martes, 15 de diciembre de 2009

TEMA: “RENACER…UTOPIA O REALIDAD?

Introducción: 

A manera de introducción diremos que:

En nuestra existencia siempre nos hemos preocupado por lo que entendíamos como los “grandes problemas”. Es así que hemos estado toda una vida tratando de resolverlos para que, según nuestra perspectiva, al conseguirlo, ello nos facilite materializar el sueño de vivir la vida según nuestra ilusión de creer que teníamos el absoluto control sobre ella.

Ahora que sabemos que ese sueño no se hará realidad, se pone de manifiesto o adquiere relevancia lo aprendido en RENACER… y por ciento, es el objeto de estas reflexiones que queremos compartir.

Después de la partida de nuestro hijo, nos queda mucho más que sobrevivir, resignarnos o sobrellevar la carga. No se trata de escapar de la crisis, todo lo contrario, enfrentamos la muerte para salir fortalecidos de la experiencia.

Descubrimos que aún tenemos el control, pero no sobre las cosas que suceden, sino sobre cómo vamos a reaccionar ante esos acontecimientos.

Se dice que el filósofo Rousseau había encontrado el gran secreto de la vida, lo que él llamaba “el arte de manejar las circunstancias”. Las circunstancias no son nunca el problema. 

El problema radica en la interpretación que hacemos de ellas. Y esas interpretaciones, en general, ni siquiera nos pertenecen ya que nos fueron grabadas por milenios de mandatos sociales, religiosos, familiares y una larga lista de etcéteras condicionantes.

Ahora sí nos adentramos en el tema:

RENACER…¿UTOPIA O REALIDAD?

Para una mejor comprensión de lo que expresaremos definamos UTOPIA  según el diccionario:

“plan, proyecto o sistema optimista que aparece como irrealizable en el momento de su formulación “

La utopía supone que el hombre está en el campo de la posibilidad y como tal, para que esa posibilidad pueda concretarse, para lograr que se haga realidad se requiere acción. No se logra lo que se desea en la pasividad vegetante del espíritu.

Y para nosotros, desde nuestra particular situación ¿cómo relacionar estas tres palabras?

RENACER – UTOPIA – REALIDAD

Al enfocar esta cuestión pareciera que no se la puede abordar en forma estática sino por el contrario sino por el contrario hay que enfocarla en movimiento y desde cambiantes puntos de vista.

Enfocando la cuestión de “Cuál es la idea que se tiene acerca “de lo que es” o “como funciona” Renacer, podemos decir que:

§         Para algunos, hayan sufrido o no la pérdida de un hijo, RENACER, puede tomarse como un grupo de llorones o de consuelo mutuo para ponerle un nombre más grupal.

§         Hay quienes llegan luego de la partida de un hijo, buscando en RENACER soluciones mágicas, con la esperanza de encontrar recetas curadoras o sustentos psicológicos o religiosos.

§         Por último, para quienes compartan la verdadera filosofía del grupo y la practiquen, serán una nueva forma de vida o, dicho más apropiadamente, la percepción de la realidad pero mirándola con anteojos nuevos. Y esto se logra a través del AMOR. Y el amor, dice Frankl, no es “ciego” sino “clarividente”, porque no se limita a aceptar la situación por lo que es, sino que alcanza a ver aquello en lo que se puede convertir, y lo ayuda  a crecer en ese objetivo y a alcanzarlo. Y esto, no es otra cosa que lo que ya mencionamos, esa posibilidad que pueda hacerse realidad.

De acuerdo a como consideremos a RENACER dependerá cuanto aprendamos, cuanto y como trabajemos para superar el desafío que se nos ha presentado.

Si entendemos que el enfoque último es el correcto ya nos habremos aproximado a la percepción de la realidad, realidad que siempre fue así, pero que ahora vemos de otra manera.

Todos recordamos a los numerosos papás que, luego de una o dos reuniones, no regresaron más pues, sus expectativas no se vieron ni medianamente satisfechas

¿Ellos, tal vez, esperaban ese pase mágico que los devolviera sin daños a sus vidas anteriores?

¿O nos preguntamos si verdaderamente estaban dispuestos a hacer el esfuerzo para cruzar el duro desierto hasta encontrar el oasis? 

