jueves, 26 de febrero de 2009

Más allá del dolor (parte final)

El perdón es la llave de la libertad

¿Prefieres tener razón o ser feliz?, suelo preguntar a mis clientes. Todos tenemos opiniones sobre quién tiene razón y quién está equivocado, según nuestra propia forma de entender las cosas; y todos podemos encontrar razones que justifiquen nuestra opinión y nuestros sentimientos. Deseamos castigar a otras personas por lo que nos han hecho. Sien embargo, somos nosotros quienes “pasamos la película” una y otra vez en nuestra mente. Es tonto castigarnos ahora por el daño que alguien nos hizo en el pasado.
Para liberar y dejar atrás el pasado es preciso estar dispuesto a perdonar, aun cuando no sepamos cómo hacerlo. Perdonar significa renunciar a nuestros sentimientos dolorosos y sencillamente dejar que lo que los provocó se marche. Un estado de no perdón efectivamente destruye algo dentro de nosotros.

Sea cual fuere la senda espiritual que sigues, lo normal es que descubras que el perdón es un asunto importantísimo en cualquier momento, pero sobre todo cuando hay una enfermedad. Cuando estamos enfermos es preciso que observemos lo que nos rodea y veamos qué necesitamos perdonar. Generalmente sucede que aquella persona a la que pensamos que jamás vamos a perdonar es precisamente la que más necesitamos perdonar. No perdonar a una persona no le causa el menor daño a ella, pero a nosotros nos provoca estragos. El problema no es de ella. El problema es nuestro.
Los rencores y heridas que nos duelen tienen mucho que ver con perdonarnos a nosotros mismos, no a otra persona. Afirma que estás totalmente dispuesto a perdonarte: “Estoy dispuesto a liberarme del pasado. Estoy dispuesto a perdonar a todos aquellos que alguna vez me hicieron daño, y me perdono por haber dañado a otros”. Si piensas en alguien que te hizo daño en algún momento de tu vida, bendice a esa persona con amor y libérala. Después, desecha el pensamiento.
Yo no estaría aquí ahora si no hubiera perdonado a las personas que me hicieron daño. No deseo castigarme en el presente por lo que ellas me hicieron en el pasado. No quiero decir que lograrlo haya sido fácil. Sólo que ahora puedo mirar hacia atrás y decir: “Ah, sí, eso es algo que sucedió”. Pero ya no vivo allí. Y no es lo mismo que justificar o excusar su comportamiento.
Si te sientes estafado o timado por alguien, has de saber que nadie puede quitarte nada que sea tuyo por derecho. Si te pertenece, volverá a ti en el momento oportuno. Si algo no retorna, eso quiere decir que no había de volver. Acéptalo y continúa con tu vida.
Para ser libre es preciso abandonar el resentimiento que clama justicia y superar los sentimientos de autocompasión.
Cuando sufres un ataque de autocompasión, te conviertes en esa persona desamparada que no tiene ningún poder. Para tener poder es preciso estar con los pies apoyados en el suelo y asumir la responsabilidad.

Tómate un momento, cierra los ojos e imagínate un hermoso riachuelo que pasa junto a ti. Coge la vieja experiencia dolorosa, la herida, la falta de perdón y lánzalo todo al riachuelo. Observa cómo comienza a disolverse totalmente. Haz esto lo más a menudo que puedas. 
Ha llegado el momento de la compasión y la curación. Entra en tu interior y comunícate con esa parte tuya que sabe curar. Eres increíblemente competente. Estás dispuesto a avanzar hacia nuevos planos para descubrir aptitudes de las cuales ni siquiera tenías conciencia, no sólo para curar la enfermedad o mal-estar, sino también para sanarte a ti mismo en todos los aspectos posibles, para hacerte íntegro en el sentido más profundo de la palabra, para aceptar cada parte de ti mismo y cada experiencia que hayas tenido, y para saber que todo esto forma parte de la trama de tu vida en estos momentos.
Me encanta el libro de Emmanuel. Hay un párrafo que contiene un buen mensaje:

-¿Cómo se experimentan circunstancias dolorosas sin amargarse por ellas? – le preguntan a Emmanuel. 
- Tomándolas como enseñanzas y no como castigos – contesta Emmanuel-. Confiad en la vida, amigos míos. Por muy lejos que os parezca que os lleva, ese viaje es necesario. Habéis venido a cruzar un amplio terreno de experiencia con el fin de verificar dónde está la verdad y dónde está vuestra tergiversación de la verdad. Entonces seréis capaces de volver a vuestro hogar, a vuestro yo espiritual, renovados y más sabios.

Ojalá pudiéramos comprender que todos nuestros supuestos problemas son sólo oportunidades para que crezcamos y cambiemos, y que la mayoría de ellos proceden de las vibraciones que hemos estado emitiendo. Lo único que necesitamos hacer es cambiar nuestra forma de pensar, y estar dispuestos a disolver el rencor y a perdonar.

miércoles, 25 de febrero de 2009

Más allá del dolor ( 1ra. parte)

Este artículo es la transcripción de unos de los capítulos del libro "El Poder está Dentro de Ti" de la autora Louise L. Hay. Ustedes sabrán que es lo que pueden rescatar de este texto con el fin de que nos ayude en este proceso de duelo que nos encontramos.

Más allá del dolor

Somos muchísimos más que nuestro cuerpo y nuestra personalidad. El espíritu interior es siempre hermoso y digno de amor, por mucho que pueda cambiar nuestra apariencia externa.

El dolor de la muerte

Es fabuloso ser positivo. También es fabuloso reconocer lo que se siente. La naturaleza nos ha dado sentimientos para pasar por ciertas experiencias; negarlos causa más dolor. La muerte no es un fracaso, recuérdalo. Todos morimos, la muerte forma parte del proceso de la vida.
Cuando muere un ser querido, el proceso de aflicción dura como mínimo un año. Por lo tanto, tómate ese tiempo. Es muy difícil pasar por todos esos días de fiesta, las diferentes estaciones, las fechas especiales: los cumpleaños, el aniversario de boda, Navidad, etcétera, de modo que sé muy cariñoso contigo mismo y date permiso para afligirte y llorar. No hay ninguna regla para hacerlo, no te impongas ninguna.
También es correcto enfadarse y ponerse histérico cuando alguien se muere. No se puede simular que no duele. 
Es necesario dar salida a los sentimientos. Permítete llorar. Mírate al espejo y gime: “No es justo”, o lo que sea que sientas. Déjalo salir, lo repito, de lo contario, te crearás problemas en tu cuerpo. Cuida de ti mismo lo mejor posible, ya sé que no es fácil, pero hazlo.
Los que trabajamos con personas enferma de sida nos encontramos con que este proceso de aflicción se hace continuo. Lo mismo ocurre en tiempo de guerra. Hay demasiadas muertes para que nuestra sensibilidad pueda con ellos. Cuando todo esto me supera, acudo a personas muy amigas y me desahogo en arranques de histeria. Fue mucho más fácil cuando murió mi madre. Pensé que era el final natural de su ciclo de noventa años. Aunque sentí su muerte y lloré, no sentí la rabia y el furor que provocan la injusticia y la importunidad de la muerte de una persona joven. Las guerras y las epidemias producen una enorme frustración por su aparente injusticia.


