domingo, 1 de julio de 2012

LA MUERTE DE UN HERMANO/A

La elaboración de la muerte de un hermano es quizá el proceso más solitario y más aislante en la vida de una persona. Y eso es así porque en la enorme mayoría de los casos deben sufrir en silencio la muerte de ese ser tan querido -a veces único hermano- porque ven sufrir tanto a sus padres que también temen por ellos, temen tener que pasar por otra pérdida y no se atreven a llorar en su presencia para no aumentar su dolor.Es por eso que desde nuestro lugar de padres, dolientes si, pero con una enorme capacidad de amor queremos decirle a esos hijos que aunque sintamos diferente, entendemos su dolor.No importa que tipo de relación hayas tenido con tu hermano/a, pero sé que duele mucho. Estás sufriendo la pérdida de su presencia, de futura oportunidades juntos, y te estás enfrentando a un gran cambio en nuestro esquema familiar. Si hubo peleas que nunca se arreglaron, palabras para ser compartidas, o recuerdos para ser recreados, debes sentir que la muerte te arrebató la posibilidad de hacer todos estos cambios. Y ese dolor adicional seguro está acentuando tu sufrimiento.El dolor que sentís es una reacción natural y normal a la partida de tu hermano. Es la respuesta física, emocional, espiritual y sicológica. Es un proceso complejo que afecta todos los aspectos de tu vida, te produce ira, temor, frustración, soledad y culpa, todo es parte de ese dolor. Es importante que entiendas que el dolor no es un signo de debilidad ni una falta de fe, el dolor es simplemente el precio que estamos pagando todos en nuestra familia por haber amado tanto a tu hermano.Te observo permanentemente aunque vos pienses que solo tengo capacidad para extrañar a ese hijo que ya no está, veo tus cambios, no podes dormir, no tenés apetito, se te ve cansado, estás irritable, a veces hasta agotado. Estas enojado con Dios, con toda tu familia, hasta con el hermano que murió. Y sentís culpa, por haberlo peleado tanto, por haberte enojado tantas veces cuanto se adueñaba de tus cosas.Culparte es una manera de pensar que hubieses podido evitar su partida, es una injusta acusación por todo aquello que no hiciste, por no haberle contado tantas cosas que hubieras querido contarle, por no haberle dado otras, por no haber estado todo el tiempo que hubieses podido estar, por no haberlo complacido, por no haberlo cuidado lo suficiente. Y como no te podes enojar con el por que te privó del tiempo de hacerlo es que estás cargando con esa culpa. Pero la culpa es un callejón sin salida, es una compañera de viaje que te va a llevar siempre al pasado, que no te deja avanzar.Así como haces en tu mente la lista de las cosas que no hiciste, sería bueno que pudieras hacer la de todo lo que hiciste, y lo que hicieron juntos, tantas travesuras compartidas, tantos secretos que eran solo de ustedes, tantas penitencias que cumplieron juntos convencidos de lo injustas que eran. Todo eso es amor, amor de hermanos, un amor distinto al que puedas sentir por otra persona, un amor que a veces los hacía parecer rivales, y al segundo estaban juntos para pelear contra el enemigo.Por eso no importa lo fuerte que era la rivalidad o lo desagradable que fueron las palabras o los pensamientos entre ustedes. Vos no tenes la culpa de lo que pasó.Es normal que te resistas a expresar los sentimientos que vienen desde la infancia con respecto a la relación que tuviste con tu hermano. No tenes por que cambiar esa relación porque ya no este físicamente con vos. No dejamos de amar a alguien solo porque haya muerto, podés hablar igual con él, incluso escribirle una carta. Siempre va a estar vivo en tu corazón porque lo amaste y lo amas. Si tuviste una relación difícil con ese hermano y querés cambiarla ahora, podes hacerlo aprendiendo a perdonarte a vos mismo y a el por las cosas que se dijeron o hicieron. Vos estás a cargo de esa relación ahora y podés cambiarla en la forma que quieras, podés continuar manteniendo el enojo, la culpa, el reproche o podés dejar que la relación sane. Si bien no se puede cambiar el pasado ni pretender que lo malo nunca existió, se puede aprender a vivir con la realidad y no permitir que el pasado influya negativamente sobre el presente, dejar ir los viejos sentimientos que no sirven más es una poderosa y efectiva manera de sanar.Date el permiso de sentirte mal, vulnerable. Pensá que es mejor sentir el dolor que