jueves, 31 de diciembre de 2009

martes, 29 de diciembre de 2009

Por qué es poderoso el mensaje de renacer – Alicia Berti

Nosotros hablamos, fíjense, de una transformación interior que a través del dolor tenemos la oportunidad de transformarnos; ¿por qué me voy a transformar? ¿Por qué tengo la oportunidad de transformarme? ¿Por qué debo hacerlo?

Porque cuando lo trágico nos acontece, despierta una conmoción existencial, que significa que toda nuestra existencia está siendo conmocionada de raíz.

Nos miramos al espejo y no nos reconocemos estamos en un mano a mano con la conciencia, sabemos lo que hicimos bien y lo que hicimos mal; ¿por qué? ¿Quién es el juez de qué es lo que está bien y qué es lo que está mal?

Nosotros, sí, pero es a través del amor incondicional que sentimos por los hijos.

Es como si estuviéramos de rodillas frente a la vida diciendo: “solo sé que no sé nada”, “yo creía que la vida era una cosa pero resulta que la vida es otra cosa”.

Los hijos que no están despiertan en nosotros ese amor incondicional, aquel que no tiene ni reclamos ni expectativas, que no necesita siquiera de la presencia física del ser querido para amar, para expandirse, pues pese a no tenerlo físicamente igual los seguimos amando.

Y frente al amor incondicional, sabemos que esta vida es vista, por primera vez, con los ojos del espíritu despojado, al desnudo, mi yo frente a mi existencia, desnudo frente a mi existencia.

Por eso tengo la posibilidad desde allí, desde esa posición de rodillas frente a la vida, levantarme porque elijo hacerlo y porque elijo, por sobre el dolor, elijo el amor.

El amor por nuestros hijos debe ser el que lentamente vaya ganando terreno al dolor, por eso hablamos de que el dolor va cediendo, pero será en la medida en que, como siempre decimos, debemos ejercer la autorrenuncia, cuando entramos a un grupo como Renacer que nos muestra ese camino.

¿Por qué la autorrenuncia?

Significa un gran desafío, renunciar a muchas cosas, pero significa renunciar, por sobre todo, a mis emociones que son encontradas, violentas, opuestas, renuncio al dolor desesperado, pero para que haya un acto de renuncia, uno sólo puede renunciar a algo por algo más elevado, algo que de por sí, contenga un sentido a esa renuncia y esto es el amor por los hijos, por los hijos que no están, por los hijos que están que nos reclaman, por la vida y por nosotros mismos.

Tenemos que recuperar el sentido de la auto valía, hay un momento en que pensamos que no servimos para nada, el dolor es tan grande que creemos que ya no servimos para nada, no hemos podido llevar a buen puerto a nuestros hijos, nos parece que, de alguna manera, hemos fallado.

En lugar de debatirnos en todas esas emociones y sentimientos que realmente son totalmente pasajeros y contingentes, renunciamos por algo más elevado: por el amor a los hijos.

Por amor a Nicolás, a mi amoroso hijo, por él, en homenaje a él, que no me quiere ver tirada, el no me quiere ver vencida y, sin dudas, que yo no me quiero a mi misma vencida, tampoco la hija que nos queda ni tampoco Gustavo ni tampoco la vida.

Salto a la Fe

Cada uno de nosotros es un ser muy valioso; hay una anécdota que cuenta Elizabeth Lucas que es una discípula de Víctor Frankl, que hay que leerlos mucho porque cada uno de sus libros es una verdadera inspiración.

En esa anécdota Elizabeth Lucas cuenta que en una casa hay un incendio y toda la familia logra ponerse a salvo, menos un niño muy pequeño que ha quedado atrapado en la casa envuelta en llamas y no hay forma de entrar en ella para rescatar al niño. El chiquito abre una ventana que está en el primer piso y grita: “papá, papá, mamá, mamá” pero ni el padre ni la madre pueden entrar, entonces le dicen “salta, salta que podemos tomarte en brazos”, entonces el niño grita “no puedo, no puedo… no te veo papá”. Estaban las llamas cerca y el humo no lo dejaba ver, entonces el padre le dice: “no importa, yo te veo” el niño salta y el padre lo toma en sus brazos. La historia termina muy bien.

¿Cómo se aplica esto a nosotros?

Cuando perdemos un hijo, estamos envueltos en el humo de las emociones que no nos permiten ver nada, totalmente ciegos, nos parece que todo terminó aquí, ya no podemos ver más allá de este humo denso que son nuestras emociones, la culpa, la bronca, la tristeza prolongada, la desesperación, pero algo más allá una voz nos dice: “salta”.

En un acto de confianza anticipada, en un acto de fe, debemos en algún momento de nuestra vida dar ese salto de fe y lanzarnos.

Lo podemos tomar desde dos puntos de vista, por un lado, cuando con Gustavo empezamos a recibir lo que pensábamos eran señales de la vida que nos decía “agrúpense con estos padres que la vida les va poniendo por delante”, nosotros elegimos dar, a pesar del humo de las emociones, a pesar de que no veíamos muy bien a donde íbamos, decidimos dar ese salto de fe y buscar a los padres que habían perdido hijos.

Nos lanzamos, nos lanzamos al sentido y resultó ser el sentido más valioso de nuestra existencia.

El sentido yace latente en cada situación, en cada conmoción existencial el sentido de esa conmoción yace latente para ser descubierto y está en cada uno de nosotros con su elección día a día y como cada uno vive su vida día a día, se encuentre ese sentido que lo haga dar ese salto de fe.

También los padres que pierden un hijo, y se encuentran frente a esta conmoción y a ese dolor tan grande y se dicen: “no veo nada” y comienzan a hablar de sus culpas y comienzan a hablar de su dolor y siguen en el humo y las llamas acá, el peligro está latente, el peligro que significa me consumen las llamas, me consumen la alegría de vivir, me consume mi capacidad de amar y sigo dando vueltas a mis emociones. ¡No!

Debo tener esa confianza anticipada, confiar en que así como la vida me presenta esta situación tan dolorosa, la vida también tiene un sentido valioso y luminoso para que yo lo descubra y entonces me lance por encima de mis emociones hacia aquello más luminoso: el amor por nuestros hijos, los que no están y los que están.

El amor, el amor incondicional, porque la vida tiene un sentido incondicional que espera ser descubierto y realizado día a día.

Entonces, “el papá se lanza” significa que nosotros como Renacer les decimos “salta que aunque no veas nada, aunque tus emociones en este momento te estén cegando, salta, porque nosotros vamos a poder mostrarte los valores que te llevarán al sentido”.

Cada uno hace su elección pero podemos recibirlo en los brazos con ese abrazo con balanceo, amoroso y fraterno para mostrarle que hay caminos, pero debes primero saltar, dar de ti, porque no es recibir para dar, es dar para recibir, porque cuando yo me lanzo a los brazos de otros padres, simboliza que confío, que tengo fe en estos otros padres, estoy dando de mi omnipotencia, dando de ese sentimiento de que yo solo puedo.

Me entrego en ese salto de fe.

Renunciar por algo más elevado

Renunciemos al dolor desesperado por algo mucho más elevado, por el amor incondicional, porque hoy aquí todos nosotros, cuando nos miramos a los ojos, nos encontramos, nos reencontramos y nos abrazamos, ¿qué sentimos sino amor?, el amor incondicional, aquel que los hijos nos enseñaron.

Cuando nacieron nos enseñaron una forma de amar que no conocíamos porque lo que sentimos por los hijos nunca lo sentimos por nadie.

Cuando parten, junto a ese nuevo dolor, nos dan otra oportunidad de amar también con una nueva forma con un nuevo amor….

El decirle sí a la vida, a pesar de todo, implica muchas cosas, el renunciar implica que dejo mis sentimientos y mis emociones de lado porque hoy voy a ayudar a otro y cuando yo me encuentro con el otro, mis emociones ya no importan tanto, porque en el abrazo con el otro está la verdad.

Nuestro hijo es luz, es verdad, nuestros hijos nos esperan de pie.

Papás, sí a la vida, a pesar de todo, desde el corazón con la posibilidad de transformarnos en mejores personas, en personas compasivas que significa sentir como el otro, el otro me importa, el otro es otro ser como yo.”

domingo, 27 de diciembre de 2009

La Muerte de un Hermano/a – Mauricio Rivera

Quiero empezar saludándoles, y expresándoles una muestra de cariño y afecto para cada uno de ustedes.

Es muy difícil hablar y mucho más escribir sobre el dolor más grande que puede embargar el corazón de un ser humano: la muerte de un ser querido.

Cada uno de los que estamos aquí, compartimos una pena en común, la muerte de un ser querido, un hermano… Cada uno de nuestros hermanos, en su paso por esta tierra, ha dejado un legado inolvidable para cada uno de nosotros, cada uno a su manera, única e irrepetible… Pero sin lugar a dudas han sido para nosotros un hermano/a ejemplar, lleno/a de amor, un amigo incondicional.

