capaces.
Alicia Schneider Berti-Gustavo Berti.
Noviembre 1989- Río Cuarto, Argentina

lunes, 3 de noviembre de 2008

Alicia y Gustavo Berti (Videos)

En esta oportunidad quiero dejarles un video de Alicia y Gustavo BERTI, el que fue realizado durante una charla que ambos dieron en Rio Hondo en el año 2006, recomiendo que lo vean porque nos puede servir y mucho.

Carta de una mamá en homenaje a su hijo


Hoy se cumplen dos años de la partida de Rodri y sentí la necesidad de hacer algo por él y la mejor idea que tuve fue la de empezar a escribir estas líneas.
No con la finalidad de dar a conocer los detalles de su fallecimiento, sino con la intención de transformar la pena que siento por la experiencia que me tocó vivir, en amor.
Por eso, estas líneas las dedico a todos los padres que se encuentran transitando el mismo dolor, quiero aportar mi granito de arena y decirles “que a pesar de todo se puede”, quiero decirles que en honor a ellos y a los hijos que nos quedaron tenemos que seguir con nuestras vidas, sé que nunca más va a volver a ser la misma, porque hay un antes y un después.
Yo descubrí que el gran amor que le tuve y le tengo a mi hijo hizo que siguiera adelante, no de rodillas, sino de pié, porque es así como él quiere ver a su madre y cuando las fuerzas parecen abandonarme se que él está a mi lado para que no decaiga.
Yo no sabía que existía un grupo de ayuda mutua para papás que enfrentan la muerte de un hijo, hasta que llegué a RENACER ROSARIO, fue una experiencia muy importante, conocí papás (que no hubiera querido conocer jamás de esta forma) que son las únicas personas que pueden entender realmente este dolor, porque sólo quien sufrió la pérdida de un hijo llega a comprender plenamente nuestro sufrimiento.
En este grupo no hay distinciones sociales, religiosas ni políticas, en particular cada uno cree en lo que le hace bien y eso se respeta mucho porque todos somos seres irrepetibles y tenemos diferentes formas de expresar nuestro dolor.
Nuestros hijos se han ido de nuestra presencia, pero ahora más que nunca están en un lugar que nada ni nadie nos lo puede arrebatar, “ellos viven en nuestros corazones”.
Papás les pido que se den y me den una oportunidad de ayudarlos y de ayudarme, por eso los invito a participar de nuestras reuniones en la Iglesia San Francisco Solano, para que juntos caminemos con un SI a la vida a pesar de todo.-

Vilma, mamá de Rodrigo
Vilmaragliano@hotmail.com

domingo, 2 de noviembre de 2008

sábado, 1 de noviembre de 2008

Este es el tema musical que se escucho en el cierre de encuentro en Huerta Grande

Universidad del dolor

por el Rabino BERGMAN

En la escuela de la Universidad del Dolor que trae la muerte, no se diploma nadie que no la transita, un pedazo de uno se murió y no somos nunca más los mismos.

 

Una vez reconocida la vivencia que no se vuelve atrás en la reversibilidad de la muerte, uno sí vuelve atrás con el espíritu del amor y lo recupera. Entonces son gestos, son sensaciones, son fragmentos que la vida sí nos da y que la muerte no destruye. Porque están arraigadas en la eternidad del amor y dónde hubo amor, la muerte no se lo lleva. Esto trae consuelo. 

Tenés consuelo. No es consuelo. No es compensación ni alivio. Eso es justamente trascendencia y se abre una nueva dimensión que es así: 

Hacerlos trascender. Tanto los amamos, que nos y se los debemos. Quien renuncia al trabajo de trascendencia del ser querido en el amor porque está sumido en su conmorir, y desvía toda su energía a sufrir y a doler; entonces, además que es una mala elección, hace algo que no permite que quien partió físicamente siga vivo en la trascendencia, en el recuerdo de la memoria y del amor.
 

Ellos trascienden en nosotros vivos.

Porque hay una parte de quienes murieron que vive en nosotros, porque los amamos y porque los recordamos. 

También uno a veces no se da cuenta y no tiene conciencia, de cuánta más muerte agrega a la muerte cuando se abandona y entrega. No cuando no sabe qué hacer. No saber es correcto, eso es la vida. No saber qué hacer viene con la tragedia de la muerte. 

Eso es amor… Amor es cuando uno es una criatura sensible y uno donde está hace la diferencia.

Entonces, nuestro desafío amoroso es, cómo hacer de esa ausencia una presencia. 

Es otra manera de estar presentes y eso nos es imprescindible a nosotros.

Porque acá, nuevamente los dos tenemos que volver a nacer.
 

Sí, es verdad. Murieron. Pero están en otra manera, no demostrable, no compensable pero muy importante cuando uno se conecta con esa presencia que la hace posible en el amor.


Ellos están unidos a ustedes por siempre en el amor.

No lo dejen ir. Por ese amor, en ese amor viven por siempre.

Volver a poner amor.

Volver a poner vida.

En eso y en ustedes, ellos son eternos.