evitarlo o taparlo con distracciones o ocupaciones porque de todas manera con el tiempo el dolor va a aflorar, por eso es mejor que salga lo antes posible. Registrá y expresá las emociones que surjan, no las reprimas, no te guardes todo para adentro, no te olvides que nosotros también estamos sufriendo por el mismo ser que se fue, es mejor si compartimos, no temas hacernos mal, no temas por nosotros, no te condiciones con una supuesta fortaleza sobreprotectora, estamos juntos en esto que nos toco vivir y juntos vamos a salir. No te olvides que cuando el dolor se comparte su peso se divide. Tene presente que las responsabilidades y expectativas que tu hermano tenía, ahora son distribuidas entre los demás miembros de la familia, estas nuevas responsabilidades por lo general son difíciles de manejar ya que no se adaptan a vos ni a tu manera de hacer las cosas. Trata de ser flexible ya que todos nos estamos adaptando a un nuevo y alterado cuadro familiar. Si te sentís incapaz de manejar una determinada responsabilidad sé honesto con vos mismos y con tu familia, todos estamos tratando de adecuarnos a esa nueva situación.Todos sufrimos de diferente manera por la partida de ese hermano, de ese hijo, de ese nieto. Cada uno encontrará su propia salida, ninguna forma es correcta o incorrecta, tratá de aceptar esas diferencias sin criticar a los demás miembros de la familia ya que todos estamos bajo un gran estrés y cada uno esta tratando de controlar lo incontrolable de la mejor manera posible. No escondas tus sentimientos, no compartir tu dolor te hará sentir aislado y te traerá un dolor adicional, tratá de mantener la comunicación y ser abierto con los demás.Somos conscientes que nuestro dolor de padres puede hacerte sentir ignorado, tal vez te sientas invisible o creas que adoptar el rol de tu hermano te hará sentir amado. No es así hijo, te amamos como siempre, nada, ni aún la muerte de tu hermano puede modificar el amor que sentimos por vos. Es este dolor abrumador el que no nos permite manifestarte que nuestro amor por vos está intacto. Tené presente que siempre ocupaste un lugar especial en tu familia, ello sigue siendo así y nunca va a cambiar.Sería bueno que todos juntos podamos crear rituales relativos a las fiestas, los cumpleaños, a los días especiales y decidir en familia que hacemos con las fotos, prendas, libros y demás recuerdos especiales.Si te convertiste en “hijo único” como resultado de la muerte de tu hermano/a podés experimentar sentimientos de soledad, vacío y desesperación. Podes preguntarte si todavía sos un “hermano/a”, y claro que lo sos, la relación que tuviste con ese ser que ya no está, solo ha cambiado de una relación de presencia a una relación de recuerdo, pero siempre vas a ser su hermano como cada miembro de la familia sigue teniendo su rol de papá, mamá, abuelos, tios etc.Dicen que el duelo se completa cuando uno aprende a vivir sin el o sin ella … sin el que ya no está, cuando dejamos de vivir en el pasado y podemos invertir de nuevo toda nuestra energía en nuestra vida presente y en los seres vivos que están a nuestro alrededor. Una vez escuche que un hermano que había perdido a su hermana mayor decía a su madre:… “ vos sabes como es vivir sin mi hermana porque hasta que ella nació viviste muchos años sin ella, pero cuando yo nací ella ya estaba y no entiendo la vida sin ella, no se que hacer con ese lugar vacío …” Por que entiendo tu dolor deseo que puedas recorrer este camino en el menor tiempo posible, dicen que el tiempo lo cura todo, pero cuidado, el tiempo solo quizá no alcance. Lo que realmente te va a ayudar es lo vos hagas con el tiempo.No dejes de valorar las cosas buenas que tenés en la vida y las que vas a ir encontrando sobre todo los vínculos familiares que siempre van a entender tu dolor, tu confusión, tus dudas, tus momentos más oscuros. No dejes de pedir ayuda todos los que te queremos aunque estemos sufriendo te vamos a escuchar, a dar nuestro apoyo, nuestra atención, lo mejor de nosotros.Confiá en tus recursos para salir adelante, confiá en vos mismo que seguro no te vas a defraudar, buscá para tu hermano el mejor lugar dentro de tu corazón. Ese amor que sentís por el no se acaba con la muerte.Y por sobre todas las cosas recordá que sos un ser especial, único y que nada que pase en mi vida va a modificar mi amor por vos … porque … TE AMO . Por Norma Beatriz Galonetto

