lunes, 30 de noviembre de 2009

Soledad y silencio


De vez en cuando y por un lapso de toda una mañana o de una tarde entera, sumérgete en baños de soledad y silencio.

 

Es una disciplina excelente que fortalecerá tu espíritu y te ayudará a ir encontrándote con tu ser más profundo y verdadero.

 

No le temas a la soledad. Aprende a amarla. La soledad no existe en realidad para quien sabe poblarla con sus razonamientos y sus meditaciones.

 

Fue el gran poeta español Luis Góngora quien sabiamente dijo:

 

“A mis soledades voy, de mis soledades vengo, porque para estar conmigo me basta mi pensamiento”.

 

Tampoco le temas al silencio. El silencio vitalizará tu mente y tus sistema nervioso, y dotará de solidez y fuerza expresiva a tus palabras cuando salgas de tus treguas de mutismo y tornes a hablar.

 

No es que la relación social sea mala, ni indeseable la comunicación hablada, pero a veces nos metemos y enredamos demasiado en el ajetreo y la palabrería del mundo.

 

Tiende al equilibrio interno y al reencuentro contigo mismo.

 

Regálate de vez en cuando baños de soledad y silencio.

Porqué vivir la vida como mejor persona

"Hay un símil que grafica la situación del hombre después de la muerte de un hijo. 

Digamos que en la mano izquierda llevamos el platillo de una balanza donde están las cosas dolorosas de nuestra vida y en la otra mano llevamos el platillo donde están las cosas positivas de la vida.

Para quien tiene que hacer su viaje por la vida con un platillo de la balanza sobrecargado por las realidades, ya sean biológicas, psicológicas o circunstanciales, que la vida le ha deparado, perece evidente que la mejor forma de ayudarlo no es aliviar el platillo de su destino, hecho por sí imposible de llevar a cabo, sino cargando el platillo de lo que él ofrece a la vida mediante la realización de posibilidades que cumplan la triple condición de ser bueno para la persona, ser bueno para los demás y ser bueno para la vida misma.

Así transita el hombre por la vida como una balanza, donde en un platillo tiene las cosas que el destino le entrega al hombre y en el otro platillo están las cosas que el hombre le entrega a la vida.

Esta imagen es una forma muy gráfica de mostrar como se puede empezar a vivir la vida para ser una mejor persona.

En síntesis, en un lado lo que el hombre recibe y del otro lado lo que el hombre devuelve a la vida.

Cuando muere un hijo, cuando muere un hermano, cuando muere un ser muy querido, el platillo de lo que el hombre recibe de la vida se torna muy pesado y nos inclinamos para ese lado y si pretendemos seguir caminando de esta manera, eventualmente nos quedaremos doblados y así andaremos por la vida.

El platillo de las cosas dolorosas se colma y nos hace contorsionar para sostenerlo, pero así no se puede andar. ¿Cuántos de ustedes han estado caminando así?

Todos ¿no es cierto?

Si me vuelvo una persona negativa, una persona avinagrada, una persona agria, voy a seguir cargando el platillo de las cosas negativas y eso me va a quebrar existencialmente y me va a sumergir en un pozo del cual me va ser muy difícil salir; ese es un camino.

Ustedes habrán visto personas que tienen 20 – 30 – 35 años de duelo que tienen un rostro que da terror, que no hablan con nadie, que no salen de sus casas, que se han vuelto, realmente, pickles en vinagre.

El camino para volver a caminar derecho por la vida, es el cambio existencial, poniendo en el otro platillo de la balanza las mejores cosas; es la única opción porque no se puede quitar lo que ya la vida nos deparó, la única solución para llegar al equilibrio es poner peso en el otro platillo, es decir, donde están las cosas que nosotros devolvemos a la vida.