El Dr. Bianchi define el duelo como: “el proceso normal que sigue a la pérdida de lo inmensamente querido.”

Sin quererlo ni esperarlo hemos entrado a un proceso del que muy difícilmente saldremos por nuestros propios méritos y fuerzas. Un proceso lleno de altibajos, un camino incierto, que es producto de la pérdida que hemos experimentado. Pero que demanda una participación activa de nuestra parte, ésta expresada por aceptaciones y cambios personales, hay que tener muy en cuenta que para éste no existe un tiempo cronológico pre-fijado y que sería un grave error caer en un letargo, en una pasividad esperando que el tiempo nos dé una respuesta.

Don Gustavo Berti nos dice que lo importante no es el tiempo que pasa, sino que lo que hacemos con ese tiempo es lo que verdaderamente importa.

Por otra parte “Víctor Frankl sostiene que al hombre se le pueden arrebatar todo, salvo una cosa: la última de las libertades humanas, la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias para decidir su propio camino”

La vida nos ha abierto una nueva brecha, nos ha marcado un nuevo camino por el cual orientar nuestra vida. Un camino, difícil, áspero, un nuevo escenario donde continuar con nuestras vidas que nunca será transformado en un jardín de Rosas, pero es posible trascender esta situación de penumbras e incertidumbre.

Renacer, es un grupo de mutua ayuda, orientado a tratar de logar, que ese valle de penumbras, áspero y difícil, sea cada vez un poco más transitable, basados en la mística y accionar de la logoterapia.

De manera personal considero que Dios también es parte fundamental de este proceso de duelo. Tener la certeza que si Dios ha permitido esto, el también nos dará la fortaleza, las armas y herramientas para soportarlo, citó unas palabras de la sagrada Escritura: “Pero Dios no les puede fallar y no permitirá que sean probados sobre sus fuerzas” I Cor. 10, 13.

Para ir finalizando quiero citar de nuevo a Víctor Frankl con las siguientes palabras: “El Amor trasciende la persona física del ser amado y encuentra su sentido más profundo en el ser espiritual del otro, en su yo íntimo”

Es decir el amor que tenemos por cada uno de nuestros seres queridos, es el que nos hace trascender las fronteras del dolor y poder elegir que clase de duelo vivir, teniendo siempre presentes que ellos no se han ido de nuestro lado, mientras los recordemos y amemos estarán dentro de nuestro corazón y de ese lugar, ni la misma muerte nos lo pueden arrancar.

Quiero terminar con este poema que en lo personal me llena mucho,:

Lo que la muerte no nos puede quitar

La muerte ha tendido su sombra sobre este hogar,

Y nos ha entristecido profundamente.

Una voz se ha callado, un corazón se ha detenido,

Se ha ido la risa, la alegría se ha escapado.

El calor y la luz de la presencia del ser amado se ha desvanecido.

La cadena del amor ha perdido un eslabón vital.

La muerte se ha llevado un tesoro; y ha raído dolor, soledad y pena.

Y sin embrago hay tanto que la muerte no puede alcanzar,

Tanto sobre lo que no tiene dominio.

No nos puede quitar nuestro pasado:

Los años, los sueños, las experiencias que compartimos,

No nos puede quitar el amor que conocimos;

Porque está hilado al tapiz de nuestras vidas.

Continuaremos apreciando las lecciones que aprendimos,

Nos aferramos a la Sabiduría que continúa viviendo.

Siempre amaremos lo que hemos conocido.

La muerte no nos puede quitar nuestra confianza.

Dios nos dará fuerzas para soportar lo que debemos enfrentar.

No nos puede quitar el sostén de nuestra esperanza.

De que la oscuridad será vencida por la luz y las heridas sanarán.

La muerte no nos puede quitar la fe consoladora.

En que para Dios cada alma es preciada; ninguna se pierde.

Así, aún en la tristeza, te agradecemos, Dios, por nuestros recuerdos y nuestras esperanzas, por nuestra confianza y nuestra fe.

Porque creemos que éstos nunca se perderán.

La muerte no nos puede quitar esto y mucho más.

Mauricio Rivera, hermano de Miriam Astrid, Renacer San Salvador

Ahora que me ha sucedido esta tragedia ¿qué voy a hacer? – Mauricio Meza

Tenemos la libre elección de cómo querer vivir nuestras vidas. Después de perder a un hijo puede parecer que uno queda marcado a sufrir para siempre, que jamás podremos ser felices. Viktor Frankl tiene una frase que yo no lograba comprender en su totalidad hasta el día de ayer: “quien se entrega al pánico de encontrar todas las puertas cerradas olvida que se abren puertas nuevas cuando las antiguas se cierran.”

En Renacer y en la práctica hemos vivido y experimentado que después de la muerte de un hijo jamás volveremos a ser iguales, no podemos seguir siendo los mismos. Entonces ¿cómo queremos ser? La libertad de decidirlo es nuestra. Es duro y difícil ser feliz y mejor persona después de la tragedia, porque nos sentimos condenados a vivir muertos, a deambular como puros entes vivientes sin sentido en la vida, sin fijarnos que hay otras personas que nos necesitan, viviendo egoístamente como víctimas de la vida. Sentimos que la vida debería detenerse.

Quiero compartirles lo que me sucedió el pasado fin de semana. Lo empecé el día viernes, fuimos al cine con mi esposa y debo confesar que no sé si ella se había arreglado diferente o yo la vi diferente, pero tenía mucho tiempo de no verla tan bella, de no disfrutar con su belleza, de no fijarme y gozarme con la mujer tan linda que Di-s ha puesto junto a mí.

El día sábado observe el Shabbat como tiene que ser, descansando, estudiando las escrituras o mejor dicho disfrutando las escrituras. Y como está escrito “..y enseñarás estas palabras a tus hijos…” dediqué un pequeño tiempo para estudiar la Biblia con mi hijo Mauri. Cuando digo pequeño tiempo, quiero decir que consideré su adolescencia y recordé por todo lo que él ha pasado tras la muerte de su único hermano, no podía darle todo un sermón que sería contraproducente, solo leímos por unos cinco minutos. Después escuché lo que él me quería decir y por primera vez en mucho tiempo lo comprendí, llegamos a un acuerdo entre padre e hijo. Y hablando de Mauri, cómo me enorgullece lo bien que está aprendiendo a tocar la guitarra. Puedo afirmar que estoy disfrutando de mi hijo y que él me siente presente y comprensivo. El sábado en la noche fuimos los tres a cenar afuera, y aunque Rafa siempre nos hace mucha falta por que esa era una costumbre que hacíamos con él, no nos abstuvimos de disfrutar de nuestra compañía.

Llegó el domingo y fui al estadio con Mauri y con mi sobrino. Disfrutamos de un buen juego de futbol entre nuestro equipo y el equipo más rival. Gozamos de dos grandes anotaciones y de un merecido triunfo. No puedo decir que no recordé a Rafa pues eso era algo que siempre hacíamos con él. Pero el triunfo de su equipo favorito y las dos anotaciones de su jugador favorito me hicieron recordarlo con felicidad, no con tristeza o con dolor. Una sonrisa se hizo evidente en mi rostro cuando gritábamos al equipo rival “ y llora, y llora, albo llora” pues recordé a Rafa como gozaba gritándoles eso.

Cuando estaba dispuesto a dormirme el domingo por la noche, vi las dos fotos de Rafa que me miran siempre para darme las buenas noches o que me dan los buenos días porque siempre son lo primero que veo al abrir los ojos. En la noche, no pude evitar una sonrisa al verlas, pues sé que Rafa está contento de que su hermano, su mamá y su papá han decidido tomar ejemplo de su espíritu luchador y aprovechar ese enorme legado que nos ha dejado: su amor y su manera de disfrutar la vida, además de muchas cosas que voy descubriendo a diario.

Ahora comprendo que Rafa debe de estar orgulloso de su familia, pues él nos ha guiado a sentir su presencia a través de pequeñas cosas, a disfrutar la vida. Es mi decisión cómo afrontar la vida, y saber que mi hijito estaría orgulloso de su papá, me es un aliciente para ser feliz, para ser mejor persona, porque así su breve paso por este mundo no habrá sido en vano.

Viktor Frankl dijo “quien se entrega al pánico de encontrar todas las puertas cerradas olvida que se abren puertas nuevas cuando las antiguas se cierran”. ¿Y cómo vamos a saber cuáles son esas puertas nuevas si no lo intentamos? ¿Cómo vamos a poder disfrutar de la vida por medio del legado tan grande de nuestros hijos si nos empeñamos a no salir del capullo para que nazca la mariposa? Si nos quedamos muertos en vida jamás disfrutaremos del nuevo día, de Renacer.