Actitud frente a la vida

Debemos captar el mensaje de infinito amor que nuestros hijos al partir nos dejaron y que los hijos que quedan nos recuerdan cada día: dar amor, sólo amor. La muerte de nuestros hijos no habrá sido estéril, si a través de su partida se comprende el verdadero sentido de la vida, como un tiempo precioso y finito que debemos vivir al máximo, pero de otra manera, ya que el camino trazado hasta ahora no nos sirve para esta nueva realidad. Todo dependerá de nuestra actitud, de cómo nosotros vivamos cada día de nuestra vida, de cómo nosotros nos enfrentemos cada día a lo que la vida nos presenta. Los papás de Renacer tenemos la responsabilidad de trasmitir la actitud de solidaridad, de amor incondicional, de rescatar el valor de la vida por encima de todo lo que nos pueda pasar, lo tenemos que llevar en nuestra actitud todos los días de la vida. De esta manera, nuestros hijos se han transformado en los maestros del verdadero y desinteresado amor y este sentimiento no tiene reclamos ni expectativas, ni siquiera necesita de su presencia física. La vida siempre nos va a desafiar. La vida nos sorprende continuamente y, a veces, creemos que ya hemos aprendido todo, tenemos que seguir aprendiendo y cuando creemos que ya no nos vamos a volver a caer, porque ya tuvimos la máxima caída, si nos volvemos a caer, Renacer nos enseña a levantarnos una y mil veces y todas las veces que sean necesarias. Porque de cada situación difícil y dolorosa que vivamos, y que van a ser muchas, porque ésta no es la última, seguro que es la peor, pero no es la última y cuando uno cree que no tiene más reservas de fuerzas, aparecen las fuerzas sí, parece mentira, es infinita la reserva. Debemos levantarnos con renovada fuerza y capitalizar cada una de estas experiencias difíciles o dolorosas que nos pasen y que tengamos todavía que vivir y emerger cada vez como seres más fuertes, más compasivos, más generosos. Es como esos barriles sin fondo, cuando uno cree que no tiene más fuerzas, aparecen, nos vienen de arriba y pasan a través nuestro, es como que no tenemos un caudal definido, finito, de fuerzas, es para siempre, ¡sí, es para siempre! De modo que no achicarse frente a la vida, no hay que achicarse y no hay que perder la sonrisa y no hay que perder las ganas de vivir. Eso lo tenemos que demostrar cada día de nuestra vida en todo, en donde nos movamos, en nuestras actividades diarias, seamos verdaderos padres que hemos entendido el mensaje. No digamos, Renacer es una cosa y afuera en el mundo es otra, no, yo soy la misma persona, dentro de Renacer y afuera de Renacer. Yo no puedo decir dar amor y Renacer es amor y te quiero mucho y me abrazo con un papá de Renacer y salgo y despotrico contra todo el mundo y estoy con la cara amargada cuando tengo que hacer cualquier cosa. No, no es así, pues si bien yo puedo pensar que hay corrupción y sé que hay corrupción, y sé que hay violencia, y sé que hay un montón de cosas, y por ahí tampoco tengo mucha esperanza de que las cosas cambien, pero es mi responsabilidad como papá de Renacer, si realmente llevo a Renacer en mi corazón, y si pienso que, realmente, es una actitud frente la vida, es mi responsabilidad trasmitir alegría de vivir y es mi responsabilidad trasmitir el valor de la vida, no importa lo que pase afuera, no importa, y aunque haya los problemas que haya, yo tengo que tratar de mantener siempre mi mejor actitud y dar siempre lo mejor de mí, en todas las situaciones de la vida. Aún frente a repetidas crisis, o ante repetidos desafíos de la vida, seguimos encontrando fuerza; una prueba de eso son los padres que pierden más de un hijo, esos padres nos muestran, sin lugar a dudas, que el caudal de fuerza, la capacidad de respuesta del hombre es inagotable, la capacidad de repuesta del ser humano ante los interrogantes de la vida, es y será siempre inagotable. Frente a lo irreversible, frente a aquello que no puede ser cambiado, el hombre tiene aún la última de las libertades individuales: elegir la actitud con que lo enfrentará, si será como la débil hoja arrastrada por los primeros vientos de otoño, o como el árbol fuerte pero flexible que se inclina y estremece, pero se yergue fortalecido cuando la tormenta pasa. No es posible vivir la vida como si nuestros hijos fueran los artífices para arruinar nuestras vidas. Su partida es una condición permanente, pero no puede ser permanente nuestro sufrir, debemos decirle sí a la vida. Debemos seguir viviendo, es una experiencia renovadora. Es como renacer de las cenizas y cuando hayamos encontrado la paz y la aceptación, habremos de trasmitirla a los demás, a los que la necesitan, a los que sufren, a los que aún viven en la oscuridad de la desesperanza y la rebeldía. Alicia Schneider Berti- Gustavo Berti