Aunque el desahogo de la aflicción lleva su tiempo, a veces uno se siente como si estuviera en un pozo sin fondo, Si continúas con tu aflicción pasados unos años, eso quiere decir que te estás revolcando en ella. Es necesario que perdones y liberes a la otra persona, así como a ti mismo. Es bueno recordar que no perdemos a nadie cuando muere alguien, puesto que esa persona jamás nos perteneció. 
Si te resulta muy difícil superarlo, puedes hacer varias cosas. Antes que nada, te sugiero que medites en la persona que se ha ido. Fuera lo que fuese que esta persona creyera o hiciera cuando estaba viva, en el momento en que deja el planeta, se levanta un velo y ella ve la vida con mucha claridad y nitidez. De modo que las personas que han muerto ya no tienen los temores ni las creencias que tenían cuando estaban aquí. Si estás sufriendo mucho por la muerte de un ser querido, probablemente te dirá que no te preocupes porque todo está bien. En tu meditación pídele que te ayude a pasar este período y dile que le amas.
No te juzgues por no haber estado con esa persona o no haber hecho lo suficiente por ella cuando estaba viva. Eso sólo aumenta la culpa y la pena. Algunas personas utilizan el tiempo de duelo como excusa para no continuar con su propia vida… y a veces les gustaría dejar el planeta también. La muerte de alguien a quien conocemos y amamos puede, asimismo, hacer aflorar nuestro propio miedo a la muerte.
Emplea el tiempo de duelo en hacer tu trabajo interior para liberar cosas que tienes dentro. La muerte de un ser querido hace aflorar mucha tristeza. Permítete sentirla. Necesitas llegar a un punto en donde te sientas lo suficientemente seguro para dejar aparecer viejos dolores. Si te permites dos o tres días de llanto, desaparecerá parte de tu tristeza y tu sentimiento de culpa. Si lo necesitas, busca un buen terapeuta o un grupo que te ayude a sentirte lo suficientemente a salvo para sacar fuera esas emociones. Otras sugerencias es hacer afirmaciones como “Te amo y te dejo libre. Tú estás libre y yo estoy libre”.

En uno de mis talleres había una mujer que tenía mucha dificultad para dejar salir la rabia que sentía contra una tía que estaba muy enferma. Le aterraba pensar que su tía se iba a morir y ella no sería capaz de comunicarle lo que realmente sentía respecto al pasado. No deseaba hablar con ella porque se sentía ahogada, bloqueada interiormente. Le sugerí que acudiera a un terapeuta porque en su caso el trabajo individual le iba a ser de mucha utilidad. Cuando estamos atascados en algún aspecto, pedir ayuda es un acto de amor por nosotros mismos.
Hay muchas clases de terapeutas en todas partes que tienen experiencia en estas situaciones. No es necesario que vayas durante mucho tiempo, unas pocas sesiones son suficientes para superar el período difícil. También hay grupos de apoyo para estos casos. Podría resultarte útil acudir a uno de ellos porque te ayudarían a superar tu pena.



Comprender nuestro dolor

Muchas personas viven cotidianamente con un dolor continuo. Puede tratarse de una parte pequeña y sin trascendencia en su vida, o puede constituir una parte importante e insoportable de ella. Pero ¿qué es el dolor? Muchos estamos de acuerdo en que es algo de lo que nos gustaría vernos libres. Veamos qué podemos aprender de él. ¿De dónde procede? ¿Qué trata de decirnos?
El diccionario define el dolor como “una sensación desagradable o molesta debida a un daño o trastorno corporal”. Otra definición es “sufrimiento o tormento mental o emocional”. Ya que el dolor es una manifestación de mal-estar mental y físico, es evidente que tanto la mente como el cuerpo son susceptibles de sufrirlo.
No hace mucho fui testigo de un maravilloso ejemplo que ilustra este punto. Estaba observando a dos niñas que jugaban en el parque. La primera levantó la mano para darle una juguetona palmada en el brazo a su amiguita. Antes de que la tocara, la otra exclamó: ¡Ay!. “¿Por qué gritas si aún no te he tocado?”, dijo la primera mirándola. A lo cual la otra contestó rápidamente:”Ah, es que yo sabía que me iba a doler”. En este ejemplo el dolor mental fue imaginarse o suponer el dolor físico.


El dolor nos llega de muchas formas: un arañazo, un chichón, una magulladura; mal-estar, dormir mal, una amenaza, un nudo en el estómago, una sensación de entumecimiento en el brazo o la pierna… A veces duele mucho, a veces sólo un poco, pero lo sentimos, sabemos que está ahí. En la mayoría de los casos el dolor intenta decirnos algo. A veces, el mensaje es evidente, muy claro. La acidez del estómago que se experimenta los días laborables pero no los fines de semana puede ser indicio de que necesitamos cambiar de trabajo. Muchos conocemos muy bien el significado del dolor que se sufre después de una noche en que hemos bebido en exceso. 
Sea cual fuere el mensaje, debemos recordar que el cuerpo humano es una maquinaria maravillosamente construida. Cuando hay problemas nos informa de ello, pero sólo si estamos dispuestos a escuchar. Por desgracia, muchas personas no se toman el tiempo necesario para escuchar a su cuerpo. 
En realidad, el dolor es el último recurso del cuerpo para decirnos que algo va mal en nuestra vida. Nos hemos despistado o perdido en algún lugar. Le hagamos lo que le hagamos, el cuerpo siempre anhela una salud óptima. Pero si lo maltratamos, contribuimos a nuestra enfermedad o mal-estar.
¿Qué hacemos cuando sentimos la primera sensación de dolor? Generalmente corremos al botiquín o a la farmacia y nos tomamos una píldora o una cápsula. Lo que le decimos así al cuerpo es: “calla, no deseo escucharte”. Entonces él se callará durante un tiempo, y después volverán los dolores, esta vez algo más fuerte. Entonces tal vez vayamos al médico para que nos recete algo: pastillas, inyecciones o cualquier otra cosa. En algún momento tenemos que prestar atención a nuestro cuerpo para ver qué pasa, porque muy bien podría ser que tuviéramos alguna enfermedad ya avanzada. Incluso en este caso, muchas personas prefieren seguir con el papel de víctimas y se resisten a escuchar. Otras abren los ojos a lo que sucede y se muestran dispuestas a hacer cambios. Todo está bien. Cada cual aprende de diferente manera.
Las respuestas pueden ser tan sencillas como procurarse una buena noche de sueño, o no salir siete noches por semana, o no excederse en el trabajo. Permítete escuchar a tu cuerpo porque él si desea ponerse bien. Tu cuerpo quiere estar sano, y tú puedes colaborar con él.

Cuando siento un dolor o una molestia, me quedo en silencio. Sé que mi Poder Superior me hará saber qué necesito cambiar en mi vida para estar libre de enfermedades. En estos momentos de silencio imagino o visualizo los escenarios naturales más perfectos, con mis flores preferidas, que me rodean en abundancia. Puedo sentir y oler la dulce y tibia brisa que sopla y roza mi cara. Me concentro en relajar todos los músculos de mi cuerpo.
Cuando noto que he llegado a un estado de relajación total, sencillamente le pregunto a mi Sabiduría Interior: “¿de qué forma estoy contribuyendo a este problema? ¿Qué es lo que necesito saber? ¿Qué aspectos de mi vida necesitan un cambio?”. Entonces dejo que me lleguen las respuestas. 
Es posible que no lleguen en este mismo momento, pero sé que pronto se me revelarán. Sé que cualesquiera sean los cambios necesarios, serán los correctos para mí y que estaré completamente a salvo sea lo que sea que se despliegue ante mí.
A veces uno se pregunta cómo va a realizar tales cambios. ¿Cómo voy a vivir?, ¿Qué pasará con mis hijos?, ¿cómo voy a pagar mis deudas?” lo repito, confía en que tu Poder Superior te va a enseñar los medios para vivir una vida llena de abundancia y libre de dolor.
También te sugiero que efectúes los cambios paso a paso. Lao-Tse dijo: “El viaje más largo comienza con un paso”. Un pasito más otro pueden significar progresos importantes. Una vez que comiences a llevar a cabo tus cambios, recuerda por favor que el dolor no desaparece de la noche a la mañana, aunque bien podría ser que sí. Ha llevado su tiempo que aflora a la superficie, por lo tanto es posible que también lleve su tiempo darse cuenta de que ya no se lo necesita. Sé amable contigo mismo. No midas tus progresos por los de otra persona. Eres único y tienes tu propia manera de manejar la vida. Deposita tu confianza en tu Yo Superior para librarte de todo dolor físico o emocional.




Resignación y aceptación es lo mismo?

En la última reunión del grupo,  una mamá preguntó si resignación y aceptación era lo mismo, es claro que en nuestro dolor y más en aquellos papis que hemos comenzado hace muy poco tiempo a transitar nuestro duelo por la partida de nuestros hijos, es como que aún nos cuesta distinguir con claridad la diferencia entre estas dos palabras. Por eso es que me tomé el trabajo de buscar en el diccionario ambos vocablos y la acepción de cada una de ellas, constatando lo siguiente: "ACEPTACION: acción y efecto de aceptar"; esto no aclaraba mis dudas así que busque "ACEPTAR: 1. Recibir uno, voluntariamente, lo que se le da, ofrece o encarga: aceptar un regalo, una invitación. 2. Aprobar, dar por bueno.