La elección de qué hacer ante la tragedia es personal. Si no has probado ser feliz, sabiendo que hay cosas que la muerte no se puede llevar como mantener una relación nueva, diferente con tu hijo ¿por qué no lo pruebas?

Mauricio papá de Mauri y de Rafa, Renacer San Salvador, nov. 2009

martes, 22 de diciembre de 2009

QUIEN DOBLO HOY TU PARACAIDAS?

Por Enrique Conde – Renacer Congreso – Montevideo – Uruguay
Ha llegado la época de Navidad y Año Nuevo…
Cuenta una anécdota, que durante la guerra de las Malvinas, un bombardero argentino fue alcanzado por el fuego enemigo y el piloto se salvó tirándose en paracaídas y luego, por un tiempo, fue prisionero de los ingleses.
Al ser liberado acostumbraba a dar charlas sobre su experiencia.
Cierta vez, estando en un restaurante se le acerca alguien y le dice ¿usted no es Carlos que estuvo en la guerra de las Malvinas?
Sí, le contesta, pero ¿usted como lo sabe?
Yo pertenecí al grupo que se encargaba de doblar los paracaídas, veo que se abrió, le contestó.
Sí, claro, me salvó la vida, si no no estaría aquí.
El piloto que nunca ni si quiera saludaba a los marineros que hacían tareas secundarias como esa, comprendió el valor de quienes a su alrededor le ayudaron a salvarse y desde entonces iniciaba sus charlas con la siguiente pregunta:
¿Quién dobló hoy tu paracaídas?
* * * * * *
Nosotros en Renacer, también podemos hacernos la pregunta ¿Quién dobló mi paracaídas, para que pueda seguir viviendo?
Y habrá muchas respuestas…
Pero hay una a la que no podemos escapar: fueron nuestros hijos, quienes como “estrellas fugaces llegaron a nuestras vidas, nos tocaron, se fueron, pero nos transformaron”.
Entonces, podemos darle un dulce sentido a su presencia en nuestras vidas, y asumir, como dice Alicia y Gustavo, que la felicidad no es una meta a lograr, sino el resultado de una tarea o misión adecuadamente cumplida, que ni siquiera es preciso que sea llevada a cabo exitosamente, para que uno pueda sentirse feliz y realizado sin cuestionamiento alguno.
De esta manera, las expresiones de felicidad que podamos recibir de otros, para esta Navidad y Año Nuevo, dejarán de ser una herida al corazón, para transformase en un homenaje a aquella estrella que vino para transformarnos, quienes “doblaron nuestro paracaídas”, y le dieron un nuevo sentido a nuestra misión en esta vida, en el camino que estamos transitando en Renacer.
Que la estrella, fugaz que pasó por nuestras vidas, ilumine también esta Navidad y el año que se inicia.
De todo corazón:
Ulises, Ana y Enrique

NAVIDAD

Carlos J. Bianchi, diciembre del 94 - Capítulo 47 – El Proceso del duelo
Otra nochebuena queda atrás.En ella muchas íntimas celebraciones han sido una sola cena.Una misma reunión con un lenguaje común y hasta innecesario a veces, ya que una mirada todo lo dice, como es sabido que ocurre cuando de amor se trata.Nos hermana una dolorosa complicidad y también una firme intención: ponernos de pie, elevarnos por sobre el sufrimiento de haber tenido que enterrar tantos sueños y proyectos albergados en los cuerpos aun tiernos de nuestros hijos.Los días se deslizan incesantes, y en ellos se amontonan recuerdos, ensueños y pensamientos que mantienen vigentes el amoroso vínculo. En lo profundo, en lo íntimo de nuestros corazones donde atesoramos lo más preciado, preservándolo del olvido, de manoseos innecesarios y dramatizaciones vacías. Así con silenciosa dignidad podrá perdurar y acompañarnos a través del camino que debamos recorrer.En las fechas precisas el almanaque ahonda la ausencia y reaviva nuestras dolorosas emociones.Pero es ese mismo dolor el que enseña a dejar de lado los ¿por qué?, ya no tienen sentido. También a aceptar que el nacer y el morir son dolorosas transiciones que forman parte de una existencia sin final.La vida es un permanente devenir poblado de alejamientos y despedidas, necesarias algunas veces, inevitables en otros casos.También nosotros seremos despedida en la vida de los demás como parte de esa sutil urdimbre que teje el destino.Hoy nuestros hijos viven en nosotros, y en algún lugar alguna vez, nos espera la dicha del reencuentro.Este fin de año volvamos a reunirnos desde lo espiritual con tantas familias que añoran a sus hijos, y dejemos que nuestra buena amiga, la esperanza, ponga otra vez la mesa…

lunes, 21 de diciembre de 2009

Deseos...

Me gustaría que para esta navidad;todos los papás de Renacer y los papás que estén sufriendo por los seres más queridos que no estarán para besarlos y abrazarlos fuerte, podamos por unos minutos, cerrar los ojos y empezar de a poco a abrazar los recuerdos lindos de cada uno de los hijos que dejamos en manos de Dios.

Y así abriendo nuestras mentes y nuestros corazones, seguir deseándoles lo mejor con todo el alma.

Para vivir esa sensación de unión y paz... como lo sentirá Dios que estará contento con su hijo Jesús. Aprovechemos que Dios estará contento, para sentir paz en nuestros corazones.

¡Intentémoslo! FELIZ NOCHE BUENA Y FELIZ NAVIDAD.

Un papá que sufre también y los admira.


Miguel papá de Alejandro ( Renacer Rosario)

A los padres de la vida

En estos días que vivimos días de Fiestas y Festejos, brindando por una mejor prosperidad.
Viviendo su ritmo de vida como todos los días.
Pero hay muchos padres, que no sienten esa misma alegría.
Padres que sienten que les han quitado parte de su vida.
Que le es igual el día, la noche, el verano y el invierno.

Buscamos respuestas a tanto dolor, esas respuestas las encontramos solamente en nosotros mismos,
Somos los únicos que podemos darlas.
Desde lo más profundo de nuestro ser, ¿Qué queremos hacer?
En nuestra actitud esta la respuesta.
¿Qué debemos hacer para transformar tanto dolor en Amor?
¿Cómo queremos recordar a nuestros hijos?
Nuestros hijos que fueron la fuente de nuestra alegría.
Si fueron fuente de alegría, amor en cada día.
Nosotros los papas orgullosos de ellos.
Si fueron fuente de alimentación, ¿Por qué recordarlos con tanta tristeza?
La partida de nuestros hijos. SI, NOS CAMBIA LA VIDA, nos enseña a vivir de otra manera a pensar y actuar distinto a lo esperado.
Ver y saber que a pesar de………………….
Somos padres y madres que seguimos viviendo.
Que tenemos que ser la presencia permanente de nuestros hijos en cada día.
Aprender a caminar con ellos.
Que sabemos que nunca se separan, que ven a través de nuestros ojos.
Por eso queridos padres que el dolor no los derrumbe.
Que el amor este por encima de toda tristeza, de todo dolor, bronca e impotencia, y que cada uno brinde por su hijo a su manera, como lo sienta, así sean días, meses, años ellos se lo merecen.
El amor de un padre por su hijo nunca muere.
Que todos los padres sientan que nos estaremos acompañando en cada momento el uno al otro, y que tengamos bien en claro, que la memoria de nuestros hijos, es lo que nos impulsa a seguir viviendo día a día a pesar de todo.

Gracias por enseñarnos el camino de la vida, el amor y la humildad.
Queridos padres tengan el corazón y la mente abierta para nuestros hermanos de la vida, que en cada lugar que hay un papa doliente debemos estar junto a el.
Eso es darle un sentido a la partida de nuestros hijos.


RENACER: Es darle sentido, a la falta de sentido.



23-12-08
Gladys y Edgardo
Papas de Gastón

(Renacer La Plata)

domingo, 20 de diciembre de 2009

Ante las luces de las fiestas

Mientras el dolor golpea a nuestra puerta… el mundo sigue andando… y en ese mundo están nuestros otros hijos, nuestros padres… abuelos que en silencio lloran a sus nietos, nuestros amigos, los amigos de nuestros hijos… pero también ¡allí estamos nosotros mismos!

Allí estamos cerrando puertas y ventanas… con el corazón herido, muerta toda esperanza.

Un corazón por cuya herida abierta entran miles de de encontradas emociones, donde habita la bronca, el rencor, el odio o los miedos…

Puentes que se rompen y nuestra vida deambula silenciosa en la oscura noche del alma…

Como en la naturaleza, donde nunca nadie ha podido impedir la llegada de la aurora, llega hasta nosotros un menaje de esperanza.

Un mensaje que nos muestra que detrás de lo que las circunstancias parecen ser, no se agota todo lo que ellas son.

Que el destino no es lo que nos pasa, que el destino es lo que cada uno de nosotros hacemos con aquello que nos pasa.

