domingo, 1 de julio de 2012

LA MUERTE DE UN HERMANO/A

La elaboración de la muerte de un hermano es quizá el proceso más solitario y más aislante en la vida de una persona. Y eso es así porque en la enorme mayoría de los casos deben sufrir en silencio la muerte de ese ser tan querido -a veces único hermano- porque ven sufrir tanto a sus padres que también temen por ellos, temen tener que pasar por otra pérdida y no se atreven a llorar en su presencia para no aumentar su dolor.Es por eso que desde nuestro lugar de padres, dolientes si, pero con una enorme capacidad de amor queremos decirle a esos hijos que aunque sintamos diferente, entendemos su dolor.No importa que tipo de relación hayas tenido con tu hermano/a, pero sé que duele mucho. Estás sufriendo la pérdida de su presencia, de futura oportunidades juntos, y te estás enfrentando a un gran cambio en nuestro esquema familiar. Si hubo peleas que nunca se arreglaron, palabras para ser compartidas, o recuerdos para ser recreados, debes sentir que la muerte te arrebató la posibilidad de hacer todos estos cambios. Y ese dolor adicional seguro está acentuando tu sufrimiento.El dolor que sentís es una reacción natural y normal a la partida de tu hermano. Es la respuesta física, emocional, espiritual y sicológica. Es un proceso complejo que afecta todos los aspectos de tu vida, te produce ira, temor, frustración, soledad y culpa, todo es parte de ese dolor. Es importante que entiendas que el dolor no es un signo de debilidad ni una falta de fe, el dolor es simplemente el precio que estamos pagando todos en nuestra familia por haber amado tanto a tu hermano.Te observo permanentemente aunque vos pienses que solo tengo capacidad para extrañar a ese hijo que ya no está, veo tus cambios, no podes dormir, no tenés apetito, se te ve cansado, estás irritable, a veces hasta agotado. Estas enojado con Dios, con toda tu familia, hasta con el hermano que murió. Y sentís culpa, por haberlo peleado tanto, por haberte enojado tantas veces cuanto se adueñaba de tus cosas.Culparte es una manera de pensar que hubieses podido evitar su partida, es una injusta acusación por todo aquello que no hiciste, por no haberle contado tantas cosas que hubieras querido contarle, por no haberle dado otras, por no haber estado todo el tiempo que hubieses podido estar, por no haberlo complacido, por no haberlo cuidado lo suficiente. Y como no te podes enojar con el por que te privó del tiempo de hacerlo es que estás cargando con esa culpa. Pero la culpa es un callejón sin salida, es una compañera de viaje que te va a llevar siempre al pasado, que no te deja avanzar.Así como haces en tu mente la lista de las cosas que no hiciste, sería bueno que pudieras hacer la de todo lo que hiciste, y lo que hicieron juntos, tantas travesuras compartidas, tantos secretos que eran solo de ustedes, tantas penitencias que cumplieron juntos convencidos de lo injustas que eran. Todo eso es amor, amor de hermanos, un amor distinto al que puedas sentir por otra persona, un amor que a veces los hacía parecer rivales, y al segundo estaban juntos para pelear contra el enemigo.Por eso no importa lo fuerte que era la rivalidad o lo desagradable que fueron las palabras o los pensamientos entre ustedes. Vos no tenes la culpa de lo que pasó.Es normal que te resistas a expresar los sentimientos que vienen desde la infancia con respecto a la relación que tuviste con tu hermano. No tenes por que cambiar esa relación porque ya no este físicamente con vos. No dejamos de amar a alguien solo porque haya muerto, podés hablar igual con él, incluso escribirle una carta. Siempre va a estar vivo en tu corazón porque lo amaste y lo amas. Si tuviste una relación difícil con ese hermano y querés cambiarla ahora, podes hacerlo aprendiendo a perdonarte a vos mismo y a el por las cosas que se dijeron o hicieron. Vos estás a cargo de esa relación ahora y podés cambiarla en la forma que quieras, podés continuar manteniendo el enojo, la culpa, el reproche o podés dejar que la relación sane. Si bien no se puede cambiar el pasado ni pretender que lo malo nunca existió, se puede aprender a vivir con la realidad y no permitir que el pasado influya negativamente sobre el presente, dejar ir los viejos sentimientos que no sirven más es una poderosa y efectiva manera de sanar.Date el permiso de sentirte mal, vulnerable. Pensá que es mejor sentir el dolor que evitarlo o taparlo con distracciones o ocupaciones porque de todas manera con el tiempo el dolor va a aflorar, por eso es mejor