¿Creyeron tal vez, que el – entre comillas – “tratamiento” tendría un plazo determinado?. Que la  -también entre comillas- “curación” sería automática una vez cumplido el término o plazo y que con un par de reuniones el alivio sería evidente?

¿Algún otro, tal vez, tendría expectativas respecto de llantos cómplices o compañeros de ruta que repitan a coro los detalles de cada tragedia, lo injusto de la vida y lo bueno de juntarse para seguir sufriendo pero, eso sí, en equipo?

Pues bien, quien permanece en RENACER, es aquel que decide enfrentar esa realidad, quien decide aprender y entender que no son las circunstancias las que cambiarán, sino que, seremos nosotros los que cambiaremos frente a esas circunstancias.

Quedan en RENACER los padres y madres dolientes que cuando llegan (y no hace falta que lo expliquemos) lo hacen sumergidos en un mar de dolor. Dolor que constituye el primer obstáculo a vencer para poder pensar.

En una entrevista se le preguntó a Jack Fucks (un sobreviviente del campo de exterminio de Auschwitz) ¿por qué no podíamos asumir y revisar nuestra historia reciente?.

Respondió que él había tardado mucho en escribir sobre su experiencia en los campos y aclaró:…”La gente cree que el dolor incita a pensar y no es cierto. Al contrario, el dolor inmoviliza…”

Si no podemos pensar, menos podremos aprender y, ya se sabe, sin aprendizaje no hay conocimiento y si no conocemos ¿Cómo trabajaremos en esto?.

RENACER será una utopía en tanto y en cuanto no lo pongamos en su lugar. Es decir, en tanto no determinemos que es, cuál es su función y más adelante cuáles sus límites.

¿ Qué es RENACER? Y ¿Qué podemos esperar de él?

A pesar de que cualquier valoración será subjetiva y por ello no encontraremos dos opiniones iguales, nos atrevemos a generalizar diciendo que RENACER es un medio, una herramienta, un ámbito, una escuela de vida donde desarrollar las habilidades (o tal vez descubrirlas) para salir del abismo y reconocernos por fin como personas amorosas que ven, nuevamente, una vida que merece ser vivida.

En no mucho tiempo descubrimos que RENACER no hará el trabajo por nosotros; que si queremos llegar al oasis deberemos poner esfuerzo en ello y que de nosotros dependerá hacer la penosa travesía. Ella, por ciento, se hará mucho más fácil desde que vamos con compañeros de ruta.

Es allí y no mucho más allá en que ubicamos a RENACER y creemos lo honraremos y le tributaremos nuestro agradecimiento ubicándolo exactamente donde corresponde.

Por lo dicho y quizás a manera de homenaje, sea oportuno tratar también la última parte de estas consideraciones: nuestros límites.

Entendemos que necesariamente debemos extender los límites de nuestra existencia más allá del grupo RENACER, evitando crear dependencia o falsas expectativas que, en una segunda etapa nos alejen del verdadero objetivo: alcanzar una vida digna, reconstruyendo vínculos, o dicho en otras palabras nos acerquen a la utopía y nos alejen de la realidad.

Así, al comienzo mi nuevo enfoque de vida tendrá, por ejemplo, un círculo social integrado casi exclusivamente por amigos de RENACER lo que acarreará mi consecuente incapacidad para relacionarme con otras personas. Igualmente, podría ser que toda la temática de mi interés o de mi conversación gire en torno del Grupo y sus integrantes o que toda mi agenda esté condicionada a las reuniones o actividades del  Grupo.

Es muy común sentir que con nuestras viejas amistades no existe ya una real comprensión, no existen las mismas afinidades que en otros tiempos. Generando una incomodidad. 

Olvidamos esa regla fundamental que nos enseña el Grupo: “que no son ellos los que deben entendernos, sino que, seremos nosotros quienes debamos entender a los demás. Los ejemplos sobran.

Permanecer sólo y exclusivamente relacionados con el Grupo es como el típico caso del enfermo que ya curado continúa tomando los medicamentos, pues se ha hecho dependiente de ellos. Algo similar es lo que queremos resaltar.

No se nos malinterprete. No se trata de devaluar o minimizar la fundamental influencia de RENACER en nuestras vidas (por algo estamos hoy acá reunidos) sino de evitar que nuestra existencia se encuentre subordinada y dependiente del  Grupo.