No queremos hacer de nuestros hijos aquellos que vinieron a arruinar nuestras vidas.

Nuestros hijos no sólo nos han dejado dolor.

Nuestro amor hacia ellos no se ha extinguido.

Entonces, el amor a nuestros hijos desalojará a aquellas emociones negativas que pretendían gobernar nuestra vida.

Paulatinamente, en nuestro corazón se encienden nuevas luces y empezamos a ver alrededor nuestro que no estamos solos, que hay una mano invisible que guía nuestros pasos y nuestros hijos se transforman en nuestros maestros.

¡Qué difícil es al principio!

Pero la tarea es nuestra, pues desde el primer día, podemos elegir como hemos de sufrir, si dignamente o miserablemente ¿Qué se merecen nuestros hijos?

¿Qué imagen estamos dando al mundo? ¿Que la muerte todo lo puede?

No importa si no es en estas fiestas que levantemos, por primera vez, una copa en homenaje a nuestros hijos, pero si un día habremos de hacerlo, ¿Por qué demorar ese instante aunque el brillo de nuestros ojos se nuble por una lágrima?

Quizá sea eso lo que ellos esperan hoy de nosotros.

¡Sí a la vida a pesar de todo!


Ulises, Ana y Enrique

De Renacer Congreso, Montevideo- Uruguay

¨Por la Esencia de Renacer”

viernes, 18 de diciembre de 2009

Renacer implica generar un proyecto de vida

"En el momento que hacemos un balance sobre lo pasado en el año es la oportunidad para reflexionar sobre el futuro. 

El mundo, nuestro mundo interior, no se limita a los eventos determinantes del pasado, sino que incluye las posibilidades que se abren ante nosotros, es decir aquello que yace en nuestro futuro y espera ser realizado por nosotros; esta apertura es lo que distingue el mundo humano del mundo cerrado de los animales y las plantas.

En el pensamiento occidental ha predominado la tendencia a pensarnos como seres espaciales, es decir, como cosas u objetos materiales, cuando en realidad somos seres temporales, y esta temporalidad lo marca el hecho que somos seres proyectantes, siempre orientados, proyectados hacia algo que no somos nosotros mismos y está en nuestro futuro.

Si perdemos la proyección, si desaparece la orientación hacia las posibilidades latentes en el futuro, entonces sólo queda morar en nuestra temporalidad ya pasada, el mundo de los recuerdos o en nuestra espacialidad presente, actual y sólo experimentaremos el presente.

Esta falta de futuro, de deseo de proyección, esta anorexis, esta falta de deseo existencial-temporal nos convierte en seres primariamente biológicos.

La persona, al reducirse temporo-existencialmente se agranda corporalmente, de ahí la prominencia de los síntomas somáticos al comienzo de un duelo.

Cuando perdemos un hijo no queremos mirar para adelante, no queremos ni pensar como ha de ser nuestra vida de aquí en más.

Si no existe proyecto alguno, entonces se vivirá en el pasado y se rescatará, continuamente, el hecho en sí, revestido con todas las emociones que a él corresponden, propias de un mundo cerrado, sin horizontes, sin proyectos de vida, sin nada por lo que valga la pena seguir viviendo, se prioriza el rescate de aquello más doloroso, aquello que más sufrimiento ha originado y que, además, se vuelve una y otra vez, en un eterno movimiento circular, a aquello que tanto nos ha marcado; lo que muestra la manera peculiar de manifestarse en oleadas de la hiperreflexión.

Los padres que se acercan a RENACER lo hacen en realidad no sólo porque han perdido un hijo, sino porque habiéndolo perdido no quieren seguir viviendo como lo están haciendo, es decir, que se dan cuenta que necesitan un proyecto de vida.

En tal situación, cuando existe como proyecto de vida el ayudar a otro padre que ha perdido un hijo, es necesario que el ayudador rescate de su pasado sólo el hecho neutro, el hecho que él también ha perdido un hijo, pero no se puede dotar a ese hecho, no se lo puede revestir con emociones y sentimientos dolorosos y negativos, puesto que si se procede de esa manera es evidente que no se estará en condiciones de ayudar a esa persona que se acerca.

El pasado contiene también valores realizados a los que se puede acceder, que tiene influencia en las decisiones que se toman, en los proyectos que se tienen y en la producción de los estados de ánimo o temple.

En este sentido podemos decir que el futuro es el que determina la presencia de aquello vivido en el pasado que permanece para siempre en el mundo nuestro como lo ya realizado, lo eternizado en la realidad más indestructible.

En la medida en que el pasado no es el ahora que fue, sino que es la dimensión en la que queda guardado todo lo realizado por el hombre, el granero del que habla Frankl, es, a la vez, el reservorio de donde ese hombre puede seleccionar y rescatar todo aquello que sea útil a sus proyectos, todo aquello que sea de valor, todo lo que ayude a ese hombre a encontrar sentido para su vida.

Por lo tanto, lo que el hombre aspira a ser, determina, en gran medida, lo que rescata de su pasado, excluyendo aquello que sea teñido por el sentimiento o la emoción de lo que evoca.

En las reuniones de grupo nos dimos cuenta que volver atrás sobre los hechos dolorosos y la exploración de emociones tan encontradas y negativas, propias de los primeros tiempos después de la partida del hijo, nos mantenía en un nivel emocional desde donde se hacía muy difícil vislumbrar un proyecto de vida. Y lo que es más aún, se hacía difícil no caer en la hipereflexión, consecuencia lógica de este tipo de procesos.

A medida que el padre va descubriendo más aspectos positivos en su vida, ésta aparece como un proyecto a considerar nuevamente, pero de otra manera; en su momento el dolor lo ha hecho consciente sólo de sus necesidades, nadie sufría más, ningún otro dolor importaba, ahora incluye a otros en sus consideraciones, y se da cuenta que, simplemente allegándose al otro, elevándose más allá de sí mismo hacia un hermano que sufre, da a su propio sufrimiento un sentido, haciéndolo más suave de llevar, esa liberación del egocentrismo, como dice Elisabeth Lukas: "Es un impulso hacia la dimensión espiritual del ser humano.”

Frankl nos dice que el sentido de la vida no puede prescribirse, debe ser hallado individualmente en las opciones concretas que la vida presenta al hombre, sin embargo hemos visto que Renacer a muchos padres, que durante un período en sus vidas no encuentran el sentido y mucho menos se lo espera, provee con un sentido colectivo, principalmente aliviando el sufrimiento del otro, que está allí para tomarlo.

Esta opción es ansiosamente aceptada por muchos padres mientras comienzan a reconstruir sus vidas destrozadas y ayudados e incentivados por el grupo, comienzan la búsqueda de un nuevo proyecto de vida.

Renacer cumple con una tarea positiva, a decirnos que se puede pensar y tener proyectos de futuro, no solamente vivir el día, desde ya que vamos a vivir el día plenamente y dando mucho amor, pero también vamos a vivir pensando y mirando al futuro.

También para Renacer hay un proyecto de futuro; creemos que sería importante que se alentara a los grupos a evaluar el mensaje desde un punto de vista más conceptual y no meramente emocional y afectivo.

El mensaje de Renacer no es un mensaje común, en él está el recuerdo y la memoria de nuestros hijos, en este mensaje está implícita la esencia de Renacer.

En consecuencia, necesitamos trabajar firme en la esencia de Renacer; es necesario que la conozcamos y nos mantengamos dentro de ella, es preciso hacer un esfuerzo por conocer el significado de los grupos en su esencia, porque el mejor antídoto para todo tipo de dificultades es el conocimiento preciso de su esencia, así como discurrir con honestidad moral e intelectual.

Se abre una puerta para reflexionar sobre cada uno de los aspectos que implica la esencia de Renacer, integrados a través de los conceptos vertidos en los veintiún años transcurridos de su historia.

Como dijimos en Huerta Grande 2008, vamos a pedirles a ustedes que asuman el compromiso de trabajar por un Renacer de acá a 50 años, de acá a 100 años para que traten de que los papás nuevos que llegan al grupo sigan ese camino que ustedes pueden mostrarles, un camino de humanización un camino pleno de amor, porque lo merecemos nosotros, lo merecen nuestros hijos y hoy, por sobre todas las cosas, lo merece el mundo, lo merece la humanidad, porque es necesario que en esta vida, en este mundo, haya seres compasivos y solidarios que trabajen pensando en los demás.

Lo más maravilloso de esto es que nuestros hijos no se van en vano, es que su partida no es estéril, es que este sufrimiento es germen, es tierra fértil en este corazón, para que crezcan nuevas raíces, una nueva planta, planto un nuevo árbol cuyas ramas lleguen al cielo.

Si voy a Renacer como una función puramente social, para juntarme para tomar un cafecito o en una comida, está bien pero, en última instancia, es como tener una computadora super gigante para jugar al tateti.