Ya sabía lo que era "aceptar", pero esto no concuerda realmente con lo que yo siento animicamente, así que busqué "RESIGNACION: Acción de resignar o resignarse. 2. Paciencia o conformidad en las dificultades o adversidades", y claro ahí nomás estaba "RESIGNARSE: conformarse ante un acontecimiento que no puede remediarse, generalmente una desgracia, contrariedad, etc.". Esta definición se acercaba más a lo que yo siento, pero mi voz interior me decía otra cosa, asociaba la resignación al abandono, a la derrota, al ya no me importa más nada y claro yo no puedo atribuirle todo eso a la muerte de mi hijo, es como que lo estaba transformando en el verdugo de mi vida y eso no es así, el durante su paso por esta vida fue mi inspiración de amor y ahora lo es más todavía, así que también rechazé esta palabra.

Pero no podía quedarme con la duda, así que recurrí a la tecnología me conecté a internet y mediante un buscador logré encontrar este artículo que realmente sí define lo que yo siento y comparto con ustedes:

No es lo mismo resignación que aceptación. Algunas veces las circunstancias que nos tocan vivir como por ejemplo enfermedades, fracaso en una empresa, etc., nos permite comprender y experimentar el verdadero significado y diferencias que tienen las palabras Aceptación y Resignación. 

Quiero compartir con uds., lo que he aprendido y lo que aún estoy aprendiendo. Solo el tiempo y los resultados de esta experiencia hablarán cuanto he crecido a través de ella. 

El diccionario de la Real Academia Española dice que:

Aceptar es: 1- Recibir voluntariamente lo que se le da. 2- Aprobar, dar por bueno

Resignarse es: Conformarse, someterse, entregar su voluntad, condescender.

 La aceptación profunda de la realidad que nos toque vivir, llámese enfermedad, o fracaso, etc., debe llevarnos a meditar, reflexionar y razonar la situación que estamos viviendo para que a través del razonamiento comprendamos que hay varias acciones que aun podemos realizar. Si el análisis de estas acciones es realizado en forma positiva, los resultados te mostrarán que lo has hecho bien. Ahora si el análisis es hecho con una mentalidad negativa, el resultado será obviamente negativo y no nos permitirá comprender, y por tanto aceptar lo que estamos viviendo y terminaremos resignándonos. La aceptación y la comprensión nos lleva a utilizar todo con un fin de crecimiento, no hay derrota, tan solo una batalla perdida de la que hay mucho que aprender.

 Aceptación significa también que cuando haya momentos difíciles en tu vida, sabrás hallar el amparo y el consuelo para aliviar tus pesares. La aceptación surge de comprender que cualquier circunstancia que estamos viviendo sin excepción cumple un propósito. De nosotros depende el resultado, ¿Estamos dispuestos a dar la lucha? ¿Estamos dispuestos a trabajar hasta alcanzar nuestro objetivo? o simplemente nos resignaremos.

 La resignación es aceptar una derrota sin antes haber hecho todo lo que tu crees que puedes hacer para superarla y te frustras porque no se da el resultado que esperabas y te das por vencido antes de comenzar la lucha. La resignación no aporta ni comprensión, ni aceptación, es mas bien es una derrota asumida.

 La resignación siempre buscará culpables, siempre esperará que algo o alguien le traiga la solución pero sin ganarla, sin hacer nada por conquistarla y justificará siempre el resultado basándose en culpas ajenas y no asumiendo su propia responsabilidad; la resignación nos hace creer que no somos capaces de superar las circunstancias del hecho que estamos viviendo y deja en nuestras mentes una frustración constante.

 ¿Que he aprendido de todo esto? que Resignarse nos esclaviza pero que Aceptar nos libera y nos hace crecer.

 Norma Medina

martes, 24 de febrero de 2009

UN ANGEL A NUESTRO LADO

Un Angel a nuestro lado


Que siempre tengamos a nuestro Angel al lado
velando por nosotros en todo lo que hagamos
recordándonos que debemos seguir creyendo
en días más luminosos, encontrando la
forma para que nuestros deseos y sueños,
nos lleven a lugares mas bellos.
Dándonos la esperanza, que es mas confiable
que el sol, otorgándonos la fuerza de
la serenidad como guía.

Que siempre tengamos a nuestro Angel al lado,
que nos sostenga si nos caemos
estimulando nuestros sueños,
inspirándonos felicidad.
Todos los días nuestras vidas se
encuentran en permanente cambio,
las lágrimas aparecen tanto
como las sonrisas.

A lo largo de los caminos recorridos, que la
distancia no sea tan solitaria.
Que siempre aparezca el arco iris
después de la tormenta y que
siempre nos abrigue la esperanza.
Ojalà que siempre tengamos a nuestro
Angel al lado.


De la web.

lunes, 23 de febrero de 2009

Para JAVI, carta de despedida de una compañerita

Esta bella y sentida carta se la escribio Daniela, una compañerita de Javi para despedirlo.
Me la envio Paulina, su mamà.

Paulina con todo su amor le expresa desde su corazòn, a su adorado Javier...........
LA DISTACIA NO BORRARAN LO QUE SIENTO TE A VOY AMAR Y ME AMARÀS DE AQUI A LA ETERNIDAD

viernes, 20 de febrero de 2009

Se puede... se puede....

Mi modesta opinión, la única culpa que tenemos es la de sentir culpa, es así de simple... no busquen cosas complicadas, no hay culpas cada uno debe de hacer en el momento que tenga deseos lo que sienta, llámese reir, llorar, callar, hablar del hijo/a, ir o no al cementerio, recordar, ver videos, escuchar música que le gustaba, bailar,  ir al cine... se sigue viviendo por momentos mejor, otros no tanto, pensemos que los que tenemos la suerte de tener otros hijos, merecen el esfuerzo que hacemos para cada día estar mejor, por ellos y para ellos y los que no tienen, estén  mejor cada día en homenaje también a ese hijo que no está, traten de concurrir a algún grupo Renacer los hay por todo el país y Capital  y Gran Buenos Aires , el grupo en los comienzos es la familia sustituta que nos enseña a dar los primeros pasos  y también nos da fuerza para que a nuestra familia de base podamos nosotros contener y salir adelante, con amor y comprensión, SE PUEDE SE PUEDE.

maricarmen Grupo Los Robles

Esos sentimientos que no podemos dominar, es tan dificil asimilar que ya no los tenemos fisicamente, es tan duro no volverlos a ver, sentir su voz, acariciar sus rostros, mirarlos a los ojos, y saber si estan tristes, si algo los preocupa, si desbordan de felicidad… esas miradas pìcaras, esas risas a carcajadas que llenaban el hogar de felicidad, las reuniones con sus amigos, sus proyectos, sueños, sus enojos, berrinches, su desorden, el todo………

Es tan incomprensible, es como que nada tiene explicación, como querer despertar de una pesadilla, sacar esta triste película de nuestras vidas, arrancar este dolor que nos lacera el corazòn, el alma, todo nuestro ser.

Los como?, los por que?, los y si yo?……… nos golpean el corazòn, la mente buscando respuestas que sòlo el Supremo las tiene.

Y vamos buscando un sentido……….pero cuàl??? Como buscarlo??? Hay un sentido ante tal catàstrofe, tal devastación???

Es como que estamos en medio del océano, en una terrible tempestad, con los ojos vendados y nadando , si saber a donde ir, sin saber donde estamos, sin saber que hay después de que cada ola que nos azota.

Pero dicen que después de cada tempestad, de cada dolor, de cada morir en vida hay un hilo de luz, que ya no brillara con la intensidad que antes lo hacìa, pero que guiarà nuestro camino.

Tambièn hay otra LUZ, mucho mas potente, mas brillante, màs pura, mas intensa es la LUZ DE NUESTROS TESOROS, que iluminaran nuestros caminos, con esa LUZ INCONDICIONAL, como el amor que ellos, sòlo ellos supieron darnos.