viernes, 6 de abril de 2012

El oficio de crecer

Crecer espiritualmente es materia indelegable, sólo nuestro es el compromiso de lograrlo, para lo cual es necesario dejar atrás ciertas ataduras.

Me refiero especialmente a dos íntimas creencias que se empeñan en acompañarnos, (aunque lo negaríamos disgustados si alguien nos acusara de ello.) Se trata de la egolatría y la búsqueda de relaciones ideales.

La egolatría comporta una visión distorsionada de la realidad, nos hace creer que los demás están obligados a demostrarnos su cariño; pensamos que el mundo no podría arreglárselas sin nosotros; que todo cuanto suceda a nuestro alrededor requiere de nuestro protagonismo, que los hechos no son importantes en sí mismo si no participamos en ellos con nuestras opiniones o juicios.

Es el abuso del “yo” y del “a mí”; es confiar en nuestra suficiencia, y pensar que las desventuras están hechas para los demás, que nosotros no las merecemos, y que si alguna, injustamente nos alcanza, todos deberán centrar su atención y su consuelo en nuestro indebido drama. Desde la egolatría somos capaces de quitarle el protagonismo a un ser inmensamente querido que ha muerto, dándole al infortunio la mezquina versión de: “lo que a mí me pasó”.

La egolatría, desconoce la existencia del otro, o sólo la acepta en tanto proporcione satisfacciones y halagos personales.

Desprenderse de esta manera de ser no es imposible ni tampoco fácil, para qué negarlo; requiere de un laborioso y constante esfuerzo personal por conocernos, disculpar y disculparnos, ejercer la humildad y salir de nuestra obstinada mismidad, trascenderla con la intención de llegar al otro - que no es un muro sino un puente necesario – con nuestra comprensión y nuestro amor. Reconozcamos que somos menos importantes de lo que creemos ser, y que es desde esa relativa, pequeña pero asumida importancia, el lugar desde donde sí, podremos amar y ser amados


de Carlos Juan Bianchi

viernes, 30 de septiembre de 2011

Renacer es una revolución cultural a través del amor

Hemos visto que en los medios virtuales de comunicación, Internet, blog, chartes, etc, ha aparecido una tendencia a trabajar de una manera negativa, comentarios negativos, comentarios muy tristes, trabajar mucho en un mero duelo, mucho de transitar un duelo, olvidándose de los aspectos trascendentes y más importantes de Renacer, que nosotros creemos que son aquellos que los motiva a ustedes a participar en los grupos.

Renacer es un grupo que nació como una alternativa “al duelo”, una alternativa significa “otra cosa que”.

Cuando Nicolás partió, cuando Nicolás murió, captamos muy rápido, que nosotros teníamos que hacer algo con esto que nos había pasado, porque una cosa es lo que nos pasa y otra muy distinta es ¿qué hacemos con esto que nos pasa?