De las cosas que el hombre puede devolver a la vida, las cosas que tienen mayor peso, son las cosas valiosas; no tienen peso las lágrimas, los llantos, las broncas, los enojos, solamente las cosas buenas que el hombre devuelve a la vida, hacen que ese platillo comience a tener más peso y cuando ese platillo tenga suficiente peso, la vida del hombre vuelve a balancearse.

Entonces, para volver a caminar derecho, luego de perder un hijo, lo que importa es lo que devolvemos a la vida, es lo que hace que los platillos se equilibren, no es lo que ponemos en el otro, pues cada vez que ponemos algo en el otro, lágrimas, llanto, bronca, enojo, aislamiento nos doblamos más.

¿Qué podemos poner en el platillo de suficiente peso para volver a equilibrar nuestra vida?

¡Amor!

En el fondo, si la pérdida de un hijo sirve para que nosotros seamos personas más solidarias, más compasivas, más receptivas al dolor de los demás, entonces esa pérdida habrá adquirido sentido, no será más una pérdida en vano, esa es la clave.

En los caminos que se abren para optar, tenemos cosas valiosas para dar por la vida y tenemos en nombre de quien darlas porque podemos darlas en nombre de nuestro hijo y hacer que el recuerdo de nuestro hijo perdure en la vida.

En el futuro están todas las posibilidades, de las cuales tenemos que elegir aquellas que tengan sentido. Y ¿cuáles son las opciones con sentido?

Aquellas que sean buenas para mí, buenas para los que me rodean y buenas para la vida; si no cumplen esta triple condicionalidad, no es una elección plena de sentido.

Tenemos todas las posibilidades; se nos abren caminos increíblemente luminosos.

Sepan que es así, debemos abrirnos a esas posibilidades, tenemos que abrir los ojos, abrir el corazón y abrir la mente para descubrir que detrás de este dolor que hoy muchos de ustedes están sintiendo, sepan que ahí no se agota todo.

Si se eligen opciones contrarias al sentido voy cargando el plato izquierdo de la balanza, entonces cuando se elige hay que pensar si esto que voy a hacer es bueno para mí, si va a ser bueno para mi familia y si tiene valor para la vida; si es así lo hago, si no, no lo hago.

En consecuencia, tenemos que pensar muy bien que es lo que vamos a entregar a la vida, ¿o no?; nos damos cuenta entonces que lo que el destino nos ha brindado es una realidad de la vida que si bien es cierto que no podemos cambiar, nos queda a nosotros decidir que vamos a hacer con el dolor que me ha producido la pérdida de un hijo.

Ya que lo que pasó no lo puedo cambiar, tengo que pensar qué valores tengo que agregar para que mi balanza se enderece y pueda caminar por la vida derecho, tengo que ponerle más peso existencial, más esfuerzo y trabajar con valores; dedicar mi vida a vivir con valores, entonces uno tiene que pensar cuáles son los valores que vale la pena ser vividos y vivir con esos valores.

Cuando hacemos eso, vamos enderezándonos de nuevo, pero no es que la vida sea más liviana, sino que vamos caminando derechos.

Eso es lo ofrece Renacer, porque Renacer da la oportunidad de estar frente a otra persona que sufre y que me necesita y queda para mi decisión si voy a ayudar o no a esa persona; si frente a mí hay un hermano que me necesita, la pregunta es si lo voy a ayudar o no y si lo voy a ayudar ahora o no; es así: primero, si lo voy ayudar, luego cuándo lo voy a ayudar.

Esas preguntas las tengo que responder en mi corazón y sé que si no respondo esas preguntas, la balanza seguirá torcida.

De la misma manera, sé que si yo hago un esfuerzo y dejo de lado mi dolor, mi pena, mi tristeza, mi culpa y todas las cosas de las que me quejo, para brindarle al hermano que sufre, una sonrisa, un gesto de afecto, un gesto de amor, esa balanza se equilibra, sabiendo que para ayudarlo tengo que dejar de lado mi dolor y entonces mi hijo cada vez estará más presente en mí.