Entonces como hacemos para honrar ese amor eterno, como hacemos que por ellos y para ellos nuestra vida no sea sòlo respirar?

Pienso……. Busco……..miro a mi alrededor, donde podemos poner el sello de nuestros hijos…..?

Una idea?, un pensamiento?

Creo que es dando amor, brindando dulzura, dando un abrazo, regalando una mirada de ternura, una palabra de afecto, una sonrisa, unas horas de nuestro eterno tiempo a quienes lo necesitan, y al hacerlo… colocando nuestra mano al corazòn y elevando nuestros ojos al cielo le digamos…. HIJO DE MI VIDA POR VOS Y PARA VOS BRINDO ESTE AMOR QUE ME DESBORDA QUE ES TODO TUYO….. PERO AHORA LO COMPARTIS CON LOS QUE NECESITAN.

LOS AMAMOS…………

jueves, 19 de febrero de 2009

No se han ido del todo




No se han ido del todo, si aún podemos su risa evocar,
su carácter y su bondad, no se han ido del todo.

No se han ido del todo, si algo bueno han dejado al pasar,
aunque hoy ya no están más aquí, no se han ido del todo.

No se han ido del todo, si recordar es volver a vivir,
aún con lágrimas puedes decir, no se han ido del todo.

No es el fin de la historia, son dos lados de la eternidad,
ellos ahora se encuentran allá, tu y yo debemos continuar…

Ahora se encuentran libres, ahora ya son felices, los que aquí tanta falta les hizo donde están hoy les sobra

Ya no hay sufrimiento, y no existen mas lágrimas
No hay vacío, ni hay soledad, son libres como el viento
Dios los ha recibido a sus brazos llegaron, hoy están descansando en la casa del padre han sido recibidos

Ya no tienen nada que temer pues están en el cielo
No se han ido del todo..

No se han ido del todo, si nos han dejado una luz,
si su esfuerzo da frutos aún,
no se han ido del todo.

No se han ido del todo, si al pensarlos nos hacen vivir,
si una meta nos hacen seguir, no se han ido del todo.

Y aunque duela hasta el alma, mejor dales tu último adiós,
si hace falta también tu perdón, deja ya que descansen.
Ya no tengas más miedo, enfréntate a la vida,
todo hombre se puede morir, tu estás vivo y te toca vivir

Y no tengas miedo, que Dios te hace más fuerte,

Quien ha sabido vivir no le teme a la muerte (2)

Hola, como verán cambié el archivo de audio por el video que es mucho más lindo y les puedo asegurar que llega mucho más a nuestros corazones.  Los quiero mucho. Pedro

miércoles, 18 de febrero de 2009

Estar Junto a Tí (Yuridia)

Quisiera tenerte una vez mas,

podria abrazarte otra vez,
solo sentirte,
TE fuiste de aqui,
es tan duro pensar mas sin ti,
y como extraño, verme feliz,
miro hacia al cielo por ti,
y en el recuerdo, alivias mi alma,
llename de paz.

En los brazos de un angel,
estaras ahi,
donde duermen los sueños
y se vive siempre sin fin
te llevaste momentos
no volveran a ocurrir,
pero ten la esperanza
que tambien yo llegare ahi
a estar junto a ti,
a estar junto a ti.

Quisiera tenerte una vez mas,
podria abrazarte otra vez,
solo sentirte,
que fuiste de aqui,
es tan duro pensar mas sin ti,
como te extraño, y verte feliz,
miro hacia al cielo por ti,
y en el recuerdo, alivias mi alma,
llename de paz.

En los brazos de un angel,
estaras ahi,
donde duermen los sueños
y se vive siempre sin fin
te llevaste momentos
no volveran a ocurrir,
pero tengo esperanza
que tambien yo llegare ahi
a estar junto a ti.

pero tengo esperanza
que tambien yo llegare ahi
a estar junto a ti,
a estar junto a ti,
a estar junto a ti,

a estar junto a ti.

Mamás y Papás esta canción es tremendamente Fuerte y muy bella ya que la canción fue escrita y compuesta por una mujer muy joven YURIDIA (hoy tiene 22 años)y la compuso y grabó en el 2006 cuando falleció su hermano de 15 años.
Ella participaba de un Reality Musical y cuando ganaba el certamen falleció su hermano de 15 años la canción a dado la vuelta al mundo y acompaña a muchos videos y escucharla es Sencillamente Emocionante ES REALMENTE VER A NUESTROS HIJOS MIENTRAS DURA LA CANCIÓN...
 

domingo, 15 de febrero de 2009

El duelo y los hijos que quedan

Desde ellos

. Se sienten solos y abandonados.

. Sienten celos del hermano que partiò por que supone que el amor de sus padres se fue con èl, o entran en competencia por ese amor.

.Aparece la culpa cuando la relaciòn con su hermano/a no fue buena o cuando en vida de ellos tuvieron algùn pensamiento negativo, y/ o se sienten de alguna manera responsables de esa partida.

. Se sienten no queridos, olvidados si ven o imaginan que no pueden contar con sus padres.

. Muchas veces sienten miedo de hacer preguntas en un intento de preservarse y preservar a su familia.

. Estan, con sus padres, confundidos, doloridos, asustados

. Algunos entran en un mutismo total con respecto a la partida de su hermano/a como si pareciera que nada los atraviesa. Otros en cambio se la pasan llorando y hablando de lo sucedido.

Es importante hablar con ellos para acompañarlos y acompañarnos en este duelo.

Desde nosotros

. Comprender que los hijos que nos quedan son tambièn especiales, ùnicos e irrepetibles , como el que se fue.

. Por tal razòn, cada uno debe tener su lugar dentro de nuestro corazòn, ocupando diferentes espacios.

. Entender que cuando ellos secan nuestras làgrimas, muchas veces esconden las suyas, para no sumar màs dolor al dolor.

. Darnos cuenta, a veces, que a pesar de su corta edad, nos cuidan y protegen por el amor que nos tienen y por miedo a sufrir otra pèrdida.

, Ver que ellos como nosotros se defienden del dolor como pueden.

. Aceptar que nuestro proyecto de vida no ha desaparecido, ha cambiado.

. No dejar que la relaciòn con los que quedan se resienta al punto que se produzca distanciamiento difìcil despuès de superar.

. Manejar nuestros miedos para que nuestros hijos puedan crecer en libertad.

. Buscar unirnos a ellos para transitar las diferentes etapas del duelo de la mejor manera.

. Respetar su manera de elaborar el duelo.

. Ayuda hablar con ellos del hermano que murio, hacerlos participar de nuestro duelo, de los recuerdos y de nuestros sentimientos.

. Hacerles saber que el amor hacia el hijo que partiò, no significa que haya disminuido el amor que le tenemos a ellos.

Ya perdimos demasiado....... no sigamos perdiendo.

sábado, 14 de febrero de 2009

La fuerza indómita del espíritu

Desde lo más remoto de los tiempos, el hombre ha buscado desentrañar los misterios a que la vida nos enfrenta.

Quizá esos misterios estén ocultos a la percepción humana, tras la propia naturaleza de su manera de percibir.

La ciencia se ha preocupado, fundamentalmente, de buscar la explicación de los fenómenos tangibles, aquellos que se manifiestan a los sentidos y entonces se ha centrado en lo que se puede medir, evaluar, demostrar, predecir, haciendo caso omiso a todo lo que nuestra mente percibe como intangible y lo rodea de misterio.

Cuando enfrentamos un infortunio, éste tiene una dimensión mayor en el propio mundo interno, que en el mundo material.

La angustia, el dolor y la pena, son siempre más abarcadores que la satisfacción por los deseos materiales cumplidos.

Por eso, cuando se logra superar un obstáculo, uno se da cuenta que su mundo interior posee una fuerza vital que le permite enfrentar las dificultades, transformando un hecho negativo en fuente de energía interna.

La historia está signada por ejemplos de esa naturaleza.

El general macedónico cuyas tropas habían arrasado la ciudad, le preguntó irónicamente al filósofo griego Stilbo de Megara, a quien le había destruido su hogar, matando a su familia y a sus amigos, ¿qué has perdido? y éste contestó: "Nada he perdido, pues llevo conmigo todo lo que es mío".