Es necesario que conozcamos la esencia y nos mantengamos dentro de ella; ésta es la mejor manera para que Renacer perdure en el tiempo y pueda seguir llevando una semilla de esperanza a quienes han de transitar aún por esa noche oscura del alma.

Les deseamos a todos un feliz año 2010 pues, a pesar de todo, sí a la vida.”





Alicia Schneider Berti- Gustavo Berti

miércoles, 16 de diciembre de 2009

RENACER - Grupo Isla Verde

El mencionado grupo, el día domingo 13 de diciembre de 2009, adhirió al encendido mundial de velas convocado por la agrupación "Amigos Compasivos". Posteriormente se reunieron para despedir el año donde no falto el brindis por los hijos que han partido.


VUELO DEL ALMA

Cuando el camino se hace cuesta arriba, NO LO DEJES.

Cuando las cosas andan mal como a veces sucede NO ABANDONES.

Cuando no consigas resultados, y se sumen los problemas, NO TE RINDAS.

Cuando quieras sonreír y sólo puedas suspirar NO TE CAIGAS.

Cuando la suerte, te sea adversa, y no encuentres fuerzas para seguir NO RENUNCIES.

Cuando no encuentres compañeros de lucha, NO TE APURES.

Hay manos que sostienen las tuyas!

Cree y Siente en cada minuto de tu vida, deja que tu alma " vuele libre " por los jardines hermosos de la confianza en algo superior que llega donde nuestra visión no puede alcanzar, pero sí nuestro corazón puede sentir.

Tu alma desea estar libre para darte fuerza y estímulo!

INTENTA !

Cierra los ojos por algunos minutos y deja tus pensamientos volar por sitios de amor.

No podemos cambiar el mundo, ni quitar todo el dolor de la tierra, ni tener ya resueltos todos nuestros problemas, pero podemos a cada minuto mirar con ojos del amor a cada cosa.

Si pensamos que todo es pasajero, miraremos con cariño lo negativo que te encamina a la elevación y perfección, y luego observaremos con felicidad el cambio del mal en bien, de tristezas en alegrías.

Lo que hoy nos hace sonreír fueron las cosas que nos hicieron llorar ayer.

Nuestras faltas de hoy también son las alegrías de mañana.

Las personas se van, los amores se pierden en el tiempo, los problemas se solucionan, hasta el mismo sol se va cada noche para renacer al día siguiente... no te quedes en el medio del camino

porque allá... algo te espera !.

martes, 15 de diciembre de 2009

CORAJE


Cuando en medio de la noche entristecida,

te renazca la nostalgia que zozobra.

Cuando triste el corazón como la alondra,

se te escape buscando una salida.

Cuando pienses que perdiste la partida,

mira atrás y rescata lo que sobre.

 

Siempre hay tiempo en la vida transcurrida,

y el camino en los pies te deja llagas.

Pero así como a Francisco en su sotana,

cada marca es la obra bendecida,

cada sol que se asoma en la mañana,

es la suerte de jugar otra partida.

 

Rescata entonces el tiempo y la medida,

el dolor, la paciencia y esas llagas.

Y acrisola en tu cruz, la de la vida

 

 

Gabriel María Isola

TEMA: “RENACER…UTOPIA O REALIDAD?

Introducción: 

A manera de introducción diremos que:

En nuestra existencia siempre nos hemos preocupado por lo que entendíamos como los “grandes problemas”. Es así que hemos estado toda una vida tratando de resolverlos para que, según nuestra perspectiva, al conseguirlo, ello nos facilite materializar el sueño de vivir la vida según nuestra ilusión de creer que teníamos el absoluto control sobre ella.

Ahora que sabemos que ese sueño no se hará realidad, se pone de manifiesto o adquiere relevancia lo aprendido en RENACER… y por ciento, es el objeto de estas reflexiones que queremos compartir.

Después de la partida de nuestro hijo, nos queda mucho más que sobrevivir, resignarnos o sobrellevar la carga. No se trata de escapar de la crisis, todo lo contrario, enfrentamos la muerte para salir fortalecidos de la experiencia.

Descubrimos que aún tenemos el control, pero no sobre las cosas que suceden, sino sobre cómo vamos a reaccionar ante esos acontecimientos.

Se dice que el filósofo Rousseau había encontrado el gran secreto de la vida, lo que él llamaba “el arte de manejar las circunstancias”. Las circunstancias no son nunca el problema. 

El problema radica en la interpretación que hacemos de ellas. Y esas interpretaciones, en general, ni siquiera nos pertenecen ya que nos fueron grabadas por milenios de mandatos sociales, religiosos, familiares y una larga lista de etcéteras condicionantes.

Ahora sí nos adentramos en el tema:

RENACER…¿UTOPIA O REALIDAD?

Para una mejor comprensión de lo que expresaremos definamos UTOPIA  según el diccionario:

“plan, proyecto o sistema optimista que aparece como irrealizable en el momento de su formulación “

La utopía supone que el hombre está en el campo de la posibilidad y como tal, para que esa posibilidad pueda concretarse, para lograr que se haga realidad se requiere acción. No se logra lo que se desea en la pasividad vegetante del espíritu.

Y para nosotros, desde nuestra particular situación ¿cómo relacionar estas tres palabras?

RENACER – UTOPIA – REALIDAD

Al enfocar esta cuestión pareciera que no se la puede abordar en forma estática sino por el contrario sino por el contrario hay que enfocarla en movimiento y desde cambiantes puntos de vista.

Enfocando la cuestión de “Cuál es la idea que se tiene acerca “de lo que es” o “como funciona” Renacer, podemos decir que:

§         Para algunos, hayan sufrido o no la pérdida de un hijo, RENACER, puede tomarse como un grupo de llorones o de consuelo mutuo para ponerle un nombre más grupal.

§         Hay quienes llegan luego de la partida de un hijo, buscando en RENACER soluciones mágicas, con la esperanza de encontrar recetas curadoras o sustentos psicológicos o religiosos.

§         Por último, para quienes compartan la verdadera filosofía del grupo y la practiquen, serán una nueva forma de vida o, dicho más apropiadamente, la percepción de la realidad pero mirándola con anteojos nuevos. Y esto se logra a través del AMOR. Y el amor, dice Frankl, no es “ciego” sino “clarividente”, porque no se limita a aceptar la situación por lo que es, sino que alcanza a ver aquello en lo que se puede convertir, y lo ayuda  a crecer en ese objetivo y a alcanzarlo. Y esto, no es otra cosa que lo que ya mencionamos, esa posibilidad que pueda hacerse realidad.

De acuerdo a como consideremos a RENACER dependerá cuanto aprendamos, cuanto y como trabajemos para superar el desafío que se nos ha presentado.

Si entendemos que el enfoque último es el correcto ya nos habremos aproximado a la percepción de la realidad, realidad que siempre fue así, pero que ahora vemos de otra manera.

Todos recordamos a los numerosos papás que, luego de una o dos reuniones, no regresaron más pues, sus expectativas no se vieron ni medianamente satisfechas

¿Ellos, tal vez, esperaban ese pase mágico que los devolviera sin daños a sus vidas anteriores?

¿O nos preguntamos si verdaderamente estaban dispuestos a hacer el esfuerzo para cruzar el duro desierto hasta encontrar el oasis? 

¿Creyeron tal vez, que el – entre comillas – “tratamiento” tendría un plazo determinado?. Que la  -también entre comillas- “curación” sería automática una vez cumplido el término o plazo y que con un par de reuniones el alivio sería evidente?

¿Algún otro, tal vez, tendría expectativas respecto de llantos cómplices o compañeros de ruta que repitan a coro los detalles de cada tragedia, lo injusto de la vida y lo bueno de juntarse para seguir sufriendo pero, eso sí, en equipo?

Pues bien, quien permanece en RENACER, es aquel que decide enfrentar esa realidad, quien decide aprender y entender que no son las circunstancias las que cambiarán, sino que, seremos nosotros los que cambiaremos frente a esas circunstancias.

Quedan en RENACER los padres y madres dolientes que cuando llegan (y no hace falta que lo expliquemos) lo hacen sumergidos en un mar de dolor. Dolor que constituye el primer obstáculo a vencer para poder pensar.

En una entrevista se le preguntó a Jack Fucks (un sobreviviente del campo de exterminio de Auschwitz) ¿por qué no podíamos asumir y revisar nuestra historia reciente?.

Respondió que él había tardado mucho en escribir sobre su experiencia en los campos y aclaró:…”La gente cree que el dolor incita a pensar y no es cierto. Al contrario, el dolor inmoviliza…”

Si no podemos pensar, menos podremos aprender y, ya se sabe, sin aprendizaje no hay conocimiento y si no conocemos ¿Cómo trabajaremos en esto?.

RENACER será una utopía en tanto y en cuanto no lo pongamos en su lugar. Es decir, en tanto no determinemos que es, cuál es su función y más adelante cuáles sus límites.

