jueves, 11 de agosto de 2011

TRASCENDER EL DUELO POR LA MUERTE DE UN HIJO

La palabra trascendencia significa *Proyección*, *Escalar más allá*, *Atravesar el límite*.
Hay una realidad concreta e inmediata y es que hemos perdido un hijo.
¿Qué hay después de este devastador desgarro del alma?
...En un principio la única respuesta es *NADA*. Pasan los días y nuestros ojos ven alrededor a otros hijos, un cónyuge, alguien más; pero solo de la boca para afuera sabemos que debemos estar ahí. Aquí es donde esta realidad concreta se hace eco en nuestra voz porque trascender es sobrepasar los límites de esta realidad. Pasar de un ámbito a otro atravesando el límite que los separa, incluyendo además la idea de superación, significa la acción de sobresalir, de ir desde adentro hacia afuera superando toda limitación.
Si bien es cierto en un principio que una parte de nosotros muere con nuestros hijos, también hay una parte de nuestros hijos que no muere jamás. Este intercambio de existencias solo es posible a través del amor y es en este amor que se construye la trascendencia.
Superar el duelo no significa olvidar ni renunciar al recuerdo. Significa encontrarle a nuestros hijos un lugar en nuestro espacio emocional para seguir viviendo de manera eficaz. Nuestra respuesta al sufrimiento tiene base en la transcendencia y esto implica encontrarle un sentido a la existencia de quien murió y un sentido a nuestra vida, aunque ellos físicamente ya no estén.
La importancia de la autoayuda es fundamental, en cuanto a que podemos comprender, al participar en un grupo de duelo, que no somos únicos en el dolor y de requerir de los demás toda su consideración a nuestro drama. Dejar de pedir respuestas que nadie posee, es probablemente el punto de inflexión, el momento en que comienza en todo duelo su etapa reparatoria .
Comenzamos poco a poco a advertir que nuestra importancia no va más allá de la importancia de los demás, que los demás también sufren y extrañan, es aquí que el egoísmo de creer que somos los únicos que sufrimos, comienza a ceder.
Vamos lentamente pudiendo alzar la vista para mirarnos en el espejo del dolor ajeno, de pronto podemos escuchar, comprender y comenzar tímidamente a ayudar, y es ese aspecto solidario que emerge de nuestro propio sufrimiento, el que permite reparar y repararnos, sentirnos mejores personas, y esto se logra sin duda, a partir de los cambios que en nosotros, ha generado la ausencia.
En todo proyecto de vida aparecen valores de actitud, que apuntan a nuestro crecimiento espiritual y convierten nuestro trabajo interior en un trabajo transcendente que nos prepara para dar ese *Paso más*. Un paso más allá de nuestro ego para descubrir la Verdad que yace en nuestro interior es el significado exacto de la palabra trascendencia.
Alguien me preguntó alguna vez: ¿Y vos cómo sabés esto Eliana?
Por un momento enmudecí ante esa mamá que llevaba 11 años de duelo por la muerte de su hijo e inmediatamente respondí.. A cinco años de la partida de mis hijos, esto es lo único que he podido experimentar desde que comprendí que solo limpiando mi exterior era capaz de llegar a este interior que hoy ves.
Cuántas veces nuestro entorno no nos permite llegar, no nos permite trascender...
*Sí a la vida es acción, es movimiento, es definitivamente remover desde el fondo este gran terremoto del alma y recomenzar sanamente desde y por el amor a nuestros hijos que partieron*

Su amiga de siempre... Eliana

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