Y el escritor John Milton, cuando quedó ciego, dijo: "El verdadero infortunio, es no saber sobrellevar un infortunio".

"Sólo quien ha vivido en carne propia el sufrimiento del invierno, puede gozar de los frutos de la primavera", afirmó el filósofo suizo Carl Hilty.

"Nunca la primavera deja de suceder al invierno", dice la filosofía oriental.

Así pues, las piedras que encontramos en el camino, que nuestra mente ve como montañas o precipicios, pueden, en virtud de esa fuerza vital interna, transformarse si aprendemos la lección que los obstáculos son un motivo para superarnos, antes que para desesperarnos.

A partir de ahí, podemos comprobar que detrás de cada muralla, detrás de cada obstáculo, detrás de cada barrera, detrás de cada montaña, hay un paisaje.

Y ese paisaje será como nosotros queramos que sea, oscuro o brillante, todo depende de nuestra fuerza interna y de la determinación que pongamos en ello.

Ese es el hálito que nos permite trascender: la fuerza indómita del espíritu.



Ulises, Ana y Enrique

jueves, 12 de febrero de 2009

Yo...... te extrañarè



para Leandro Gòmez de su mamà Mili


Yo te extrañarè
tenlo por seguro
fueron tan bellos y malos momentos
que vivimos juntos
los detalles, las pequeñas cosas
las que parecìan no importarte
son las que invaden mi mente
al recordarte............

Ojalà pudiera devolver el tiempo
para verte de nuevo
para darte un abrazo
y nunca soltarte....
màs comprendo que llego tu tiempo
que Dios te ha llamado
para estar a su lado
asì èl lo quiso,
pero yo nunca pense
que dolerìa tanto.......

Como pensar que la vida
puede terminar en un segundo
la vida es polvo
puedes desaparecer en un minuto
nada dejas, nada te llevas
sòlo lo que tu tienes adentro
como pensar que la vida
puede terminar en un segundo.......

Màs yo te extraño hijo dalo por seguro......

De Leandro Gomez para su mamà Mili y todas las mamàs del mundo.

Ya no llores màs mamà por mì
yo estoy yendo a un lugar
tan lleno de luz
donde existe la paz
donde no existe la maldad
donde puedo descansar
no llores por mì...

Es tan bello aquì
que quiero que seas felìz
que estès bien
y cuando te toque partir
quiero verte aquì.

te amo......

Sin tu latido

Hola, aquí les dejo un video de un tema musical muy lindo que va acompañado con la letra por si quieren cantarlo.-




Sin tu latido
(Luis Eduardo Aute)
Hay algunos que dicen
que todos los caminos conducen a Roma
y es verdad porque el mío
me lleva cada noche al hueco que te nombra
y le hablo y le suelto
una sonrisa, una blasfemia y dos derrotas;
luego apago tus ojos
y duermo con tu nombre besando mi boca.

Ay, amor mío,
qué terriblemente absurdo
es estar vivo
sin el alma de tu cuerpo,
sin tu latido.

Que el final de esta historia,
enésima autobiografía de un fracaso,
no te sirva de ejemplo,
hay quien afirma que el amor es un milagro
que no hay mal que no cure
pero tampoco bien que le dure cien años;
eso casi lo salva,
lo malo son las noches que mojan mi mano.

Aunque todo ya es nada,
no sé por qué te escondes y huyes de mi encuentro.
Por saber de tu vida
no creo que vulnere ningún mandamiento;
tan terrible es el odio
que ni te atreves a mostrarme tu desprecio,
pero no me hagas caso,
lo qu
e me pasa es que este mundo no lo entiendo.

martes, 10 de febrero de 2009

Yo renaceré

Este video originalmente presentación de power point (pps)lo realicé en homenaje a todos mis compañeros del grupo Renacer Rosario, hoy quiero compartirlo con todos los visitantes a este Blog.

lunes, 9 de febrero de 2009

MENSAJE DE GUSTAVO Y ALICIA BERTI - A TODOS LOS MIEMBROS DE RENACER

Mensaje a todos los miembros de Renacer

"Grupo de padres que enfrentan la pérdida de hijos"

Queridos compañeros de ruta:

Ustedes recordarán nuestra preocupación, tantas veces
expresada, que podemos hoy sintetizar en lo expresado durante el último
encuentro en Huerta Grande cuando dijimos:

"Es necesario que nosotros conozcamos la ESENCIA de RENACER y de
la AYUDA MUTUA y nos mantengamos dentro de ella porque si no, los grupos se
van a dispersar, vamos a tener dificultades y el mensaje se va a perder."

"Nuestra esperanza es que ustedes, a su vez, decidan trabajar por
un Renacer para dentro de 50 años, porque nosotros vamos a ir pasando pero
el mensaje debe quedar." 

"Voy a terminar pidiéndoles a ustedes que asuman el compromiso de
trabajar por un Renacer de acá a 50 años, de acá a 100 años para que traten
de que los papás nuevos que llegan al grupo sigan ese camino que ustedes
pueden mostrarles, porque lo merecemos nosotros, lo merecen nuestros hijos y
hoy, por sobre todas las cosas, lo merece el mundo, lo merece la humanidad,
porque es necesario que en esta vida, en este mundo, haya seres compasivos y
solidarios que trabajen pensando en los demás."

Pues bien, no hemos de detenernos en sólo recordarlo, sino que
hemos utilizado el tiempo transcurrido, analizando la manera en que esos
objetivos se puedan cumplir.

De lo expresado, surgen, claramente los dos sentidos en que va
orientada la inquietud original: hacia adentro de los grupos y hacia la
humanidad.

Inmediatamente nos han surgido los siguientes interrogantes:

¿Tendrá Renacer un futuro como los movimientos que describen
muchos pensadores como Alain Badiou, Alvin Toffler, Arnold Toynbee, Daisaku
Ikeda entre otros, más los que ustedes conozcan? ¿ Podrá Renacer proyectar
su esencia, sus fundamentos, su manera desinteresada de trabajar hacia otros
ámbitos de la sociedad teniendo en cuenta que hemos acumulado 20 años de
experiencia en ayudar a otros seres en su noche negra del alma? ¿No es acaso
esta manera de encontrar respuestas a un interrogante universal, como es el
sufrimiento, extrapolable a otros problemas en este mundo tan complejo en el
que nos toca vivir? Si durante nuestro paso por los grupos hemos crecido
interiormente, nos hemos cambiado, transformado en seres mas solidadarios,
mas receptivos al dolor de los demás, más sabios frente al sufrimiento, más
maduros y prestos a tender una mano al hermano que nos reclama con su rostro
y su mirada, frente a los cuales hemos decidido salir de nuestro cascarón y
abrirnos a las necesidades del otro ¿Hemos de guardar todo lo adquirido
sólo para nosotros o estamos dispuestos a volcarlo hacia el mundo en el
vivimos? Si no lo hacemos nosotros ¿Quién lo hará? Si no lo hacemos ahora
¿Cuándo lo haremos? y si hacemos las cosas sólo por nosotros entonces ¿Qué
seremos? Estos interrogantes son parte ineludible del mensaje de Renacer.

Luego de 20 años de tarea y de ver cómo este mensaje ha sido
adoptado en lugares tan lejanos del mundo y separados entre sí pensamos que
las condiciones de un movimiento están dadas... ¿Aparecerán en el futuro
quienes copien el modelo para otros fines des-interesados?

¿Se despiertan conciencias críticas en Renacer? o ¿Sólo será de
utilidad hasta que la mayoría "supere" su duelo...?

Recuerden que siempre hemos sostenido que utilizar a Renacer
para condolernos entre nosotros, es como usar una computadora del Pentágono
para jugar al ta-te-ti.

Esto define dos objetivos: El primero imprescindible: la
consolidación de la esencia de Renacer hacia adentro, hacia las conciencias
individuales; el segundo: la posible expansión del modelo hacia otros
sectores de la sociedad, entre ellos los distintos grupos de Ayuda Mutua.