¿ Qué es RENACER? Y ¿Qué podemos esperar de él?

A pesar de que cualquier valoración será subjetiva y por ello no encontraremos dos opiniones iguales, nos atrevemos a generalizar diciendo que RENACER es un medio, una herramienta, un ámbito, una escuela de vida donde desarrollar las habilidades (o tal vez descubrirlas) para salir del abismo y reconocernos por fin como personas amorosas que ven, nuevamente, una vida que merece ser vivida.

En no mucho tiempo descubrimos que RENACER no hará el trabajo por nosotros; que si queremos llegar al oasis deberemos poner esfuerzo en ello y que de nosotros dependerá hacer la penosa travesía. Ella, por ciento, se hará mucho más fácil desde que vamos con compañeros de ruta.

Es allí y no mucho más allá en que ubicamos a RENACER y creemos lo honraremos y le tributaremos nuestro agradecimiento ubicándolo exactamente donde corresponde.

Por lo dicho y quizás a manera de homenaje, sea oportuno tratar también la última parte de estas consideraciones: nuestros límites.

Entendemos que necesariamente debemos extender los límites de nuestra existencia más allá del grupo RENACER, evitando crear dependencia o falsas expectativas que, en una segunda etapa nos alejen del verdadero objetivo: alcanzar una vida digna, reconstruyendo vínculos, o dicho en otras palabras nos acerquen a la utopía y nos alejen de la realidad.

Así, al comienzo mi nuevo enfoque de vida tendrá, por ejemplo, un círculo social integrado casi exclusivamente por amigos de RENACER lo que acarreará mi consecuente incapacidad para relacionarme con otras personas. Igualmente, podría ser que toda la temática de mi interés o de mi conversación gire en torno del Grupo y sus integrantes o que toda mi agenda esté condicionada a las reuniones o actividades del  Grupo.

Es muy común sentir que con nuestras viejas amistades no existe ya una real comprensión, no existen las mismas afinidades que en otros tiempos. Generando una incomodidad. 

Olvidamos esa regla fundamental que nos enseña el Grupo: “que no son ellos los que deben entendernos, sino que, seremos nosotros quienes debamos entender a los demás. Los ejemplos sobran.

Permanecer sólo y exclusivamente relacionados con el Grupo es como el típico caso del enfermo que ya curado continúa tomando los medicamentos, pues se ha hecho dependiente de ellos. Algo similar es lo que queremos resaltar.

No se nos malinterprete. No se trata de devaluar o minimizar la fundamental influencia de RENACER en nuestras vidas (por algo estamos hoy acá reunidos) sino de evitar que nuestra existencia se encuentre subordinada y dependiente del  Grupo.

El mundo social y familiar en una primera etapa del duelo, se encuentra terriblemente limitado, cuando no desestructurado o inexistente. En el grupo nos sentimos aceptados, integrados y comprendidos. Y ese es un punto de partida. Comúnmente ello índice a que, al sentimos acogidos en este ámbito, nos genere una dependencia con respecto al mismo. Esto es de lo más natural al comienzo hasta que, poco a poco, esa dependencia se transforme en transitoria.

Ese núcleo social que supone el Grupo es el campo de pruebas para re-aprender a socializarnos. La proyección al mundo exterior será también la tendencia natural en una fase posterior, después de haber perdido la incomodidad o el miedo a los entornos y después de descubrir que hay otros ámbitos perfectamente propicios a los cuales integrarse.

Virtudes como la humildad o la autocrítica será útiles para determinar en qué lugar estamos situados; el dar vueltas exclusivamente dentro del Grupo perdiendo contacto con otros referentes no ayudará a alcanzar el objetivo buscado. Es más, puede que nos de una idea equivocada de donde y como estamos y una caída en esas condiciones será mucho mas doloroso aún.

A manera de conclusión diremos que RENACER dejará el lugar de la utopía e ingresará al campo de la realidad en la medida en que nosotros, habiendo aprendido, hagamos los deberes – es decir apliquemos lo aprendido, ayudados y ayudando, dejando el dolor atrás y redescubriendo nuestra vida con responsabilidad, esa que debe impulsar y condicionar nuestra conducta, nuestros afectos, toda nuestra existencia.

En pocas palabras, construyamos la nueva visión de la vida que esta herramienta nos facilita alcanzar, sin olvidar, que ella sea nuestra propia visión.

El proceso de crecimiento o acompañamiento dentro del Grupo Renacer, pretende descubrirnos como un ser humano auténtico, único, transparente, con capacidad de elección, dimensionando al ser como uno – integral, multidimensional, biológico, psíquico, social y espiritual, con la posibilidad de libertad, de voluntad y sentido de vida.

El papá que llega a Renacer lo hace para que sea él quien, tal vez ayudado, asuma las riendas de su propia vida, descubra su sentido y construya su proyecto. Responda él: quién es… - como se relaciona… y como transforma su realidad, como construye sus utopías y senderos…

Para entenderlo una cita de Eduardo Galeano:

“Un joven le pregunta a su Sensei: - Maestro, para qué sirve la utopía?  Si yo doy un paso, ella se aleja un paso, si doy dos o tres ella se aleja otros tantos.

Y el maestro responde: Para eso sirve la utopía, para andar”

Renacer será entonces, salir al encuentro de una experiencia que nos transforme.

Nosotros nos tropezamos con la muerte que no respeta edad, género, ni clase social. Concebimos el sentido de la vida, como ese latir del corazón que nos motiva y nos impulsa a vivir, haciendo que las circunstancias sean abordadas con coraje y entereza. Luego la vida es una tarea que se hace día a día cuando la persona construye o no construye, tiene presente u olvida la razón por la cual se levanta cada mañana.

Es necesario transformar el dolor de la muerte en amor a la vida, un proceso que, para muchos, puede parecer una verdadera utopía, pero que los papás viejos nos han demostrados que es pura realidad.

El enfoque de RENACER puede aportar significativamente al cultivo de una esperanza realista, porque sin negar los problemas, centra la atención en la fuerza y potencial humano que se pueden acrecentar para enfrentarlos.

La esperanza real no es una vía de escape, sino que nos permite descubrir que existe lo posible, que está, pero escondida a una mirada superficial y pesimista del valor humano. Lo que el matrimonio Berti llama “fuerza indómita del espíritu”.

Por todo lo dicho, debemos considerar al duelo como un proceso integral de la persona basado en nuestra capacidad para tener una idea, un proyecto que nos invite a construirnos desde nuestro día a día.

Sólo entonces podremos:

ENFRENTAR, ACEPTAR Y RESPONDER

Eso, queridos amigos, aunque parezca un sinsentido, es la realidad luego de la utopía.

  Silvana Brandan y Cristian Garcia

            Grupo Renacer Tucumán

exposición hecha en el encuentro realizado en Catamarca en septiembre 2009


¿Como vemos la muerte?


La humanidad a través de siglos de Pensamiento ha adquirido gran sabiduría sobre muchas materias. Ante toda duda existe una certeza para todo ser vivo: La muerte. Para algunos es el final de todo, para otros un paso o tránsito. 

Siendo una Ley Universal integrante de la Vida, y aún sabiendo que el nacimiento lleva irremediablemente a la muerte, el ser humano la huye, denigra, olvida o la niega.

Es natural que intentemos desechar todo lo que nos pueda producir daño, sin embargo negar el duelo (dolo = dolor) que produce el fallecimiento de un ser querido, es huir de una realidad que afecta de forma profunda, real y grave en todos los aspectos: físico, mental y espiritual, a los seres queridos del fallecido.

Otra cosa sería que antes de morir nos educáramos en el hecho de que la muerte es un proceso de la propia vida y la observáramos como algo natural y sin miedos, "viviendo" ese trance como deseemos, tanto por nuestras convicciones morales o espirituales.

Aún así, aunque se trate o medite sobre la muerte, suele suceder que se rechace categóricamente (...eso le pasa a otros).

