domingo, 27 de junio de 2010

POR QUE ESTAMOS EN RENACER


“La mayoría de los padres dolientes que se acercan a Renacer, lo hacen porque no les gusta la forma en que están viviendo sus vidas, esto implica un deseo, consciente o no, de lograr una transformación interior de ser, de alguna manera, diferentes.

Se acercan no sólo porque han perdido un hijo, sino, porque habiéndolo perdido, no quieren seguir viviendo como lo están haciendo, es decir, que se dan cuenta que necesitan un proyecto de vida, pues no todo termina cuando se va un hijo, más bien, muchas cosas comienzan cuando se va un hijo, la tarea es descubrir qué es lo que comienza en la vida después que se va un hijo, qué es lo que comienza que valga la pena, qué es lo que comienza que tenga el mismo valor que ese hijo que se fue, ese es el desafío para todos nosotros.

¡Cuánto tenemos todavía para vivir! ¡Cuánto valor hay todavía en la vida! ¡Cuánto para hacer, para dignificar y para proteger la vida! Comencemos a hacerlo ya, si no lo hemos hecho antes y, si ya lo hicimos, sigamos haciéndolo; no nos quedemos cortos, porque nuestros hijos, los que están, los que no están, los que nos rodean, todo, la vida merece nuestro mejor esfuerzo siempre y por toda la vida.

Cuando parte un hijo, de repente, uno se encuentra aislado, solo con su dolor, solo consigo mismo, todo cambió; se rompió la conexión con el mundo, se rompió la conexión con el otro, se rompió el puente que nos unía al mundo y a los demás.

Entonces, tenemos que volver a construir ese puente que nos va a llevar otra vez a relacionarnos con el mundo y con los demás.

Construimos ese puente cuando nos acercamos al otro, cuando renunciamos a algo que es del propio yo, cuando renunciamos a lo que sentimos, cuando renunciamos a como estoy, por los demás.

Cuanto más pronto consideremos qué piensa y siente el otro, mejor nos vamos a sentir.

Cuando renunciamos a nuestro yo, por algo que no es nuestro yo, estamos renunciando a algo menos elevado, por algo más elevado y lo haremos por aquellos que nos necesitan y, en última instancia, lo haremos por ese hijo que nos está diciendo: ¿eso es todo lo que puedo esperar de ustedes?

Yo sé que eso no es todo lo que mi hijo espera de mí y sé, igualmente, que ninguno de sus hijos esperaría de ustedes la línea del menor esfuerzo.

Yo elijo lo que voy a hacer con mi vida, yo elijo como voy a llevar mi dolor, si lo voy a llevar buscando moneditas por el suelo o lo voy a llevar con dignidad porque así se lo merece mi hijo, porque así se lo merecen los hijos que me quedan.

La tristeza viene sola, la podemos cultivar como una manera de ser en el mundo, viviendo a medias, también podemos vivir así toda la vida, pero ¿Quieren, realmente, vivir así?

Yo quiero renunciar a esa manera de vivir, por una mejor manera y lo hago por todos, lo hago por ellos, lo hago por los que me rodean y lo hacemos cada día de nuestra vida por todos.

No me voy a sentir bien por una varita mágica que me toque y me diga a partir de ahora ya todo va a estar bien, no, no es así, es el esfuerzo de ir construyendo día a día, ese puente que me va a llevar, otra vez, a la vida plena, otra vez, a considerar al otro en mi vida.

Es natural estar triste ¿verdad? Es natural llorar un poquito, extrañarlo, pero no esa desesperación, no ese desasosiego interior que no puedo estar ni consigo mismo ni dentro de uno mismo, siendo como extranjero dentro del propio cuerpo, eso es lo que no puede ser.

Hay que elevarse como dice Víctor Frankl, en “las alas indómitas del espíritu”, elevarse por encima de lo que nos está pasando, por amor a ese ser tan amado y a los que quedan.

A veces, alguien piensa que ya no puede hacer nada por él o por ella, ¡cómo que no va a poder hacer nada!

Se puede renunciar al dolor desesperado por él o ella, se puede renunciar a sentir esa pena prolongada y hacer el esfuerzo, porque ellos merecen nuestro mejor esfuerzo, y siempre va a ser nuestra la responsabilidad de cómo vamos a vivir cada día de nuestra vida.

¿Qué vamos a hacer con esto que nos pasó? porque una cosa es lo que nos pasó y otra muy diferente es lo que hacemos con esto que nos pasó.

Nosotros siempre decimos que Renacer es un oasis, no es el lugar a donde yo voy a descargar todas mis broncas, todas mis tristezas, porque eso realmente lo puedo hacer en muchos otros lugares o a solas, en el baño en mi casa.

Estamos en Renacer no solamente porque hayamos perdido un hijo, estamos en Renacer porque queremos aprender a vivir de una manera que incluya amorosamente a nuestros hijos, que recupere el recuerdo amoroso de nuestros hijos sin lágrimas, que podamos hablar de ellos sin lágrimas.

Allí es donde el grupo acompaña a cada uno de sus integrantes a dar ese gran salto, le apoya y fortalece, le da las herramientas para ese cambio que, después de todo, sólo puede hacerse en la más absoluta soledad existencial.

No hablamos de compartir el dolor, sino de trabajar juntos para encontrar sentido al sufrimiento que nos toca vivir, para que cuando nos toque partir no nos haya quedado nada sin hacer, no nos haya quedado amor por dar.”