Partimos de la base que el movimiento "Renacer", contiene los
elementos esenciales de un movimiento que al decir de Badiou "rompe la
repetición colectiva social, como primera condición, siendo la segunda
condición que proponga hacer un paso más hacia delante con respecto a la
igualdad." Dicho en otras palabras Renacer ofrece al mundo que nos rodea
algo que antes no existía y que era una necesidad de la vida y que lo hace
de una manera absolutamente horizontal, sin jerarquías, sin que nadie sea
más que otro, mostrando que los seres humanos somos capaces de hacer un
mundo en el que todos sean iguales...(buscando aquello que nos une y no lo
que nos diferencia)

¿Se puede lograr este objetivo? Recordemos que hace 20 años dos
personas pensaron que las cosas podian ser distintas a lo que eran en ese
momento y que, pudiendo ser distintas, tambien podían ser mejores y que ese
pensar llevado a la accion se concretó en lo que hoy es Renacer...

Planteado de esta manera, con vistas a los dos objetivos
propuestos-persegui dos, para el futuro de Renacer, la tarea consistirá, en
"trabajar" para aquello que sea necesario a tales fines, sin caer en
estructuraciones, teniendo presente que siguiendo a Badiou "una actividad
colectiva siempre es, en algún sentido, una acción organizada. Hasta los
anarquistas están organizados" , y teniendo presente sus dos consejos:
"primero seamos pacientes, hablo de paciencia constructiva, dice, la
paciencia que inventa su tiempo, segundo inventemos caminos." Y aquí debemos
preguntarnos ¿Acaso Renacer no inventó un camino?

Pensemos si, al fin y al cabo, la vida misma, y nuestros hijos no
merecen que hagamos un esfuerzo por hacer de este mundo un mejor lugar no
sólo para nosotros.

Con el cariño y el respeto incondicional de siempre

Gustavo y
Alicia Berti

Palabras

 La vida feliz no es más que una.
Lo que la sitúa en el mejor de los estados

no es su magnitud, sino su calidad: 
así, larga o corta, dilatada

o concentrada, distribuida por muchos 

campos o muchos deberes,

o reducida a uno, es siempre igual.

Quien la valore por el número, la medida

o las partes, elimina de ella lo que tiene de excelente

¿Y que es lo excelente de la vida feliz? El ser plena.

El fin del comer y del beber creo que es saciarse.

Hay quien come más, hay quien come menos,

pero ¿qué importa? Ambos quedan saciados.

Hay quien bebe más, hay quien bebe menos,

pero ¿qué importa? Ambos han apagado la sed.

Hay quien ha vivido más años, 

y hay quien ha vivido menos,

pero no importa si los muchos años del 

primero lo hicieron igualmente feliz 

que los pocos años del segundo.

Aquel que tú llamas menos feliz

no lo es, pues la palabra feliz no admite 

diminutivo. Quien es fuerte está

libre de temor; quien está libre de temor

queda libre de tristeza; quien 

está libre de tristeza es feliz.

Lucio Anneo Séneca.

sábado, 7 de febrero de 2009

Simplemente......... EDGAR

EDGAR

Quisiera tenerte una vez màs
podria abrazarte otra vez
sòlo sentirte .........
que fuiste de aqui,
es tan duro pensar màs sin vos,
y como extraño, verme feliz,
miro hacia el cielo por vos,
y en el recuerdo, aliviàs mi alma,
llename de paz.

En los brazos de un àngel
estaràs ahì,
donde duermen los sueños
y se vive siempre sin fin,
te llevaste momentos
no volveran a ocurrir,
pero ten la esperanza
que tambièn yo llegarè ahì
y......... estarè junto a vos.

Ed tengo la esperanza
que tambien yo llegarè ahì
a estar junto a vos...... mi àngel.

Ed hoy hace siete meses de tu partida...... te extraño hijo.

Para Edgardo Suarez de su mamà Edith


jueves, 5 de febrero de 2009

… a una Madre que ha perdido a su hijo…


Quisiera ser el consuelo 
De TU corazón afligido 
Darte esperanza y fortaleza 
Para seguir TU camino. 
¡Qué no daría yo, 
MI sangre, MI vida, MI aliento, 
Por secar esas lágrimas 
Que manchan TU destino! 
Nada puedo hacer, aunque quiera, 
Por acallar TU dolor y vacío, 
Limpiar esa tristeza implacable 
Porque ese poder no tengo. 

Sólo puedo compartir TU impotencia, 
Abrazarte y llorar junto a it, 
Y aunque sea en la distancia 
sólo puedo amarte y a TU lado seguir. 

© Maureen Andrea Addison-Smith Salvo

DESPUES DE LA LUZ

Me gustaría que mi memoria fuera una de las más felices.
Me gustaría dejar una sonrisa radiante a mis padres.
cuando el día haya terminado.
Me gustaría dejar un eco que vaya rondando suavemente,
por los caminos te tiempos alegres, tiempos sonrientes,
días alegres y brillantes.
Me gustaría que las lagrimas de aquellos que me amaron
en vida, de aquellos que sufren mi partida, se sequen
ante los rayos de sol de un nuevo día…
De memorias felices que dejo detrás, cuando el día haya terminado

En memoria a nuestros amados hijos

 

Martha Gonzalez

 

 SoLo BasTa Una SonriSa PaRa Que El DiA MaS ObScurO EsTe LlenO De LuZ



El duelo con respecto a familiares y amigos

Desde nosotros:
  se perturba nuestra relación con los demás; 
  sentimos que no comprenden nuestro dolor;
  no entendemos sus actitudes
  queremos volver a convivir de la mejor manera pero no sabemos cómo hacerlo;
  nos molesta cuando nos dan consejos o, por no sufrir ellos, nos presionan a una pronta mejoría;
  todo lo sucedido nos trae emociones, sentimientos y pensamientos que son difíciles de trasmitir a quienes no han pasado por lo mismo que nosotros;
  solemos aislarnos;
  nos duele que eviten mencionar a nuestros hijos, que lo transformen en un tema tabú;
  solemos pensar que se han olvidado de ellos;
  como estamos en un estado de protagonismo descalificamos el dolor ajeno, comparándolo con el nuestro;
  somos ambivalentes: no queremos estar en familia pero, a la vez, nos quejamos si no nos tienen en cuenta o no nos convocan;
  nos molesta que se alejen o teman estar con nosotros;
  a veces nos sentimos culpables de no haber podido evitar su muerte y pensamos que seremos juzgados... eso también nos lleva a aislarnos;
  comprobamos que algunos amigos se transforman en extraños y algunos extraños en amigos;
  aprendemos que está en nosotros hacerles saber a los que nos rodean lo que necesitamos y lo que nos ayuda a estar mejor.

Desde ellos para con nosotros...

  la muerte de nuestros hijos también les impactó pero con una intensidad y duración diferentes:
  se sienten, en muchos casos, incapaces de ayudarnos; caen en silencios prolongados porque no saben qué decir ni qué hacer;
  la desaparición de nuestros hijos hizo irrupción en sus vidas pero la recuperación es más rápida que la nuestra. Y a veces sienten culpa al continuar viviendo como antes de la pérdida;
  no les es fácil comprender nuestro dolor;
  sufren por no poder o no saber cómo ayudarnos;
  omiten nombrarlos o recordarlos delante nuestro en la creencia que nos harían sufrir, sin saber que nos hace falta hablar de nuestros hijos;
  no saben cómo abordar el tema de la muerte o les falta coraje para hacerlo;
  consideran que hay un tiempo establecido para hacer el duelo y que, transcurrido dicho plazo -que para ellos es más rápido-, deberíamos recomponer nuestras vidas;
  creen que nuestra recuperación es más fácil de lo que realmente es;
  nos mortifica cuando nos dan consejos como una forma de ayuda, instándonos al "deberías...", "yo te aconsejo.." o "si hicieras...";
  no entienden nuestros estados de ánimos tan cambiantes de ira, enojo, tristeza, dolor, angustia, etc;
  pueden sentirse incómodos cerca nuestro; tienen miedo de causarnos más dolor o algo inapropiado


