martes, 29 de marzo de 2011

Renacer es una actitud de vida

Si en un grupo de ayuda mutua permanecemos en el análisis y elaboración de la causa del sufrimiento y de los síntomas y emociones por él provocadas, el análisis de la propia existencia es imposible.

Si, por el contrario, nos reunimos para ver qué podemos hacer con lo que nos pasa, entramos de lleno en el plano del análisis de la propia existencia y nos vemos obligados a trabajar con los fenómenos humanos, en lugar de trabajar con categorías tales como antes y después o síntomas, trabajaremos con las dimensiones de lo mejor y lo peor, entonces se hace patente que el sufrimiento no es una enfermedad sino una condición existencial del ser humano al que se le abren perspectivas enteramente nuevas.

En última instancia, Renacer es una actitud de vida. Porque Renacer no es únicamente ir a las reuniones, yo siempre doy un ejemplo, si yo voy a una reunión y hablo y digo muchas cosas lindas y después cuando salgo, le pego una patada a un perro, eso también es Renacer, si tengo un negocio y estafo a alguien, también es Renacer, entonces, uno dice que debe ser una actitud de vida, pues de esa manera yo creo serle fiel a mi hijo.

Si nosotros vivimos mirando lo más alto posible, debemos tratar de llegar lo más alto posible.

Entonces, uno podrá decir: esta tragedia no fue en vano, perder un hijo no fue una cosa inútil, no fue una tragedia sin sentido.

Así es como nosotros lo vemos.

(Del Mensaje de Renacer, sobre emociones, pasiones y sentimientos: En “La Ayuda Mutua como factor de renovación cultural, moral y social” y en Encuentro en Montevideo febrero 2001)

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