Alicia Schneider Berti- Gustavo Berti

gyaberti@calamuchitanet.com.ar



Este es un aporte a la difusión del pensamiento de Renacer, a través de la palabra de los

creadores de los Grupos Renacer, Alicia y Gustavo Berti, junio de 2010.



Ulises, Ana y Enrique

De Renacer Congreso – Montevideo Uruguay, “Por la Esencia de Renacer”

EL AMOR NO DESAPARECE NUNCA


El amor no desaparece nunca
la muerte no es nada, simplemente me he ido a la pieza de al lado
yo soy yo, tu eres tu
lo que eramos el uno para el otro lo somos siempre
dame el nombre que siempre me has dado
hablame como lo has hecho siempre,
no emplees un tono diferente
no adoptes un aire solemne o triste
sigue riendote ,de lo que nos hacia reir juntos
ahora sonrie, piensa en mi
que mi nombre sea pronunciado en casa
como lo fue siempre,sin enfasis de ninguna clase
sin nada sombrio
la vida significa todo lo que ella ha significado siempre,
y es lo que siempre ha sido
el hilo no se ha cortado
¿porque habria de estar yo fuera de tu pensamiento
simplemente porque estoy fuera de tu vida?
te quiero,no estoy lejos,
justo del otro lado del camino, como ves ,todo esta bien

Canon Henry Scott Holland

GRACIAS ALICIA RENACER SAN CAYETANO

lunes, 14 de junio de 2010

Como duele vivir sin ti Nicolás


Duele el alma, duele el corazón duele el aire que respiramos
Duelen los tristes días de otoño
Duelen los radiantes días de primavera
Duele que estés tan lejos
Duele pensar que ya no volverás
Duele no escuchar tu voz
Duele no ver tu alegre sonrisa
Duele ver un grupo de chicos y que no estés entre ellos
Duele volver a casa y que este en silencio
Duele ver pasar el tiempo sin ti

Pero que paz me da recordar

Que existe un niño felíz
Que nunca dudaste en ir detrás de un sueño
Que sentías compasión por los demás
Que fuiste un niño libre y disfrutaste cada segundo
Que amaste y amarás a tu familia con toda el alma
Que fuiste sembrando amistades por donde anduviste
Que siempre vas a estar presente en nuestras vidas
Que nadie que te conoció se olvidará de ti
Que cada vez que tus amigos se reúnen te recuerdan con nostalgia y alegría
Que tu amor y el nuestro perdurarán por toda la eternidad
Que no sufriste que solo liberaste tu alma

Te doy gracias por ser el maestro de nuestras vidas

Nos enseñaste que lo físico se va, pero el alma y amor quedan
Nos enseñaste que lo material no vale, las personas sí
Nos enseñaste el camino al cielo, ese largo camino al cielo
Nos enseñaste que sólo un golpe muy grande nos hace crecer
Nos enseñaste que en el cielo hay un lugar para cada uno de nosotros

Y a pesar del dolor de tu partida nos alivia el alma pensar que nos estas esperando junto a Dios

Familia Frattin

sábado, 12 de junio de 2010

LA RECONSTRUCCION

Cuando se nos muere un ser querido, una parte de nuestro ser muere con él, nuestra forma de ser cambia brutalmente, ya no somos los mismos, hay un antes y un después. Ese es un momento crucial en nuestro estado tanto físico como mental, emocional y espiritual.
Es una transformación muy difícil de explicar, parece como si hubiéramos perdido todo lo que habíamos sido hasta ese momento y volviéramos a nacer de nuevo, pero de diferente manera. Ya no somos como antes, ni sentimos ni actuamos como antes, pero seguimos siendo nosotros mismos.
Todas nuestras memorias de todo lo que somos que no hemos sabido utilizar y han estado dormidas, despiertan y vuelven a fluir, en esos momentos, de otra forma más intensa. Nos volvemos más sensibles, más despiertos, más humanos, más perceptibles…, se produce la reconstrucción de uno mismo pero sin haber dejado de ser nunca la esencia que somos.
Después de sufrir una destrucción casi total renacemos de las cenizas y escombros y nos reconstruirnos otra vez; volvemos a ser más nosotros mismos sin los tapujos que teníamos hasta ese momento a consecuencia de la educación, la sociedad, el entorno y la cultura en la que hemos nacido y nos han enseñado y educado, es una evolución completamente distinta a como éramos antes.

Sin embargo, todo esto no ocurre de golpe, lleva su tiempo, y encontramos una serie de herramientas para poder hacer esta reconstrucción, pero aún con todas esas herramientas y ayudas que podamos obtener, sólo nosotros podemos hacer esa reconstrucción y sólo con nuestra voluntad podemos conseguirlo; y si uno quiere, ese uno, puede, y poco a poco vamos descubriendo que somos más poderosos de lo que pensábamos, porque al abrirnos a ese nuevo estado personal nos damos cuenta de la capacidad inmensa de poder que tenemos para realizar tantas y tantas cosas, que nos asombramos de lo que realmente podemos llegar a ser, porque eso requiere muchísimas veces un esfuerzo titánico y el tiempo en conseguirlo depende de cada persona, pero no hay que ir deprisa pues a cada persona le llega en el momento que tiene que ser. Pero incuestionablemente, ocurre, y a partir de ese momento somos los mismos y a la vez diferentes, porque hemos dejado de ser la crisálida y nos hemos convertido en la mariposa.

Un abrazo de oso
Jordi