viernes, 19 de agosto de 2011

*EN HONOR A ESE HIJO QUE HA PARTIDO*

Muchas de las circunstancias que hoy te afectan, tanto en tu vida personal como en el entorno en que vives, te tienen fuera de control, te sumergen en un caos que inevitablemente te lleva a una situación de profundo estrés, por cierto muy difícil de manejar. Afortunadamente más allá de las circunstancias en las que te encuentras, tienes varias cosas de las que ...puedes adueñarte para tomar el control de tu vida.
Me refiero particularmente a lo que realmente determina cómo te sientes en este momento, muy a pesar del tiempo que lleves de duelo. Estoy hablando de tu actitud, es decir de cómo eliges responder ante las circunstancias y quién decides ser ante el cambio.
Es tu actitud la que puede aumentar o reducir tu estrés de manera profunda. Aún si decidieras darte un masaje, hacer ejercicios físicos o inclusive hacer el amor, estos son excelentes antídotos para el estres; pero si no son acompañados de un cambio de actitud que subsane tu problema real, apenas llegarán a tener un efecto temporario.
¿Cómo te adueñas de tu actitud?
Atreviéndote a tomar decisiones que te ayuden a retomar el control sobre tu respuesta ante lo que te sucede, a reducir significativamente tu estrés y aumentar tu capacidad para manejar el cambio.

En vez de resistir... ACEPTA!!!
Acepta lo que es un hecho, es decir aquellas circunstancias que por más que te esfuerces no puedes cambiar. Tu estrés aumenta cuando te resistes a lo que te sucede y al resistir le estás dando poder a aquello a lo que estás resistiendo, en cambio al aceptar y soltar tu resistencia estarás recuperando tu poder y te sentirás marcadamente mejor. Recuerda que hay cosas que no podemos cambiar; pero lo que sí podemos cambiar es nuestra actitud ante ellas, solo hay que aceptar y por ende llegarán los cambios.

En vez de conformarte... APROVECHA!!!
Es fundamental que aceptes accionar inmediatamente ante lo sucedido aprovechando esta situación, como el mayor aprendizaje de tu vida. Esto es lo que hace la diferencia entre resignarse y pretender una vida mejor. Aprovecha lo que está en tus manos hacer, lo que tú sí puedes controlar, aquello en lo cual sí tienes inherencia y te es posible cambiar, tu vida por ejemplo. Asi que ponte en movimiento y decide aprovechar lo que está en tí lograr.

En vez de evadir... ASUME!!!
Cuando las cosas no son como tú quieres, es muy fácil apuntar hacia afuera y buscar responsables cuando tú no eres capaz de abordar el cambio. El reto y la esencia de la madurez consisten en asumir lo que es tuyo, la forma en la que tú has contribuído a lo que te sucede, a cómo has manejado tu vida. Si evades tu responsabilidad estás negando tu capacidad de aprender, en cambio cuando asumes lo que te corresponde, te adueñas de tu poder al momento que tomas conciencia sobre lo que puedes aprender y mejorar.

En vez de solo desear... COMPROMÉTETE!!!
La única forma de obtener resultados diferentes es haciendo cosas distintas. Desear algo mejor para tu vida es necesario; pero no es suficiente, el deseo debe ser acompañado por el compromiso de hacer lo que haga falta hacer para mejorar tu vida. Un cambio de hábitos cotidianos puede reforzar tu energía y estarías debilitando el estrés, en este sentido algunos cambios simples pueden hacer la gran diferencia. Dejar de pensar es casi imposible; pero puedes elegir cambiar tus pensamientos en positivo y construír, claro que sí puedes!!! Si haces esto, el mundo no va a cambiar porque tú no tortures tu mente; pero tu salud mental sí puede beneficiarse enormemente.

En vez de preocuparte... OCÚPATE!!!
Ocupántote tienes el mejor antídoto para tus preocupaciones. Ponte en acción!!! Muévete hacia lo que quieras y está en tí lograrlo. Cuando te encuantras frente a situaciones que no puedes cambiar, debes entender que si es algo que escapa a tu esfera de influencia debes soltar la preocupación para hacerte cargo de las oportunidades que sí puedes aprovechar. ¿Algo está mal en tu vida, algo está rasgando tu alma? Hay circunstancias que no puedes cambiar; pero sí puedes elegir una actitud que te permita aceptar lo que es, aprovechar lo que es posible y comprometerte a lograr lo que debes poner en acción, nada menos que tu vida.

En ves de olvidarte de lo que tienes... AGRADECE!!!
Cuando el dolor invade, el estrés se incrementa y te encuentras rodeado de cambios y nuevos desafíos, entonces es normal que pierdas las perspectivas y te desconectes de lo que tienes. En medio del caos corres el peligro de dar por sentado muchas cosas que atañen a tus afectos y olvidarte de lo que realmente te ayudaría a tomar fortaleza. El agradecimiento es un excelente antídoto ante la sensación de desesperanza y permite enfocarte en lo que tienes para continuar avanzando. En la gratitud los miedos se desvanecen ya que te das cuenta de lo que has recibido y verás que tienes más de lo que creías. Conéctate con ella y no olvides los cientos de regalos que puedes disfrutar en forma de experiencias, aprendizajes, momentos, oportunidades, fortaleza, conocimientos y crecimiento.

En vez de desconfiar... CONFÍA!!!
¿Crées que tus circunstancias negativas son permanentes? O sabiamente eliges creer que todo se mueve en ciclos; que después de la tormenta sale el sol, que después del invierno viene la primavera, que es posible volver a sonreír. Debes saber que tienes el control para adueñarte de tu capacidad para salir adelante; pero debes saber también que hay cientos de posibilidades que aún no conoces y quizás por ello hayas decidido no creer. Confía en un futuro posible, donde no existe el olvido; pero sí existe la paz y la serenidad embanderando el mejor recuerdo de tus hijos. Confiar o no confiar, la decisión es tuya.

En vez de visualizar lo negativo... APUESTA A VIVIR!!!
Si crees que puedes o crees que no puedes, estás en lo cierto!!! La pregunta es ¿En qué crees?. En tí está elegir apostar a la vida y tener fe en que todo lo que sucederá será mejor y esta misma energía debes enfocarla en lo que deseas para tu vida y aquí no hablo de un simple pensamiento positivo, estoy hablando de la energía que yace en tí para aceptar la realidad que vives, identificar lo que puedas aprovechar de las circunstancias, asumir la responsabilidad en tu proceso de duelo, comprometerte a accionar y ocuparte de lo que es posible. Confía en tí y en la posibilidad de una vida digna en honor a tu hij@ que ha partido.

Ojalá estas palabras humildemente sirvan como aliciente para todas aquellas personas que además de estar peleándole a la vida, después de la partida de su hij@, se encuentran intentando salir adelante en un entorno que no les favorece para enfrentar el mayor reto de sus vidas. Puede tratarse de una desaveniencia conyugal o de cualquier otra circunstancia de vida que en este momento está pesando demasiado sobre el dolor que transcurren. Mi única intensión es hacerles comprender que tomando el control de cada una de las situaciones que les acontecen, estarían alivianando cargas que les permitirían vivir un duelo sano, de la manera más serena posible.
¿Te preguntaste si no es acaso esto lo que tu hij@ quiere para tí?

Con el amor de siempre... Eliana

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