Es ahí cuando me doy cuenta qué es lo que tengo que hacer y cómo tengo que vivir para vivir bien.

En cada gesto de amor, en cada palabra de ayuda, en cada sonrisa que le dedico a la persona que sufre, cada vez más presente, con más fuerza, está Nicolás.

Con cada uno de estos actos la dimensión existencial de Nicolás crece y lo estamos haciendo a raíz de la partida de Nicolás, no antes.

Aunque hayamos sido de esa manera antes, ahora tiene una calidad agregada, ahora hay algo agregado, ahora uno se da cuenta que cuando tiene un gesto así, lo tiene de corazón, no lo tiene por compromiso, no es como antes.

Esa es una manera de recordar a un hijo y hacer que la dimensión existencial de ese hijo, no importa cuan breve haya sido, se acreciente con cada palabra de aliento o de esperanza que sale de nuestros corazones, pues adquiere más valor con cada gesto nuestro, con cada actitud nuestra que nazca del corazón.

Otro camino nosotros no conocemos.

El camino que hemos mostrado es el camino de la plenitud existencial, es el camino en el que uno considera que la vida vale la pena ser vivida.

Esto es lo que nosotros queremos trasmitirles a ustedes y eso es lo que nosotros quisiéramos que ustedes acepten y que tomen como parte del Mensaje, porque eso es Renacer.

Renacer es el lugar donde vamos a dar lo mejor de nosotros en nombre de todos los hijos que con su partida han contribuido a despertar espiritualmente a tantos padres, ayudando a hacer seres solidarios y compasivos, receptivos al dolor de los que sufren, y todo esto, sólo y únicamente por nuestros hijos, los que han partido y los que aún están físicamente con nosotros.

Esto es amor, es ese amor incondicional que ni siquiera necesita de la presencia física del ser amado; así, una vez más, casi sin proponérnoslo, hemos llegado al único mensaje que nuestros hijos nos dejan: Amor.

Y cuando este amor se vuelca a la vida, con toda su tragedia y su belleza, la vida misma nos protege, nos defiende y poco a poco nos damos cuenta que somos parte de ella, que nada sucede porque sí y que, finalmente, estamos en paz con la vida misma.”



Alicia Schneider Berti- Gustavo Berti

gyaberti@calamuchitanet.com.ar



Este es un aporte a la difusión del pensamiento de Renacer, a través de la palabra de los

creadores de los Grupos Renacer, Alicia y Gustavo Berti, noviembre de 2009.



Ulises, Ana y Enrique

De Renacer Congreso – Montevideo Uruguay, “Por la Esencia de Renacer”

domingo, 29 de noviembre de 2009

BORRANDO TIEMPOS VERBALES

Allá por fines de Mayo, Alicia viajó San Nicolás. Para ser más precisa, fue el 25 de ese mes, a la coronación de la Virgen del Rosario. Lo hizo junto a otras personas de ésta ciudad.
En su peregrinación se acordó de mí y compró una vela rosada- supongo-para así tener la excusa de una visita. No es fácil ir a ver a una mamá que perdió a su hijo…
Fue así que antes que finalizara el mes, vino a casa, trayéndome lo que había comprado para mí.Junto a ese recuerdo, ella traía el deseo de que mi sufrimiento fuera disminuyendo, y así me lo expresó el día que vino a verme. También me dijo que ella había perdido a un ser muy querido, que lo echaba muchísimo de menos, pero que solamente el tiempo iba sanando las heridas.
Yo la miraba y pensaba que no era verdad lo que decía… ¿acaso era posible volver a sentirme bien?… ¿volver a sonreír?… ¿volver a proyectar?Ella siguió hablando y de pronto, al ver mis lágrimas dijo:
-“Te doy un consejo….Aunque sé que no deben darse…En mí funcionó… Escuchá… ¿Recordás, cuando íbamos al colegio y nos “torturaban” en la clase de lengua con los verbos?…Bueno, querida…de ahora en adelante, tenés un trabajo…el mismo consiste en dejar de usar dos de ellos”
- Sí, me acuerdo-contesté confundida- pero… ¿qué tiene que ver con lo que me está pasando? ¿o con lo que me decís que te pasó?
“Me refiero a que, de a poco, en este camino que nos toca transitar, debemos tratar por todos los medios de eliminar dos tiempos verbales…En la medida que podamos hacerlo y llevarlo a la práctica… iremos aceptando y daremos consuelo a este corazón, que se ha roto en mil pedazos. Desterrando esos verbos, lograremos, por lo menos no caer en el sufrimiento, aunque el dolor siga. Porque…acá es donde se ve el fruto del trabajo… que consiste en saber diferenciar el dolor del sufrimiento…”
Yo seguía sin comprender…Mirándola…Pensé, por un momento que la pobre no estaba en su sano juicio.
Ella siguió:
-“Anotalo…así no te olvidás…Los tiempos verbales que debemos borrar de nuestra mente son:

EL PRETÉRITO PLUSCUAMPERFECTO Y EL POTENCIAL.”

- Perdoname, pero no comprendo nada…- Atiné a decirle-…Con una sonrisa, de esas que sólo te pueden brindar aquellos que saben lo que estás sintiendo, me dijo:
- -“El Pluscuamperfecto, ¿te acordás?….” y empezó recitar:
“Si yo hubiera o hubiese….si tú hubieras o hubieses… si él o ella hubiera o hubiese….si nosotros hubiéramos o hubiésemos…etc. etc.”
“Ese verbo nos hace sufrir, nos tortura… nos hace creer que la vida de ese ser querido estaba en nuestras manos y no es así…a estos verbos los usamos (y abusamos) los que estamos en duelo…
El otro tiempo verbal es el Potencial, pero esta vez no hablamos de nosotros, sino que lo aplicamos al que partió… y entonces empezamos:
“Tendría…”(tantos años, tal profesión, tantos hijos y todos los etcéteras que se te ocurran)…
”Cumpliría…”(tantos años, tal aniversario de casado)…
“Habría…” (rendido, obtenido su título, contraído matrimonio, festejado….) y la lista es interminable… infinita. Tan larga como deseemos hacerla…
¿Comprendes ahora, querida amiga, lo que es el dolor y lo que es el sufrimiento?
Lleva tiempo, pero no es imposible.
El día que logremos quitar esos verbos de nuestra vida…empezaremos otra etapa del duelo, con más paz. Sin culpas. Sin remordimientos.
No conviene mortificarse. Tendrás que comenzar en algún momento una vida nueva sin esa persona. Tendrás que aprender a vivir sin ella.
No es sano imaginar cómo sería él o ella…la edad que tendría ahora, o lo que podría haber hecho si no hubiera muerto.
Tenemos que dejar de imponerle a ese ser, cosas que tendría que haber vivido o que tendría que haber hecho.
Esos no son sus proyectos, sino los nuestros.
Él o ella se ha liberado de todo eso.”
Sólo nos abrazamos… No pude decirle nada…
Ella se fue…y no volví a verla, pero pronto iré a visitarla.
Iré a decirle ese “GRACIAS” que aquél día no pude pronunciar, que fue ahogado por las lágrimas…
Y también iré a decirle ¿por qué no? …”Querida amiga: algunas veces con sonrisas, otras veces con llanto…quiero que s Ya empecé a borrar verbos de mi lista”


Para Alicia de Lissy (Gracias, amiga….)
Sunchales, 17 de Agosto de 2009.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Valor y Libertad, dos palabras mágicas.

Las palabras son misteriosas, son como un resorte que está inactivo y que contiene energía latente que se libera cuando es accionado.

Como dijo una madre, somos como una planta que va siendo alimentada por el aporte que cada uno va haciendo de cosas que jamás hubiera dicho en otras circunstancias o a otros oídos.