Proceso y obstaculos

El duelo no es una enfermedad...lo que duele es el alma y no hay nada que pueda evitarlo: tarde o temprano hay que pasar por ese dolor. La experiencia indica que el dolor adormecido se potencia y, cuando aparece, llega a destiempo y en forma inadecuada. Cuanto antes se lo encare, y más profundamente se lo viva, más oportunidades habrá de elaborarlo y que el recuerdo del hijo muerto se manifieste como una dulce emoción. Como bien se dice: "Es necesario sufrir para dejar de sufrir".
Hay una primera etapa en la que el dolor se siente como una opresión permanente, constante y desgarradora. Sirve permitirse sentir el dolor y la ausencia con toda la intensidad que se necesite. En una segunda etapa se producen apariciones cíclicas de estos síntomas y, finalmente, aparece una etapa de estabilización.
Llorar no sólo es aceptable sino una saludable expresión del dolor y distiende las tensiones. Pero tampoco hay que inquietarse ni preocuparse si no se puede llorar o no se siente la necesidad de hacerlo. El llanto es una forma de expresión pero no es la única; no mide el amor hacia el hijo ni es parámetro del dolor que provoca la ausencia.
Puede suceder que, por el shock, haya momentos de bloqueo emocional y se de una sensación de anestesia, de ausencia o como participando de un mundo irreal o de acontecimientos externos a uno. No hay que asustarse, es natural y dicho proceso puede durar algún tiempo.
El dolor, con sus altibajos, dura mucho más de lo que la sociedad en general reconoce. Es necesario ser paciente con uno mismo y no exigirse dar más de lo que se puede dar. No hay ninguna obligación de ser "fuerte". Lograr estar mejor no sucede mágicamente; es el resultado de un duro trabajo personal que requiere decisión, voluntad y energía; implica dejar de preguntarse "por qué" para, con el tiempo, llegar a plantearse el "para qué".
Buscar sustitutos en el alcohol, las drogas o medicinas no indicadas por un profesional para "tapar" u ocultar el dolor, pueden llevarnos a una dependencia química y pueden detener o retrasar el necesario proceso del duelo.
 Hablamos de aceptación y no de resignación ya que esta última implica una postura pasiva ante lo que nos sucedió y es contrario a nuestra actitud ante la pérdida. La salud mental es el reconocimiento del dolor y el intento de vivir dignamente con él teniendo siempre presente que la recuperación no es un acto de deslealtad.
Las vivencias del tiempo transcurrido son variables: un día puede parecernos un año y un mes se nos pasó sin darnos cuenta. Debemos tener presente que el tiempo es neutral, por lo tanto, lo que ayuda es lo que cada uno hace con el tiempo.
El desafío es ponerse en movimiento para intentar establecer un delicado equilibrio entre un ayer que debe ser recordado con amor y un mañana que debe ser creado.
 
Esos momentos especiales
Los aniversarios del nacimiento y muerte de un hijo, así como las festividades religiosas, vacaciones, fiestas o momentos especiales que vivíamos con él, son los momentos de mayor stress, angustia y desorientación.
Es importante que en esos días nos podamos dar el permiso de respetar lo que uno siente, sin estar pendientes si los demás se molestan por no aceptar lo que ellos suponen que deberíamos hacer. El disgusto posterior que podamos sentir será más doloroso aún que decirles a quienes nos quieren que no deseamos hacer lo que ellos desean.
Facilita conversar, en los días previos, con el cónyuge y los otros hijos sobre el tema y aceptar sus sugerencias, permitiendo que ellos también participen y propongan modos de pasar el momento o el día.
Sirve vivir estas experiencias con el grupo familiar y reservar algún momento del día para nuestra intimidad y para hacer lo que en el fondo de nuestro corazón sentimos que deseamos hacer en soledad.
Ayuda intentar sentir que nuestro hijo está en nuestro corazón y que nos acompaña en todos los momentos. Sentirlo presente, compartir con él nuestros sentimientos, en la intimidad más profunda. Evitar racionalizarlo y simplemente amarlo incondicionalmente puede aliviar el dolor.



martes, 3 de febrero de 2009

Mis hijos – Victor Hugo

"Un día, tal vez pronto, sonará para el padre la hora que sonó para el hijo.

En aquel lugar, los que ya llegaron esperan al que se acerca; el recién llegado es bienvenido. Lo que a él le parecía la salida, resulta ser la llegada; se cieran los ojos de la carne, se abren los del espíritu y lo invisible se hace visible.

Vuelven a aparecer entonces ante el alma los desaparecidos, y esos verdaderos vivientes a quienes en la oscuridad de la tierra se los llama muertos, llaman dulcemente al recién llegado y se inclinan ante su rostro asombrado con la hermosa sonrisa que existe en las estrellas.

Creo en la inmortalidad. No en la inmortalidad de la fama, que no es más que humo, sino en la vida permanente del yo. Creo en ello, me siento inmortal. Sí, creo en Dios, y en la otra vida." 

Párrafo tomado del libro "Mis Hijos" (1874)de Victor Hugo

Los Hijos – Carina Garcitegui

Son una bendición, un regalo de la vida, cuando llegan a la nuestra la cambian por completo. Con ellos experimentamos una "forma de AMOR" tan inmensa, tan pura, incondicional, tan diferente al amor antes conocido (hermanos-pareja-amigos-etc).

Creo que el error más grande que cometemos es apropiarnos de ellos, no son una posesión, son hijos de la vida pero… ¿quién lo vive así? Nadie, yo hoy lo reflexiono sólo porque mis hijos murieron. Un padre ó madre que ama a sus hijos, solo quiere lo mejor para el/ ella y daría hasta lo que no tiene si pudiera garantizarles una LARGA VIDA PLENA, LLENA DE SALUD, AMOR, FELICIDAD. Uno daría la vida ¿Cuántos de nosotros no ha pensado alguna vez porque no me fui yo antes que él/ella?

Porque es cierto, uno daría la vida por ellos sin dudar, pero ni eso alcanza.

¿Por qué murieron nuestros hijos? No lo sé, quizás nunca lo sepa… pero si se que no me lo merecía, que no es un castigo de nadie, sólo se que es una "TRAGEDIA" que me sucedió a mi y que le suceden cosas terribles a algunas personas, quizás sea el destino, no lo se y esa famosa pregunta retórica ¿POR QUÉ? Ya no insiste tanto, creo que un día de verdad ya no va aparecer por mi mente, de lo que si estoy segura es que no me hace bien y quizás NUNCA lo pueda responder.

Pienso En mis hijos y estoy segura que se encuentran muy bien. Hace un tiempo pensaba ¿Cómo mis bebés pueden estar mejor en otro lugar lejos de su mamá? Y ahora me doy cuenta que esa manera de pensar es mi egoísmo.

Creo que lo más difícil de todo es ACEPTAR, ellos no están FÍSICAMENTE y eso es IRREVERSIBLE, no hay manera de cambiar esa realidad, ni siquiera si nos quedamos ETERNAMENTE EN EL DOLOR. Y para honrar la vida de nuestros hijos debemos levantarnos, aunque cueste, aunque sea LARGO Y DURO EL CAMINO "POR ELLOS Y CON ELLOS".

Una vez leí "Soplemos sobre los carbones del corazón buscando la poca luz y tibieza que podamos reunir para seguir adelante". Y es así, es duro nadie lo niega, a veces INSOPORTABLE, pero una noche soñé que escribía: "se puede" "se puede" y como cero que en los sueños encontramos una manera de comunicarnos, de vernos con nuestros hijos que partieron. Al despertar pensé que era un mensaje de mis adorables hijos: Ian, Emanuel y Lautaro. Eso me hace bien y me aferro a ello y a todo lo que me ayude a continuar para que un día, no se cuando pueda volver a ponerme de pie, me rearme a mi misma, porque la muerte de mis hijos ha convertido un caos mi vida, mi mente, es como que me fracturé en millones de partículas y me toca el trabajo de armar ese rompecabezas…

Siento que soy otra persona, aún no puedo definirme porque estoy en medio de la transición, justamente transitando el camino del DUELO y cuando llegue al otro lado creo que voy a RENACER, como es bien llamado éste grupo.

Uno junta los pedazos que han quedado y vuelve a nacer, se ve la vida con otros parámetros totalmente diferentes a los que antes teníamos. TODO, ABSOLUTAMENTE TODO CAMBIA y nosotros también no hay otra opción si realmente afrontamos lo que nos tocó vivir.