que salga lo antes posible. Registrá y expresá las emociones que surjan, no las reprimas, no te guardes todo para adentro, no te olvides que nosotros también estamos sufriendo por el mismo ser que se fue, es mejor si compartimos, no temas hacernos mal, no temas por nosotros, no te condiciones con una supuesta fortaleza sobreprotectora, estamos juntos en esto que nos toco vivir y juntos vamos a salir. No te olvides que cuando el dolor se comparte su peso se divide. Tene presente que las responsabilidades y expectativas que tu hermano tenía, ahora son distribuidas entre los demás miembros de la familia, estas nuevas responsabilidades por lo general son difíciles de manejar ya que no se adaptan a vos ni a tu manera de hacer las cosas. Trata de ser flexible ya que todos nos estamos adaptando a un nuevo y alterado cuadro familiar. Si te sentís incapaz de manejar una determinada responsabilidad sé honesto con vos mismos y con tu familia, todos estamos tratando de adecuarnos a esa nueva situación.Todos sufrimos de diferente manera por la partida de ese hermano, de ese hijo, de ese nieto. Cada uno encontrará su propia salida, ninguna forma es correcta o incorrecta, tratá de aceptar esas diferencias sin criticar a los demás miembros de la familia ya que todos estamos bajo un gran estrés y cada uno esta tratando de controlar lo incontrolable de la mejor manera posible. No escondas tus sentimientos, no compartir tu dolor te hará sentir aislado y te traerá un dolor adicional, tratá de mantener la comunicación y ser abierto con los demás.Somos conscientes que nuestro dolor de padres puede hacerte sentir ignorado, tal vez te sientas invisible o creas que adoptar el rol de tu hermano te hará sentir amado. No es así hijo, te amamos como siempre, nada, ni aún la muerte de tu hermano puede modificar el amor que sentimos por vos. Es este dolor abrumador el que no nos permite manifestarte que nuestro amor por vos está intacto. Tené presente que siempre ocupaste un lugar especial en tu familia, ello sigue siendo así y nunca va a cambiar.Sería bueno que todos juntos podamos crear rituales relativos a las fiestas, los cumpleaños, a los días especiales y decidir en familia que hacemos con las fotos, prendas, libros y demás recuerdos especiales.Si te convertiste en “hijo único” como resultado de la muerte de tu hermano/a podés experimentar sentimientos de soledad, vacío y desesperación. Podes preguntarte si todavía sos un “hermano/a”, y claro que lo sos, la relación que tuviste con ese ser que ya no está, solo ha cambiado de una relación de presencia a una relación de recuerdo, pero siempre vas a ser su hermano como cada miembro de la familia sigue teniendo su rol de papá, mamá, abuelos, tios etc.Dicen que el duelo se completa cuando uno aprende a vivir sin el o sin ella … sin el que ya no está, cuando dejamos de vivir en el pasado y podemos invertir de nuevo toda nuestra energía en nuestra vida presente y en los seres vivos que están a nuestro alrededor. Una vez escuche que un hermano que había perdido a su hermana mayor decía a su madre:… “ vos sabes como es vivir sin mi hermana porque hasta que ella nació viviste muchos años sin ella, pero cuando yo nací ella ya estaba y no entiendo la vida sin ella, no se que hacer con ese lugar vacío …” Por que entiendo tu dolor deseo que puedas recorrer este camino en el menor tiempo posible, dicen que el tiempo lo cura todo, pero cuidado, el tiempo solo quizá no alcance. Lo que realmente te va a ayudar es lo vos hagas con el tiempo.No dejes de valorar las cosas buenas que tenés en la vida y las que vas a ir encontrando sobre todo los vínculos familiares que siempre van a entender tu dolor, tu confusión, tus dudas, tus momentos más oscuros. No dejes de pedir ayuda todos los que te queremos aunque estemos sufriendo te vamos a escuchar, a dar nuestro apoyo, nuestra atención, lo mejor de nosotros.Confiá en tus recursos para salir adelante, confiá en vos mismo que seguro no te vas a defraudar, buscá para tu hermano el mejor lugar dentro de tu corazón. Ese amor que sentís por el no se acaba con la muerte.Y por sobre todas las cosas recordá que sos un ser especial, único y que nada que pase en mi vida va a modificar mi amor por vos … porque … TE AMO . Por Norma Beatriz Galonetto

Actitud frente a la vida