Como toda causa efecto conlleva, en este caso la negación o la falta de aceptación de la realidad, producirá un gran sufrimiento.


de la web www.amad.es

jueves, 10 de diciembre de 2009

Encendido mundial de velas


El próximo domingo 13 de Diciembre de 2009, se llevará a cabo el encendido mundial de velas, convocado por la agrupación "Amigos Compasivos". Invitamos a todas aquellas personas que deseen participar de dicho evento en el monolito del grupo Renacer Rosario, ubicado en calle Santa  Fe al 3400 a partir de las 18,00 horas.

domingo, 6 de diciembre de 2009

Carta del Doc. Bianchi para el primer fin de año sin nuestros hijos

Por Carlos Juan Bianchi
A mis compañeros de Renacer, muy especialmente a aquellos padres que afrontaran su primer 31 de diciembre sin la presencia física de sus hijos…
La calle tiene un clima distinto, la gente se atarea preparando las celebraciones. Papa Noel esta plantado en las vidrieras, cerca de un árbol navideño, al lado de un turrón, junto a un rollo de papeles para envolver regalos y las tarjetas que auguran felicidad a sus destinatarios. Se escucha un villancico, la vida continua….
Que sucede? Ignoran nuestro dolor? No conocen la existencia de Renacer? No saben que este año ( y muchos de ellos son nuestros amigos, nuestros parientes) no hay nada que celebrar?
No te enojes, no te sientas impotente, no te montes en tu bronca, simplemente ellos tienen la fortuna de no conocer la dolorosa experiencia que vos y yo compartimos. Respetan nuestra pena, pero no saben a ciencia cierta que hacer para ayudarnos, somos nosotros, entonces los que debemos comprenderlos.
El camino del duelo esta poblado de primeras veces, y en vísperas de este primer fin de año debes tomar una difícil decisión, como y con quien pasarlo.
Tal vez tu impulso inicial sea aislarte, meterte en un pozo buscar pastillas que te permitan dormir las fiestas y despertar en enero. Eso (y la experiencia de los que tienen duelos mas lejanos lo pueden corroborar) no le ha servido a nadie.
Debes afrontar. Como? Con valores de actitud como propone la logoterapia. Que son los valores de actitud?, simplemente las actitudes positivas, las que apuntan a la vida. Tratar de superar tu dolor egoísta y solitario, levantar la mirada hacia los seres queridos que felizmente están a tu lado. Ellos necesitan de tu presencia para compartir contigo su nostalgia y su dolor, no quieren una fiesta, desde ya, pero si quieren estrechar filas para poder afrontar juntos estas fechas.
Si no lo haces, no podrás dejar atrás esta primera vez, y el almanaque, implacable, en doce meses volverá a plantearte esta difícil pregunta. No postergues, alguna vez, deberás dejar el pozo y salir de el para poder decirle si a la vida, a pesar de todo.
No desaproveches esta oportunidad, no te dejes manejar por tu ansiedad anticipatoria, ese sentimiento que nos invade en las vísperas de los acontecimientos difíciles llenándonos de expectativas catastróficas, estoy convencido de que si logras mostrarte con actitudes positivas el hecho será menos doloroso de lo que imaginas.
Otra sugerencia que me permito hacerte es que intentes compartir el momento, además de con tus seres queridos, con algunos integrantes de la familia Renacer. Son ellos, y sobre todo al iniciar el camino del duelo, quienes mejor acompañan nuestras vivencias, venimos del mismo lugar, no necesitamos explicarnos nada, y es con ellos, con quien podemos compartir una copa, una lágrima o una sonrisa.
Hace cuatro años, Cuando tal vez tu preparabas con alegría tus fiestas , yo afrontaba mi primer fin de año sin Martín.. estaba en un pozo similar al tuyo, o el mismo pozo, me hubiera gustado recibir una carta, me hubiera servido. Por eso es que hoy te escribo.
Tal vez el año próximo, cuando saliendo de tu protagonismo aflore tu necesidad de dar, te surja el impulso de escribir una carta similar para nuevos compañeros que lamentablemente conoceremos, compañeros que hoy estarán quizás preparando alegremente sus fiestas.
Ya lo ves, la vida continua, y en este tiempo circular los ciclos se repiten.
Ya comienza la ajena algarabía, alzo mi copa, te miro a los ojos, brindo contigo,
En silencio, brindemos por ellos.

sábado, 5 de diciembre de 2009

Apoyo para sobrevivir cuando tu hijo se ha suicidado.


  Una institución norteamericana que apoya en un programa nacional a padres que han perdido  a sus hijos ha  elaborado una breve guía para ser utilizada como documento de trabajo en los grupos de autoayuda en los casos de padres cuyos hijos se hayan quitado la vida.. Hemos tomado esa guía y, con algunas adaptaciones de lenguaje y de concepto y comentarios adicionales la presentamos al grupo como documento de trabajo.
(Daniel y Gabriela Vítolo )

1.- QUE DEBERÍAS SABER RESPECTO DEL SUICIDIO

* El acto definitivo  por el cual una persona se quita la propia  vida nunca puede ser completamente predictible para ninguna persona , hasta que sucede.

* Algunas personas pueden exteriorizar ciertos signos, comportamientos, o  ideas que constituyen advertencias reveladoras respecto a sus intenciones. Sin embargo, dichos signos pueden se tan imprecisos o codificados , que inclusive ara un consultor con experiencia, o un profesional entrenado, pueden pasar inadvertidos.

* La mayoría de los suicidios son reacciones frente a intensos sentimientos de soledad, crisis existencial o económica, desesperación, angustia, temor, la perspectiva de un futuro incierto y aciago, y depresión. Puede parecer-muchas veces-que la causa o el motivo determinante es una situación no grave, o un incidente menor. Pero la causa verdadera es el conflicto interno, y la desesperación,  que en la generalidad de los casos es insondable.

* Muchos padres han tenido la experiencia- en algunos casos- de la frustración creada por años de internaciones y hospitalizaciones, tratamientos médicos y asunción de responsabilidades. Esta realidad puede verse agravada por las dificultades propias de vivir con una persona que está constantemente bajo procesos de depresión.

* El suicidio de personas jóvenes (entre 15 y 24 años) ha crecido más de un 300% desde 1950.

* En los Estados Unidos solamente, se producen cerca de 35.000 suicidios por año, de los cuales 5,000 corresponden a jóvenes entre 15 y 24 años. Igualmente se registran anualmente más de 250.000 intentos de suicidio.

* También en Argentina  ha crecido notablemente el índice de suicidios, y  el que involucra a personas jóvenes. Hace 25años de cada 10 suicidas, uno tenía menos de 18 años. En 1993 de cada cuatro suicidios uno es protagonizado por un menor de 18 años.

2.- DESPUÉS DEL SUICIDIO

    

      * La negación de la realidad, y sentimientos de shock, culpabilidad, rebelón, injusticia, ofensa y depresión son parte de una conducta normal, como reacción frente al dolor que produce la muerte de un hijo. Conocer que tu amor por él no fue suficiente para salvar su vida, puede presentarte sentimientos de impotencia o de fracaso. Sin embargo advierte que, como padre, tu le diste a tu hijo su humanidad con todo lo que ello implica- elementos positivos y negativos- y lo que él hizo con esos elementos fue, en principio, su propia decisión,

* Interpretaciones culturales y religiosas del pasado, y las calificaciones y connotaciones sociales que se otorgan a tales interpretaciones son parte del “estigma” asociado al suicidio. Es importante que enfrentes la palabra suicidio. Enfrentarla te parece hoy más difícil de lo que realmente debería  ser. No te angusties; ello llevará tiempo. Mientras tanto, en lugar de concentrarte en todo aquello que rodea  al “estigma” del “suicidio“, concéntrate en tu propia curación y supervivencia.

* Es fácil y hasta natural que te inclines a sentirte responsable de la decisión de tu hijo, o que responsabilices a tu cónyuge, o a otras personas por ello; pero hacer esto suele ser contraproducente y no ayuda a nadie . Evita también caer en la tentación de esforzarte en buscar una explicación de porqué tu hijo se suicidó.  Tampoco ayuda.

* El suicidio no es hereditario. Es una decisión individual, y una cuestión individual. Sin embargo recuerda que el suicidio de un miembro de la familia puede tener una profunda influencia en otros  miembros de ella.

3.- CULPABILIDAD

* Sentimientos de culpabilidad te asaltarán frecuentemente, y saldrán a la superficie siste- máticamente. Te encontrarás más seguido de lo que imaginas repitiendo la frase: “…si sólo hubiera…”. Es posible que necesites sentirte culpable por un tiempo, hasta que   comprendas y adviertas que tu no eres responsable, así como tampoco culpable de la propia decisión de tu hijo. Algunas veces es absolutamente necesario profundizar un sentimiento para poder, definitivamente  alejarte finalmente de él. Cree en ti mismo. Eres humano y , en consecuencia, admite tus limitaciones.

4.- RESENTIMIENTO

    

* Resentimiento o sentirte “dolido” o “herido ” respecto de tu hijo puede ser una parte natural del trauma, y hasta es frecuente expresar tus sentimientos más profundos de “…Cómo pudiste hacerme esto a mí y cómo pudiste hacerte esto a ti mismo…”. Intente encontrar maneras constructivas para expresar este sentimiento, dando lugar a que la cicatrización de tu herida y tu recuperación , finalmente, puedan tener lugar. Expresa tus sentimientos; permite que “saliendo” tu  sentimiento se agote; llora si quieres y deja que la herida cierre.

     

5.- ¿POR QUÉ?