Carina.

lunes, 2 de febrero de 2009

Afrontar la pérdida de un hijo

Juan Pedro Valencia, psicólogo, nos da las claves sobre la pérdida de un hijo: “Cualquier muerte nos afecta en mayor o menor medida. Cuando es de una persona cercana o de un familiar aumenta considerablemente ese impacto. En el caso de un hijo, el impacto es una de las emociones negativas más fuertes que se pueden experimentar. Esa experiencia será distinta para cada uno de los padres, que vivirá la situación con iguales reacciones pero con formas particulares de mostrarlas o reprimirlas. Además, no se trata de un proceso con un inicio y un fin determinado sino que más bien se trata de algo continuo que permanecerá durante mucho tiempo, a veces toda la vida, pero que se puede hacer más sencillo de llevar si se trata adecuadamente”. 

 Fases del duelo 

Después de morir un hijo, se sufren diversas etapas y multitud de sentimientos encontrados se alternan. Los sentimientos más frecuentes son la ira, la sensación de culpabilidad, la enorme tristeza y la presencia de pensamientos irracionales que pueden hacer pensar que se están volviendo locos. La culpabilidad, por ejemplo, se manifiesta como una falta de haber podido hacer algo que hubiese impedido el hecho doloroso; la ira o enojo suele dirigirse hacia quien se piensa es el causante de la muerte, incluso hacia uno mismo o a Dios. Pueden aparecer sentimientos de soledad, de aislamiento personal y social que impidan una comunicación adecuada de ese sentir. 

1. Shock o parálisis. Es la reacción o conmoción momentánea cuando se recibe la noticia de la muerte. Se manifiesta a través de diferentes sentimientos: apatía, embotamiento, hiperactividad. Esta reacción nos defiende del impacto sufrido. 

2. Alivio o relajación. Sigue al funeral y es de corta duración. Dura tanto tiempo como permanezcan los familiares y amigos con los padres. Se caracteriza por expresiones de aceptación de la muerte, estado de ánimo alternante, entre tranquilo y llanto. 

3. Resentimiento. Cuando los padres se quedan solos, llega el momento de la soledad, la inseguridad, la falta de autoestima, el sentimiento de culpabilidad… Se tiene miedo al futuro y hay una pérdida total de interés hacia el mundo exterior. Hay que comprender lo que está pasando, es bueno que la persona llore y se desahogue. 

4. Recuerdo. Durará más o menos según la persona. Se recuerdan constantemente los hechos acaecidos antes de la muerte. Deseo de recapturar las emociones y experiencias felices con el fallecido. 

5. Reparación. Es un esfuerzo deliberado por reiniciar la vida sin el hijo perdido. Aparecen ideas más positivas y racionales. Se cultivan nuevas aficiones, intereses y amigos. 

Durante los primeros meses, el aspecto físico también se ve afectado, disminuyendo el tiempo de sueño, aumentando el cansancio, manifestándose pequeñas pérdidas de memoria y falta de concentración… Esta forma de sentir es absolutamente natural dentro del proceso de duelo, pero en el caso de permanecer con gran intensidad e interferir de forma significativa en la vida diaria debería ser consultada con un profesional que pueda ayudar a elaborar la situación y mostrarles la mejor forma de poder afrontar esa pérdida.
Tensiones y conflictos en la pareja 

Es frecuente que la muerte de un hijo provoque tensiones en la pareja. De hecho, muchas parejas son incapaces de superarlo y acaban rompiendo a causa de esta pérdida. 

- Dificultades para aceptar que la pareja viva la pérdida a su manera. Cada persona es un mundo y exterioriza de una manera o de otra sus sentimientos. Un miembro de la pareja puede sentir, por ejemplo, que al otro no le importa la muerte lo suficiente (quizás porque no llora o porque no quiere hablar del fallecido). A veces, la necesidad de parecer fuerte, puede interpretarse por el otro como falta de interés. 

- Culpar a la pareja. Es frecuente que uno de los miembros de la pareja piense que el otro es de alguna manera responsable de la muerte. Esto se puede traducir en reproches continuos o en sentimientos de impaciencia e irritabilidad hacia el otro. 

- Falta de sincronización. Puede ocurrir que la pareja no viva al mismo tiempo los momentos de mayor dolor o las recaídas. Esto puede crear la sensación de que uno siempre está inmerso en el dolor, y puede contribuir a que se eviten el uno al otro en los momentos difíciles para no recaer en el sufrimiento. 

- Las relaciones sexuales. Puede ocurrir que las necesidades de uno incluso aumenten, mientras que las del otro disminuyan o desaparezcan. Esto puede ser fuente importante de conflictos. El hombre, en general, es capaz de separar el deseo sexual de su situación emotiva. La mujer puede sentirse incapaz de desear si está triste o enfadada. 

 Consejos para superar la pérdida 

Juan Pedro Valencia nos da una serie de pautas y consejos a seguir para afrontar la muerte: 

- La primera idea a tener en cuenta es que, aunque resulte extremadamente doloroso, hay que permitir que los padres enfrenten el luto sin evasivas, permitiendo que las emociones y sentimientos se expresen sin reprimirlos. Si se sienten ganas de llorar que lo hagan sin pensar en qué lugar o momento están, pero sin que en ningún caso esta expresión del sentir llegue a provocar daño a sí mismos o a terceras personas. 

- Si en ese momento había decisiones importantes pendientes de tomar, sería buena idea aplazarlas en la medida de lo posible hasta que se sientan con la suficiente capacidad para tomarlas adecuadamente. 

- Intentar que nadie les presione o fuerce a tomar decisiones sobre las pertenencias de sus hijos, la habitación, ropa, juguetes, etc. Los familiares prestarán un mejor servicio dando apoyo emocional y respaldo que intentando ocupar el lugar de los padres, aunque sea con la mejor intención, ya que la elaboración de todo el proceso de duelo debe ser experimentada por ellos mismos. 

- La pareja debe intentar mantener una buena comunicación, tanto entre ellos, por ejemplo hablando acerca de su hijo, de lo que sienten cada uno por separado, como también a la hora de hablar con los demás, tanto médicos, como familiares o amigos. 

 ¿Cuándo tener otro hijo? 
Lo primero que debe saberse –explica Juan Pedro- es que el dolor y el vacío que deja el hijo desaparecido jamás será reemplazado por la llegada de un nuevo hijo. Es decir, es importante que no se tome a la ligera la decisión de tener rápidamente otro bebé para así poder calmar la avalancha de sentimientos que se experimenta. Más bien al contrario, un hijo que venga por esa decisión repentina puede no sólo no disminuir el dolor y la pena sino incluso aumentarlos añadiendo el miedo y la angustia como nuevos compañeros de la vida diaria. 

Si decimos que debe intentar posponerse la toma de decisiones importantes hasta encontrarse mejor, se comprenderá que la de tener un nuevo hijo es la más importante de todas ellas y por lo tanto deberá ser la más meditada, sopesada y aplazada hasta que efectivamente se sienta y entienda que se desea ese nuevo ser por sí mismo, no para cubrir ningún vacío o necesidad propias. 

 ¿Se supera la muerte de un hijo? 

Ciertamente, es casi imposible que un padre pueda superar la muerte de su hijo, ya que el dolor jamás desaparece del todo. Lo que sí puede hacerse es intentar sobrellevar esos sentimientos de la mejor forma posible, aprendiendo o desarrollando las habilidades y estrategias necesarias para que, junto con el paso del tiempo, puedan seguir con su vida de la forma más positiva posible. El dolor y la tristeza acabarán por disminuir y los sentimientos de culpa desaparecerán, permitiendo que un cierto propósito de vida que aparentemente había sido eliminado vuelva a aparecer poco a poco. 


No son muchos los padres que acuden a un buen psicólogo para solicitar ayuda. La mayoría no se da cuenta de la posibilidad de ayuda que se les puede prestar y de que se les puede enseñar tanto a manejar las emociones negativas que les atenazan como a entender, fuera de su aislamiento emocional, social y personal, lo que ha ocurrido. 

A veces, el dolor, la tristeza y la sensación de culpa son tan intensos y permanecen tanto tiempo en su vida que la misma cambia por completo, convirtiéndose lo que debía ser un duelo normal en algo patológico que necesita de la ayuda de un profesional.

Mimí mamá de Noelia (grupo Renacer Rosario)