Debemos captar el mensaje de infinito amor que nuestros hijos al partir nos dejaron y que los hijos que quedan nos recuerdan cada día: dar amor, sólo amor. La muerte de nuestros hijos no habrá sido estéril, si a través de su partida se comprende el verdadero sentido de la vida, como un tiempo precioso y finito que debemos vivir al máximo, pero de otra manera, ya que el camino trazado hasta ahora no nos sirve para esta nueva realidad. Todo dependerá de nuestra actitud, de cómo nosotros vivamos cada día de nuestra vida, de cómo nosotros nos enfrentemos cada día a lo que la vida nos presenta. Los papás de Renacer tenemos la responsabilidad de trasmitir la actitud de solidaridad, de amor incondicional, de rescatar el valor de la vida por encima de todo lo que nos pueda pasar, lo tenemos que llevar en nuestra actitud todos los días de la vida. De esta manera, nuestros hijos se han transformado en los maestros del verdadero y desinteresado amor y este sentimiento no tiene reclamos ni expectativas, ni siquiera necesita de su presencia física. La vida siempre nos va a desafiar. La vida nos sorprende continuamente y, a veces, creemos que ya hemos aprendido todo, tenemos que seguir aprendiendo y cuando creemos que ya no nos vamos a volver a caer, porque ya tuvimos la máxima caída, si nos volvemos a caer, Renacer nos enseña a levantarnos una y mil veces y todas las veces que sean necesarias. Porque de cada situación difícil y dolorosa que vivamos, y que van a ser muchas, porque ésta no es la última, seguro que es la peor, pero no es la última y cuando uno cree que no tiene más reservas de fuerzas, aparecen las fuerzas sí, parece mentira, es infinita la reserva. Debemos levantarnos con renovada fuerza y capitalizar cada una de estas experiencias difíciles o dolorosas que nos pasen y que tengamos todavía que vivir y emerger cada vez como seres más fuertes, más compasivos, más generosos. Es como esos barriles sin fondo, cuando uno cree que no tiene más fuerzas, aparecen, nos vienen de arriba y pasan a través nuestro, es como que no tenemos un caudal definido, finito, de fuerzas, es para siempre, ¡sí, es para siempre! De modo que no achicarse frente a la vida, no hay que achicarse y no hay que perder la sonrisa y no hay que perder las ganas de vivir. Eso lo tenemos que demostrar cada día de nuestra vida en todo, en donde nos movamos, en nuestras actividades diarias, seamos verdaderos padres que hemos entendido el mensaje. No digamos, Renacer es una cosa y afuera en el mundo es otra, no, yo soy la misma persona, dentro de Renacer y afuera de Renacer. Yo no puedo decir dar amor y Renacer es amor y te quiero mucho y me abrazo con un papá de Renacer y salgo y despotrico contra todo el mundo y estoy con la cara amargada cuando tengo que hacer cualquier cosa. No, no es así, pues si bien yo puedo pensar que hay corrupción y sé que hay corrupción, y sé que hay violencia, y sé que hay un montón de cosas, y por ahí tampoco tengo mucha esperanza de que las cosas cambien, pero es mi responsabilidad como papá de Renacer, si realmente llevo a Renacer en mi corazón, y si pienso que, realmente, es una actitud frente la vida, es mi responsabilidad trasmitir alegría de vivir y es mi responsabilidad trasmitir el valor de la vida, no importa lo que pase afuera, no importa, y aunque haya los problemas que haya, yo tengo que tratar de mantener siempre mi mejor actitud y dar siempre lo mejor de mí, en todas las situaciones de la vida. Aún frente a repetidas crisis, o ante repetidos desafíos de la vida, seguimos encontrando fuerza; una prueba de eso son los padres que pierden más de un hijo, esos padres nos muestran, sin lugar a dudas, que el caudal de fuerza, la capacidad de respuesta del hombre es inagotable, la capacidad de repuesta del ser humano ante los interrogantes de la vida, es y será siempre inagotable. Frente a lo irreversible, frente a aquello que no puede ser cambiado, el hombre tiene aún la última de las libertades individuales: elegir la actitud con que lo enfrentará, si será como la débil hoja arrastrada por los primeros vientos de otoño, o como el árbol fuerte pero flexible que se inclina y estremece, pero se yergue fortalecido cuando la tormenta pasa. No es posible vivir la vida como si nuestros hijos fueran los artífices para arruinar nuestras vidas. Su partida es una condición permanente, pero no puede ser permanente nuestro sufrir, debemos decirle sí a la vida. Debemos seguir viviendo, es una experiencia renovadora. Es como renacer de las cenizas y cuando hayamos encontrado la paz y la aceptación, habremos de trasmitirla a los demás, a los que la necesitan, a los que sufren, a los que aún viven en la oscuridad de la desesperanza y la rebeldía. Alicia Schneider Berti- Gustavo Berti