* Es natural que te preguntes por qué. Y para ti es casi una necesidad. No puedes evitar formular la pregunta, aún cuando conoces que -por lo general – no hay respuestas claras. O que no las encontrarás. Es importante que aprendas a pelear con esa pregunta, y a lidiar con ella, para que finalmente puedas dejarla de lado..Continuar preguntándote “por qué” durante años, puede convertirse para ti en una “obsesión” que resultará destructiva para ti y los que te rodean.

6.- DEPRESIÓN

   * Falta de atención, incapacidad para concentrarte y sentimientos de que no tienes ya nada por que vivir pueden ser partes del proceso de duelo y tristeza. Una actividad física moderada puede ser  un medio de combatir la depresión. Permite que tu familia y tus amigos te cuiden y te brinden cariño. Tu no tienes obligación de ser fuerte. Mantente siempre en estrecho contacto con las personas que aprecias y consideras.

7.- CUESTIONES ESPIRITUALES

* Frecuentemente,  frente a la pérdida de un hijo, y especialmente en los casos de suicidio, los padres se ven sumidos en una profunda crisis de fe, y cuestionan sus creencias religiosas, o sus sentimientos respecto de Dios. El enfrentamiento de la existencia de vida después de la muerte, también es un conflicto que suele salir a la superficie. Interrogarse para determinar “Por qué Dios permitió que esto pasara” no tiene sentido, pues es una pregunta que no podemos, ni estamos en condiciones de responder: como tantas otras preguntas respecto de imperfecciones; en este mundo. Si crees en Dios , intenta rezar para legar a sentir paz interior , en lugar de buscar respuestas. Del mismo modo, es importante, y puede ayudarte, que te contactes con otros padres que han perdido hijos por suicidio, e intercambies con ellos experiencias, sentimientos, y converses sobre los aspectos espirituales de sus propias experiencias,

* Para todo aquello que concierna a las cuestiones espirituales, si eres creyente, busca alguna persona cálida, amable y que no desee juzgarte -ni a ti ni a tu hijo – que sea sacerdote o ministro de tu fe, y ábrele tu corazón.

8.- EJERCICIOS DE SUPERVIVENCIA

* En familia, hablen entre Uds., acerca de la muerte del ser querido; dialoguen sobre su pérdida y su dolor. Recuerden juntos los tiempos buenos, y los no tan buenos, Todos los miembros de la familia sufren su dolor y desarrollan su proceso de duelo de una manera propia. Traten de entender esto. Es mejor expresar los sentimientos que internalizarlos. Llorar es saludable y terapéutico.

* Puede resultarte de ayuda escribir tus propios sentimientos o escribir una carta a tu hijo muerto, expresándole todas las cosas que no pudiste o no supiste decirle antes de su muerte. Para muchas personas , es  una buena manera de decirles adiós

* Deja que los amigos te ayuden. Cuando ellos te preguntan que pueden hacer para ayudarte, no te sientas afligido por decirles realmente cuáles son tus necesidades y como pueden ayudarte. Eso también los ayudará a ellos.

* Puede ser beneficioso llegar a participar en grupos de autoayuda. A través de un accionar común con otras personas que han transitado la misma senda de tu dolor, puedes ganar comprensión de tus reacciones y aprender caminos para superar tu dolor. Busca también ayuda profesional , si ésta resultara necesaria para ti o para tu familia.

* Date tiempo, tiempo… y más tiempo. Lleva meses, inclusive años, abrir tu corazón y tu mente para llegar a superar el dolor. ELIGE  SOBREVIVIR; aunque hoy te parezca algo absurdo. Date tiempo a ti  mismo, y podrás lograrlo.

A los padres de la vida - Gladys y Edgardo

En estos días que se viven, días de fiestas, festejos, brindando por una mejor prosperidad.
Viviendo un ritmo de vida como todos los días.
Pero hay muchos padres, que no sienten esa misma alegría.
Padres que sienten que le han quitado parte de su vida.
Que les es igual el día, la noche, el verano, el invierno.
Buscando respuestas a tanto dolor.
Esas respuestas las encontramos solamente en nosotros mismos.
Somos los únicos que podemos darlas.
Desde lo mas profundo de nuestro ser, ¿qué queremos hacer?
En nuestra actitud esta la respuesta.
¿Qué debemos hacer para transformar tanto dolor en amor?
¿Cómo queremos recordar a nuestros hijos?
Nuestros hijos que fueron la fuente de nuestra alegría.
Si fueron fuente de alegría, amor en cada día.
Nosotros los papas orgullosos de ellos.
Si fueron fuente de alimentación. ¿por qué recordarlos con tanta tristeza?
La partida de nuestros hijos, si nos cambia la vida.
Nos enseña a vivir de otra manera, a pensar y actuar distinto de lo esperado.
Ver y saber que a pesar de...
Somos padres y madres que seguimos viviendo
Que tenemos que ser la presencia permanente de nuestros hijos cada 
día.
Aprender a caminar con ellos
Que sabemos que nunca se separan, que ven a través de nuestros ojos.
Por eso queridos padres que el dolor no nos derrumbe 
Que el amor este por encima de toda tristeza
De todo dolor, bronca e impotencia 
Y que cada uno brinde por su hijo a su manera, como lo sientan,
aunque hayan transcurrido días, meses o años. Ellos lo merecen.
El amor de un padre nunca muere por un hijo
Que todos los padres sientan que nos estaremos acompañando,
En cada momento el uno al otro, Y que tengamos bien claro que, 
La memoria de nuestros hijos es lo que nos impulsa
A seguir viviendo día a día a pesar de todo
Gracias por enseñarnos el camino de la vida, el amor y la humildad.
Queridos padres tengan el corazón y la mente abierta para nuestros 
hermanos de la vida, que en cada lugar que haya un papa doliente debemos estar junto a él.
Eso es darle un sentido a la partida de nuestro hijo.
RENACER: es darle un sentido a la falta de sentido
Gladys y Edgardo

Papas de Gastón

miércoles, 2 de diciembre de 2009

¿El amor puede morir?

Del libro “En la tristeza pervive el amor” de Elisabeth Lukas .

Al igual que el duelo, el amor no es un sentimiento puro. Ni siquiera un sentimiento de dependencia o de ciega servidumbre procedente de los campos del alma enferma. El amor verdadero no conoce la supuesta debilidad de la autoestima ni el correspondiente deseo de apoyarse en alguien firme, como tampoco le es propio el uso o el abuso de otra persona con fines egoístas. El amor verdadero no busca al compañero protector o estimulante, no quiere hijos que exhibir para el provecho propio ni ansía elogios ni ternura para autosatisfacerse. El amor no requiere absolutamente nada, es soberano, porque la «materia» de la que está hecho es el sí modesto y sin condiciones a la persona amada, como una estrella fugaz que sale despedida de los fuegos artificiales de la Creación. El amor es, como reza una opereta alemana, un «poder celestial».
Por todo ello es capaz de hacer lo que sea necesario: dejar ser al otro, dejarlo ir, no retenerlo, con lágrimas en los ojos si es necesario, pero con afecto sincero. El tiempo pasa y el amor permanece; los sentimientos se difuminan y el amor permanece; la muerte deshace los compromisos y el amor permanece. ¿Cómo podría un sí sin condiciones convertirse en un no cuando las condiciones cambian, cuando el otro toma un rumbo diferente, enferma o muere? Aquella parte fundamental de la relación mutua que era amor «sobrevive» incluso al fin de la relación.¿Pero en qué forma «sobrevive»? Ahora ya no resulta tan difícil adivinarlo: en forma de alegre consonancia con el ser presente y pasado del otro, en su recuerdo, en el rezo por él y, sobre todo, en el duelo silencioso por él. «Soy el premio por tus valores. Soy el espejo de tu riqueza. En mí se eterniza tu amor.» Así habla el duelo.

martes, 1 de diciembre de 2009

Credo de los Hermanos

Nosotros somos los hermanos sobrevivientes de los Amigos Compasivos. Nos une la muerte de nuestros hermanos y hermanas. Abran sus corazones a nosotros. Pero tengan paciencia con nosotros. A veces necesitamos el apoyo de nuestros amigos. En otras ocasiones necesitamos el apoyo de nuestros familiares. A veces tenemos que caminar solos.llevando nuestros recuerdos con nosotros y continuando como los individuos que queremos ser.  

No podemos ser nuestro hermano o hermana que ha fallecido: pero una parte especial de ellos vive dentro de nosotros. Cuando nuestros hermanos y hermanas fallecieron, nuestras vidas cambiaron. Estamos viviendo una vida muy diferente a la que habiamos visualizado, y sentimos la responsabilidad de ser fuertes aunque estemos débiles. Sin embargo, podemos continuar porque entendemos mejor que muchos otros el valor de la familia y el regalo de vida. Nuestra meta es que no nos olviden como dolientes que en ocasiones lo somos, sino que caminemos juntos para enfrentar el mañana como hermanos sobrevivientes de Los Amigos Compasivos.


de la página web de "Amigos compasivos"