viernes, 10 de julio de 2009

La rayuela de la vida


Quizas la vida sea una rayuela, con sus dificultades y alternativas como etapas previas del cielo, la metal final; y hay que jugarla.

Algunos, por sus errores, avanzan lentamente; otros, rápidamente llegan al cielo.

Para llegar hasta él hay que saber jugar. Es el caso de Nicolás.

Lanzó su tejo desafiando todos los casilleros y sin cometer ninguna falta. Jugó tan bien este juego de la vida, que cuando quizo acordar se encontraba lanzando la última piedra al cielo. Hizo el recorrido de un tirón.

Por eso terminó su juego antes.

Es una lástima que la rayuela no tenga más números. Aunque si así fuera, seguramente él llegaría antes que nosotros. Porque casi nunca se equivocó.

En el juego de la vida, como en la rayuela, el que consigue salir sin ninguna falta gana un descanso que lo coloca en el cielo.

En el juego de la vida, como en la rayuela, también gana el que llega antes.

Y Nicolás ganó.

Mi recuerdo para Nicolás - Osvaldo

Gracias a Laura, Alberto y Victoria, padres y hermana de Nicolás (Isla Verde - Pcia. de Córdoba)

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