Nos dimos cuenta, también, que aquí no había un proceso de duelo que hubiéramos que seguir, porque si vamos a hablar de duelo es como que vamos a hacer un duelo toda la vida y eso no es así.

Renacer es una Revolución cultural a través del amor.

Nosotros estamos convencidos que en cuanto abrimos nuestro corazón, cuando abrimos nuestra cabeza y dejamos que entre en nuestro corazón todo el amor que no podemos dar a Nicolás personalmente, se lo podemos dar a cuanto ser que sufre que se cruce en nuestro camino, que no se nos van a cruzar por casualidad.

Entonces, Renacer va siendo algo mucho más que, simplemente, un encuentro o un lugar para ir a llorar por lo mal que me siento luego de la pérdida de mi hijo, tampoco es que uno vaya a reprimir a los padres que manifiestan su dolor en un grupo, simplemente, vamos a mostrar que existe una alternativa superadora al duelo.

Por eso decimos que Renacer es un grupo de padres que “enfrentan” la pérdida de hijos, porque, si nos atenemos al significado de la palabra enfrentar, significa una actitud activa, no voy a sentarme a llorar, voy a buscar cómo puedo hacer para enfrentar esto que me toca vivir.

Cuando perdemos un hijo, primero y principalmente, seguimos siendo padres de esos hijos; la paternidad no es algo a lo que se pueda renunciar.

Seguimos siendo padres de esos hijos y tenemos una cuota de amor que ha quedado, en cierta manera, vacante y si ese amor se lo damos a los otros hijos, los vamos a sobrecargar y los vamos a enfermar, pues cada uno de los hijos tiene la cuota de amor que le corresponde por derecho propio.

Entonces, ¿qué hacemos con esa cuota de amor vacante?

Tenemos un porqué dar y tenemos un por quien dar.

Tenemos el deber de entregarla a la vida y en ella ¿a quién?

Decimos que Renacer es generoso, fíjense que Renacer tiene una peculiaridad; cuando hablamos de lo moral, hemos dicho que es dar más a los demás, más de lo que puedo recibir de ellos.

Somos referentes sociales y eso quiere decir que tenemos el derecho y la responsabilidad de acercarnos a alguien que sufre para darle una palabra de aliento, porque sabemos lo que es sufrir; sabemos lo que es el dolor, sabemos lo que es el sufrimiento y la vida necesita de personas que se brinden a los demás.

Demasiadas tragedias, demasiado dolor, demasiada injusticia, demasiada miseria hay para que nosotros tengamos una cuota vacante de amor y la tengamos guardada en un bolsillo sin darlo.

Como decía la Madre Teresa cuando le preguntaron un día, ¿pero hasta cuando hay que dar? Y ella dijo: “Hay que dar… dar… dar… hasta que duela y después seguir dando.”

¡Ése es el Mensaje de Renacer!

Esperamos que puedan ver nuestra idea de lo que es Renacer y porqué rechazamos la elaboración del duelo COMO MODELO DE TRABAJO en los grupos Renacer.

No negamos su existencia, sólo negamos que a partir de una mera elaboración de un duelo, de un proceso absolutamente individual y despojado de toda trascendencia, puedan surgir individuos libres para elegir ser mejores, más compasivos y solidarios con el dolor ajeno, capaces de elegir la manera de sufrir y abiertos al mundo en que se insertan y a los otros con quienes comparten dicho mundo, para que puedan hacer honor a esa frase que dice: Busqué a Dios y no lo encontré; me busqué a mí mismo y no me encontré; busqué al prójimo y encontré a los tres.

