sábado, 14 de marzo de 2009

Como siento la ausencia de mi hijo

El sentido de la “ausencia” se expresa generalmente, bajo la idea de “no tener a alguien conmigo”. Como “falta de presencia”. A su vez la “presencia” tiene gran vinculación con las “formas” y los “sentidos”.
Ver, tocar, palpar, besar, acariciar, escuchar. Con ello el sen-tido de “presencia” tiene muchos ingredientes sensoriales.Sin embargo ello no es siempre sólo así, toda vez que la “presencia” tiene también elementos racionales y temporales, o-dicho de otro modo-vinculados al conocimiento y al tiempo.
Difícilmente sintamos la “ausencia” de un hijo cuando está de vacaciones o vive en otra ciudad. Lo “extrañamos” , pero por lo general, no hay sentido de “ausencia”. Ni esta ausencia provoca “ansiedad” o “angustia vital”. Y ello es porque “conocemos” que “está”;podemos visitarlo y verificar “sensorialmente” sus “formas”.
Cuando un hijo ha muerto, los padres sienten verdaderamente esa sensación de “ausencia”.en toda su dimensión; y más la sienten cuando el tiempo comienza a correr. No suele haber sensación de “ausencia” en los primeros tiempos, toda vez que las reacciones típicas de shock, negación, o bloqueo emocional, impiden que la comprensión real de lo ocurrido, o la idea de “definitividad”, pueda aprehenderse.Es recién cuando se asume la muerte del hijo, el momento en que la sensación de “ausen-cia” se materializa en toda su dimensión.

LA AUSENCIA :UN SENTIMIENTO
Con cuantas dificultades nos encontraríamos si tuviéramos que “definir” la “ausencia”. Tendríamos que recurrir a comparaciones, a sensaciones provocadas por esa “ausencia”(derivaciones de ella), a explicar qué entendemos por “presencia”, pero difícilmente llegaremos a poder definir el concepto. Y ello ocurre porque la “ausencia” es un sentimiento, una sensación.Si la “ausencia”, entonces, es un “sentimiento”, tienes manera de contrarrestarla en función otro “sentimiento”, que es –justamente- el sentimiento opuesto: la “presencia”…

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