martes, 9 de noviembre de 2010

Decir adiós - Marta Schröder

Nada dura eternamente, ni lo bueno ni lo malo. Lo sabemos, nuestra mente lo sabe. Sin embargo, qué difícil es que nuestro corazón lo entienda y lo acepte. Vivimos un proceso continuo de cambios, de despedidas y de bienvenidas. Dejamos atrás una parte de nuestra vida para empezar otra. Pero nos es más fácil decir hola que decir adiós. Decía un sabio que tardamos unos segundos en decir hola mientras que para decir adiós tardamos meses, a veces años, y a veces no lo conseguimos nunca.

Cuando la despedida no ha sido elección nuestra, todavía se nos hace más difícil. ¿Cómo podemos aceptar su ausencia?. Las preguntas invaden nuestro pensamiento: ¿Por qué se ha ido? ¿Por qué me ha dejado? ¿Cómo voy a superarlo?. Al principio nos cuesta creer que ya no está. Después buscamos culpables o nos culpabilizamos nosotros mismos de la separación, de la ausencia. Finalmente lloramos, inundados por la sensación de abandono y soledad.

No es fácil decir adiós. Sin embargo, nos hemos de despedir para seguir adelante, para dar la bienvenida a una nueva vida, una vida sin ese alguien que tanto significó para nosotros.

A veces nos da miedo despedirnos. Pensamos que si lo hacemos nos desprenderemos de la persona que ya no está, nos quedaremos solos. Pero no es necesario decir adiós a la persona si no quieres. Di adiós a su ausencia, cruza el puente. Llora hasta que puedas reír. Date tiempo. Trata de separar lo perdido de ti mismo: no es lo mismo pensar que se ha ido que pensar que te ha dejado. No te juzgues, sé amable y comprensivo contigo. No tengas prisa. Cuídate, duerme tus horas, aliméntate bien. Haz actividades que te den consuelo y paz. Acepta la ayuda de los demás, busca personas con las que puedas hablar, que te comprendan. Trata de enfocarte en lo bueno que te ofreció la relación que tuviste y agradécelo. Confía, el dolor se apaciguará, nada dura eternamente. Permite que el dolor vaya menguando para que aparezca lo nuevo. No podemos decir hola si antes no hemos dicho adiós.

Envía Patricia Lagunes

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Deja aquí tu comentario o tu testimonio