Alicia Schneider Berti- Gustavo Berti

viernes, 19 de agosto de 2011

*EN HONOR A ESE HIJO QUE HA PARTIDO*

Muchas de las circunstancias que hoy te afectan, tanto en tu vida personal como en el entorno en que vives, te tienen fuera de control, te sumergen en un caos que inevitablemente te lleva a una situación de profundo estrés, por cierto muy difícil de manejar. Afortunadamente más allá de las circunstancias en las que te encuentras, tienes varias cosas de las que ...puedes adueñarte para tomar el control de tu vida.
Me refiero particularmente a lo que realmente determina cómo te sientes en este momento, muy a pesar del tiempo que lleves de duelo. Estoy hablando de tu actitud, es decir de cómo eliges responder ante las circunstancias y quién decides ser ante el cambio.
Es tu actitud la que puede aumentar o reducir tu estrés de manera profunda. Aún si decidieras darte un masaje, hacer ejercicios físicos o inclusive hacer el amor, estos son excelentes antídotos para el estres; pero si no son acompañados de un cambio de actitud que subsane tu problema real, apenas llegarán a tener un efecto temporario.
¿Cómo te adueñas de tu actitud?
Atreviéndote a tomar decisiones que te ayuden a retomar el control sobre tu respuesta ante lo que te sucede, a reducir significativamente tu estrés y aumentar tu capacidad para manejar el cambio.

En vez de resistir... ACEPTA!!!
Acepta lo que es un hecho, es decir aquellas circunstancias que por más que te esfuerces no puedes cambiar. Tu estrés aumenta cuando te resistes a lo que te sucede y al resistir le estás dando poder a aquello a lo que estás resistiendo, en cambio al aceptar y soltar tu resistencia estarás recuperando tu poder y te sentirás marcadamente mejor. Recuerda que hay cosas que no podemos cambiar; pero lo que sí podemos cambiar es nuestra actitud ante ellas, solo hay que aceptar y por ende llegarán los cambios.

En vez de conformarte... APROVECHA!!!
Es fundamental que aceptes accionar inmediatamente ante lo sucedido aprovechando esta situación, como el mayor aprendizaje de tu vida. Esto es lo que hace la diferencia entre resignarse y pretender una vida mejor. Aprovecha lo que está en tus manos hacer, lo que tú sí puedes controlar, aquello en lo cual sí tienes inherencia y te es posible cambiar, tu vida por ejemplo. Asi que ponte en movimiento y decide aprovechar lo que está en tí lograr.

En vez de evadir... ASUME!!!
Cuando las cosas no son como tú quieres, es muy fácil apuntar hacia afuera y buscar responsables cuando tú no eres capaz de abordar el cambio. El reto y la esencia de la madurez consisten en asumir lo que es tuyo, la forma en la que tú has contribuído a lo que te sucede, a cómo has manejado tu vida. Si evades tu responsabilidad estás negando tu capacidad de aprender, en cambio cuando asumes lo que te corresponde, te adueñas de tu poder al momento que tomas conciencia sobre lo que puedes aprender y mejorar.

En vez de solo desear... COMPROMÉTETE!!!
La única forma de obtener resultados diferentes es haciendo cosas distintas. Desear algo mejor para tu vida es necesario; pero no es suficiente, el deseo debe ser acompañado por el compromiso de hacer lo que haga falta hacer para mejorar tu vida. Un cambio de hábitos cotidianos puede reforzar tu energía y estarías debilitando el estrés, en este sentido algunos cambios simples pueden hacer la gran diferencia. Dejar de pensar es casi imposible; pero puedes elegir cambiar tus pensamientos en positivo y construír, claro que sí puedes!!! Si haces esto, el mundo no va a cambiar porque tú no tortures tu mente; pero tu salud mental sí puede beneficiarse enormemente.

En vez de preocuparte... OCÚPATE!!!
Ocupántote tienes el mejor antídoto para tus preocupaciones. Ponte en acción!!! Muévete hacia lo que quieras y está en tí lograrlo. Cuando te encuantras frente a situaciones que no puedes cambiar, debes entender que si es algo que escapa a tu esfera de influencia debes soltar la preocupación para hacerte cargo de las oportunidades que sí puedes aprovechar. ¿Algo está mal en tu vida, algo está rasgando tu alma? Hay circunstancias que no puedes cambiar; pero sí puedes elegir una actitud que te permita aceptar lo que es, aprovechar lo que es posible y comprometerte a lograr lo que debes poner en acción, nada menos que tu vida.

