jueves, 4 de diciembre de 2008

NAVIDAD, REACCIONES DE ANIVERSARIO Y OTRAS FECHAS CONMEMORATIVAS DE LA WEB: DUELOS. DR. MONTOYA CARRASQUILLA

Nuestra vida está llena de días especiales, tanto en relación con otros como con las circunstancias que nos rodean, y que nos recuerdan o actualizan la pérdida de un ser querido de una forma aguda; estos días, colectivamente conocidos como "días festivos", incluyen el día del padre o de la madre, día de los novios o del amor, las fiestas nacionales, la pascua y la semana santa, las reuniones familiares anuales, los aniversarios, el día de las brujas, los cumpleaños, el día del trabajo, el cambio de estación, el día de los difuntos, día de la semana en que falleció, hora del fallecimiento, otros días conmemorativos y, muy particularmente, la navidad.


Nuestras tradiciones, rituales y aún la comida especial de ese día son un recuerdo constante de nuestra pérdida. Son épocas del año en donde los sentimientos de pérdida se ven siempre magnificados, si bien más en unos días que en otros según las propias tradiciones familiares. Algunas veces no somos conscientes de ello y del cómo nos afectan, incluida la aflicción anticipatoria: ante los días especiales, no es extraño que se anticipe el malestar unos días antes y se sienta uno mal antes de que ellos sucedan, durante y unos días después. Estamos más irritables, deprimidos y ansiosos y los niveles de energía disminuyen.


Cualquiera que sea nuestra edad o el tipo de pérdida, los días festivos sin la persona amada serán ciertamente muy difíciles. Las antiguas costumbres se han terminado y nunca se repetirán de la misma manera. La risa, antes tan fácil, fluida y natural, puede llegar a ser solo una mueca o perderse totalmente; dar regalos, alguna vez tan divertido, puede parecer vacío y triste, carente de sentido; las canciones familiares, a veces tan reconfortantes, pueden atragantarse y acompañarse de lágrimas y un intenso anhelo. En verdad, hay algo de dolor que cuelga de la alegría que otros sienten: es difícil estar sin la persona amada y tener que ajustarse a esa nueva tradición por obligación y sin quererlo. Todo esto suele acompañarse de una gran cantidad de angustiantes preguntas: ¿Qué es lo que me está pasando? ¿Si seré capaz de aguantar esto? ¿Realmente deseo sobrevivir a esto? ¿Lo que siento es normal? ¿Me estoy enloqueciendo? Además, los festivos añaden su propia carga de preguntas. Es importante reconocer que hay muy pocas respuestas que sean universalmente buenas o malas a estas preguntas; en realidad, pueden haber muchas, dependiendo en parte de factores únicos a la situación existencial particular de cada uno: quiénes somos como personas, qué es lo que a nuestra familia le gusta, quién era, cómo y dónde murió nuestro ser querido, cómo y cuál era nuestra relación con esa persona, papel que ella desempeñaba en la realización del ritual de la fiesta, etc. De hecho, no todas las preguntas tienen que ser contestadas de forma inmediata o tienen una respuesta rápida y clara.

Si las tradiciones de las fiestas le producen un dolor intolerable, recuerde que usted tiene el poder de modificar y confeccionar sus propias fiestas de forma que se vean cumplidas sus expectativas actuales. Coja lo que le guste y deje lo que no. Al hacerlo así, se sentirá menos abrumado y estresado, menos deprimido y más capaz de tener unas fiestas tranquilas. Cada uno de nosotros debe encontrar su propia zona de confort, zona que puede ser radicalmente diferente de año en año. Nuestra preocupación somos nosotros mismos y nuestra familia inmediata. Se trata de encontrar conjuntamente la mejor forma de pasar las fiestas con el menor dolor posible. Sin duda apreciamos al resto de la familia, a nuestros amigos y compañeros de trabajo, pero no necesitamos hacer nuestros planes alrededor de sus necesidades sino de las nuestras: esperamos que ellos entiendan esto.


Ciertamente nada puede remplazar al ser querido perdido, pero hay cosas que pueden hacer menos pesados y terribles estos días. Recuerde que muchas otras personas se han enfrentado con lo que usted está encarando ahora mismo, y ellos han aprendido que es posible pasar a través de estas fechas y sobrevivir, incluso crecer a través de esta experiencia. Lo que ellos han aprendido es algo que usted puede aprender ahora; la forma en que ellos lo han hecho son formas que usted también puede adoptar.

1 comentario:

  1. Es importante entender que tenemos que cuidar nuestra herida, es como haber sufrido una operación y una herida que debe sanar.Todo lleva un tiempo.En esto no hay tiempo determinado y no hay una manera, solo nuestra entereza para saber SOLO hacer aquello que nos reconforte, que nos haga dignos, que nos alivie y nos dé fuerzas.
    Un abrazo en el alma a todos aquellos que deseen recibirlo.
    Silvina

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