jueves, 9 de diciembre de 2010

Mirar hacia el futuro

Lo que ha pasado no se puede modificar, por lo tanto, continuar con nuestras emociones, con nuestros sentimientos, colocados en el pasado, no nos lleva a ninguna parte, no nos conduce, absolutamente, a ningún lugar, vamos a pedalear en el barro durante toda la vida.

La respuesta no está en el pasado, está adelante nuestro, en lo que todavía nos falta por hacer.

No nos detengamos en lo que nos ha pasado, sino tratemos de canalizar nuestras energías acerca de la multitud de posibilidades que se nos abren a partir de la muerte de un hijo, una serie de caminos nuevos, no explorados, no visualizados antes, pero que están allí esperando ser recorridos por nosotros.

Si no los recorremos es por dos razones o porque no tenemos la voluntad o porque tenemos miedo.

Esos caminos están ahí, simplemente esperando que los transitemos.

Simplemente, preguntémonos, nosotros que supuestamente somos la creación más perfecta que existe en este planeta ¿por qué razón tenemos los ojos puestos hacia delante? ¿por qué no nos hicieron con los ojos puestos hacia atrás?

La razón por la que tenemos los ojos adelante es porque tengo que evitar mirarme egoístamente a mí mismo y simplemente mirar y caminar para adelante. Tengo que mirar hacia el futuro.

La vida, dice Víctor Frankl, no es un pergamino que deba ser leído, sino un libro que debe ser escrito, entonces hay que escribir el libro, hay que dejar de entretenerse en leer el pergamino, hay que decir: ¡Basta! no puedo cambiar lo que pasó, no puedo traer a mi hijo de vuelta.

Tengo que aprender qué es lo que puedo hacer de valioso todavía por delante, qué es lo que puedo aprender de tanto dolor.

(Del mensaje de Renacer: En Renacer San José, Uruguay – Reunión con padres)

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Deja aquí tu comentario o tu testimonio