En ves de olvidarte de lo que tienes... AGRADECE!!!
Cuando el dolor invade, el estrés se incrementa y te encuentras rodeado de cambios y nuevos desafíos, entonces es normal que pierdas las perspectivas y te desconectes de lo que tienes. En medio del caos corres el peligro de dar por sentado muchas cosas que atañen a tus afectos y olvidarte de lo que realmente te ayudaría a tomar fortaleza. El agradecimiento es un excelente antídoto ante la sensación de desesperanza y permite enfocarte en lo que tienes para continuar avanzando. En la gratitud los miedos se desvanecen ya que te das cuenta de lo que has recibido y verás que tienes más de lo que creías. Conéctate con ella y no olvides los cientos de regalos que puedes disfrutar en forma de experiencias, aprendizajes, momentos, oportunidades, fortaleza, conocimientos y crecimiento.

En vez de desconfiar... CONFÍA!!!
¿Crées que tus circunstancias negativas son permanentes? O sabiamente eliges creer que todo se mueve en ciclos; que después de la tormenta sale el sol, que después del invierno viene la primavera, que es posible volver a sonreír. Debes saber que tienes el control para adueñarte de tu capacidad para salir adelante; pero debes saber también que hay cientos de posibilidades que aún no conoces y quizás por ello hayas decidido no creer. Confía en un futuro posible, donde no existe el olvido; pero sí existe la paz y la serenidad embanderando el mejor recuerdo de tus hijos. Confiar o no confiar, la decisión es tuya.

En vez de visualizar lo negativo... APUESTA A VIVIR!!!
Si crees que puedes o crees que no puedes, estás en lo cierto!!! La pregunta es ¿En qué crees?. En tí está elegir apostar a la vida y tener fe en que todo lo que sucederá será mejor y esta misma energía debes enfocarla en lo que deseas para tu vida y aquí no hablo de un simple pensamiento positivo, estoy hablando de la energía que yace en tí para aceptar la realidad que vives, identificar lo que puedas aprovechar de las circunstancias, asumir la responsabilidad en tu proceso de duelo, comprometerte a accionar y ocuparte de lo que es posible. Confía en tí y en la posibilidad de una vida digna en honor a tu hij@ que ha partido.

Ojalá estas palabras humildemente sirvan como aliciente para todas aquellas personas que además de estar peleándole a la vida, después de la partida de su hij@, se encuentran intentando salir adelante en un entorno que no les favorece para enfrentar el mayor reto de sus vidas. Puede tratarse de una desaveniencia conyugal o de cualquier otra circunstancia de vida que en este momento está pesando demasiado sobre el dolor que transcurren. Mi única intensión es hacerles comprender que tomando el control de cada una de las situaciones que les acontecen, estarían alivianando cargas que les permitirían vivir un duelo sano, de la manera más serena posible.
¿Te preguntaste si no es acaso esto lo que tu hij@ quiere para tí?