El mundo social y familiar en una primera etapa del duelo, se encuentra terriblemente limitado, cuando no desestructurado o inexistente. En el grupo nos sentimos aceptados, integrados y comprendidos. Y ese es un punto de partida. Comúnmente ello índice a que, al sentimos acogidos en este ámbito, nos genere una dependencia con respecto al mismo. Esto es de lo más natural al comienzo hasta que, poco a poco, esa dependencia se transforme en transitoria.

Ese núcleo social que supone el Grupo es el campo de pruebas para re-aprender a socializarnos. La proyección al mundo exterior será también la tendencia natural en una fase posterior, después de haber perdido la incomodidad o el miedo a los entornos y después de descubrir que hay otros ámbitos perfectamente propicios a los cuales integrarse.

Virtudes como la humildad o la autocrítica será útiles para determinar en qué lugar estamos situados; el dar vueltas exclusivamente dentro del Grupo perdiendo contacto con otros referentes no ayudará a alcanzar el objetivo buscado. Es más, puede que nos de una idea equivocada de donde y como estamos y una caída en esas condiciones será mucho mas doloroso aún.

A manera de conclusión diremos que RENACER dejará el lugar de la utopía e ingresará al campo de la realidad en la medida en que nosotros, habiendo aprendido, hagamos los deberes – es decir apliquemos lo aprendido, ayudados y ayudando, dejando el dolor atrás y redescubriendo nuestra vida con responsabilidad, esa que debe impulsar y condicionar nuestra conducta, nuestros afectos, toda nuestra existencia.

En pocas palabras, construyamos la nueva visión de la vida que esta herramienta nos facilita alcanzar, sin olvidar, que ella sea nuestra propia visión.

El proceso de crecimiento o acompañamiento dentro del Grupo Renacer, pretende descubrirnos como un ser humano auténtico, único, transparente, con capacidad de elección, dimensionando al ser como uno – integral, multidimensional, biológico, psíquico, social y espiritual, con la posibilidad de libertad, de voluntad y sentido de vida.

El papá que llega a Renacer lo hace para que sea él quien, tal vez ayudado, asuma las riendas de su propia vida, descubra su sentido y construya su proyecto. Responda él: quién es… - como se relaciona… y como transforma su realidad, como construye sus utopías y senderos…

Para entenderlo una cita de Eduardo Galeano:

“Un joven le pregunta a su Sensei: - Maestro, para qué sirve la utopía?  Si yo doy un paso, ella se aleja un paso, si doy dos o tres ella se aleja otros tantos.

Y el maestro responde: Para eso sirve la utopía, para andar”

Renacer será entonces, salir al encuentro de una experiencia que nos transforme.

Nosotros nos tropezamos con la muerte que no respeta edad, género, ni clase social. Concebimos el sentido de la vida, como ese latir del corazón que nos motiva y nos impulsa a vivir, haciendo que las circunstancias sean abordadas con coraje y entereza. Luego la vida es una tarea que se hace día a día cuando la persona construye o no construye, tiene presente u olvida la razón por la cual se levanta cada mañana.

Es necesario transformar el dolor de la muerte en amor a la vida, un proceso que, para muchos, puede parecer una verdadera utopía, pero que los papás viejos nos han demostrados que es pura realidad.

El enfoque de RENACER puede aportar significativamente al cultivo de una esperanza realista, porque sin negar los problemas, centra la atención en la fuerza y potencial humano que se pueden acrecentar para enfrentarlos.

La esperanza real no es una vía de escape, sino que nos permite descubrir que existe lo posible, que está, pero escondida a una mirada superficial y pesimista del valor humano. Lo que el matrimonio Berti llama “fuerza indómita del espíritu”.

Por todo lo dicho, debemos considerar al duelo como un proceso integral de la persona basado en nuestra capacidad para tener una idea, un proyecto que nos invite a construirnos desde nuestro día a día.

Sólo entonces podremos:

ENFRENTAR, ACEPTAR Y RESPONDER

Eso, queridos amigos, aunque parezca un sinsentido, es la realidad luego de la utopía.

  Silvana Brandan y Cristian Garcia

            Grupo Renacer Tucumán

exposición hecha en el encuentro realizado en Catamarca en septiembre 2009


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