Con el amor de siempre... Eliana

jueves, 11 de agosto de 2011

TRASCENDER EL DUELO POR LA MUERTE DE UN HIJO

La palabra trascendencia significa *Proyección*, *Escalar más allá*, *Atravesar el límite*.
Hay una realidad concreta e inmediata y es que hemos perdido un hijo.
¿Qué hay después de este devastador desgarro del alma?
...En un principio la única respuesta es *NADA*. Pasan los días y nuestros ojos ven alrededor a otros hijos, un cónyuge, alguien más; pero solo de la boca para afuera sabemos que debemos estar ahí. Aquí es donde esta realidad concreta se hace eco en nuestra voz porque trascender es sobrepasar los límites de esta realidad. Pasar de un ámbito a otro atravesando el límite que los separa, incluyendo además la idea de superación, significa la acción de sobresalir, de ir desde adentro hacia afuera superando toda limitación.
Si bien es cierto en un principio que una parte de nosotros muere con nuestros hijos, también hay una parte de nuestros hijos que no muere jamás. Este intercambio de existencias solo es posible a través del amor y es en este amor que se construye la trascendencia.
Superar el duelo no significa olvidar ni renunciar al recuerdo. Significa encontrarle a nuestros hijos un lugar en nuestro espacio emocional para seguir viviendo de manera eficaz. Nuestra respuesta al sufrimiento tiene base en la transcendencia y esto implica encontrarle un sentido a la existencia de quien murió y un sentido a nuestra vida, aunque ellos físicamente ya no estén.
La importancia de la autoayuda es fundamental, en cuanto a que podemos comprender, al participar en un grupo de duelo, que no somos únicos en el dolor y de requerir de los demás toda su consideración a nuestro drama. Dejar de pedir respuestas que nadie posee, es probablemente el punto de inflexión, el momento en que comienza en todo duelo su etapa reparatoria .
Comenzamos poco a poco a advertir que nuestra importancia no va más allá de la importancia de los demás, que los demás también sufren y extrañan, es aquí que el egoísmo de creer que somos los únicos que sufrimos, comienza a ceder.
Vamos lentamente pudiendo alzar la vista para mirarnos en el espejo del dolor ajeno, de pronto podemos escuchar, comprender y comenzar tímidamente a ayudar, y es ese aspecto solidario que emerge de nuestro propio sufrimiento, el que permite reparar y repararnos, sentirnos mejores personas, y esto se logra sin duda, a partir de los cambios que en nosotros, ha generado la ausencia.
En todo proyecto de vida aparecen valores de actitud, que apuntan a nuestro crecimiento espiritual y convierten nuestro trabajo interior en un trabajo transcendente que nos prepara para dar ese *Paso más*. Un paso más allá de nuestro ego para descubrir la Verdad que yace en nuestro interior es el significado exacto de la palabra trascendencia.
Alguien me preguntó alguna vez: ¿Y vos cómo sabés esto Eliana?
Por un momento enmudecí ante esa mamá que llevaba 11 años de duelo por la muerte de su hijo e inmediatamente respondí.. A cinco años de la partida de mis hijos, esto es lo único que he podido experimentar desde que comprendí que solo limpiando mi exterior era capaz de llegar a este interior que hoy ves.
Cuántas veces nuestro entorno no nos permite llegar, no nos permite trascender...
*Sí a la vida es acción, es movimiento, es definitivamente remover desde el fondo este gran terremoto del alma y recomenzar sanamente desde y por el amor a nuestros hijos que partieron*

Su amiga de siempre... Eliana

sábado, 4 de junio de 2011

Los dolientes olvidados

Por lo general, la mamá en duelo acapara la atención. Al papá se les exige proteger a su esposa y mantener el control de la situación. Además, al hombre en nuestra cultura, le cuesta más expresarse. Y como lo comenta Carla Hoffmann, el duelo es algo que tarde o temprano debe vivirse. Y mientras más se retrase, peor.

Por esto, aunque es bueno respetar los tiempos de duelo del hombre y de la mujer, conviene empezar a cambiar la mentalidad de muchos padres frente a la pérdida de un hijo. Todd Pitock, de la Fundación SHARE, en La fortaleza masculina, aconseja a los papás:
El ser estoico es una expresión falsa de la fortaleza. La masculinidad es ser un hombre completo, no una estatua. La valentía es mostrar con palabras, lágrimas o cualquier medio no violento lo que sientes. Es pedir ayuda y dejar que te ayuden. Es la voluntad de admitir tu vulnerabilidad. Finalmente, reconoces el dolor de tu esposa al reconocer tu propio dolor y honras a tu hijo al honrar tus sentimientos.

También, hay que recordar a los hermanos del niño o joven que muere. Ayudar a los niños pequeños a entender sus pérdidas y no marginarlos de lo que está sucediendo en la familia es prioritario para la sana recuperación. Fundación Esperanza distribuye el libro Caleidoscopio del duelo para guiar a los padres durante el proceso que enfrentan los menores. Con actividades sugeridas, el niño puede ir abrazando su dolor y evitar que sus sentimientos puedan afectar su autoestima.

Por su parte, los abuelos también viven una doble pena: perder a su nieto y ver con impotencia cómo sufre su hijo o hija. Ella era mi primera nieta; yo la esperaba incluso antes de que sus papás se conocieran, escribió una abuela. Los abuelos pueden revivir pérdidas anteriores, pero por lo general, tienden a inhibir sus recuerdos ya que centran su atención en los padres del hijo muerto. Y aquí también se recomienda demostrar lo que se siente. No creas que tienes que ser fuerte. Si necesitas llorar, hazlo.