Entre tantas palabras bien dichas y oídas, hubo dos que nos resultaron mágicas: "valor" y "libertad"; no, por no haberlas escuchado antes, sino por el significado que tienen ahora, al liberar la energía secreta que contienen.

Valor, que da un sentido a la vida de nuestros hijos, bajo una circunstancia, que durante su vida terrenal, no se lo dimos tan abarcador como ahora en su estado de latencia potencial.

Libertad, como el momento en el cual nos damos cuenta que la energía que generó esa circunstancia, nos enfrenta a decidir qué hacer con nuestras vidas.

Un obstáculo en el camino, es para unos un escalón, para otros un abismo; sólo cuando es escalón nos permite descubrir nuevos horizontes y es, en ese instante, que, por ser escalón, adquiere valor.

La libertad de decidir sobre nuestra vida se había opacado, oculta como la energía en el resorte; vivíamos absorbidos por las necesidades materiales, unas reales, otras inventadas, para sujetarnos a los intereses de la publicidad, en una cultura espacial basada en las necesidades físicas y coloreada por los deseos materiales.

Ahora, a partir de que hemos sentido poseer la capacidad para decidir que es lo que queremos hacer de nuestras vidas, es que podemos sentirnos dueños de esa vida y construir un proyecto de futuro lleno de esperanza, de esa esperanza que creímos haber perdido en un instante al partir a nuestros hijos.

Libertad para decidir; libertad para decir; libertad para sustraerse de los deseos materiales, no de todos por cierto; libertad para disfrutar de lo elegido; libertad de compartir...

Ese es el nuevo concepto de vida que nos ayuda a ir descubriendo, en nuestro interior, la fuerza vital que mantuvo vivo a Frankl, que según Daisaku Ikeda es "nuestro sostén interior y la manifestación de un poderoso flujo vital".

Dice Daisaku Ikeda en su libro “La Vida un Enigma”:

"El doctor Viktor E. Frankl, profesor de neurología de la Universidad de Viena, fue uno de los muchos judíos arrojados por los nazis en el campo de concentración de Auschwitz. Más tarde, el doctor Frankl escribió un libro en el que hacía la siguiente declaración:

‘Cualquiera que fuese incapaz de creer en su propio futuro estaba destinado a la destrucción.

En ese campamento, si le faltaba un futuro no tenía nada a qué asirse y se derrumbaba por dentro, hundiéndose más y más, tanto física como espiritualmente.'

Sin duda, la confianza que el doctor Frankl sentía en el futuro fue lo que le permitió sobrevivir, pues las esperanzas, los sueños, la fe y un sentido de la propia misión son fuerzas que nos permiten abrir nuestro futuro.”

Según sea el valor que demos a nuestros hijos, será nuestra libertad para vivir plenamente en el futuro.

O, dicho de otra manera, según sea nuestra libertad para vivir plenamente en el futuro, será el valor que demos a nuestros hijos.

Sólo podríamos agregar a esto una palabra también mágica: ¡gracias!

Gracias a nuestros hijos por mostrarnos un camino y gracias a Nicolás que inspiró a sus padres para iluminar ese camino.



Ulises, Ana y Enrique



De Renacer Congreso – Montevideo, Uruguay



“Por la Esencia de Renacer”

HIMNO DE LAUDES AL ANGEL DE LA GUARDA


Angel Santo de la Guarda, compañero de mi vida
tù q nunca me abandonas, ni de noche ni de dia.
Aunque espìritu invisible, se q te hallas a mi lado
escucha mis oraciones y cuenta todos mi pasos.
En las sombras de la noches me defiendes del oscuro
tendiendo sobre mi pecho tus alas de nàcar y oro.
Angel Santo q yo escuche tu mensaje y que lo siga
q vaya siempre contigo hacia Dios q me lo envia.
Testigo de lo invisible, presenciadle cielo amiga,
gracias por tu fiel custodia, gracias por tu compañia.
En presencia de los àngeles, suba al cielo nuestro canto.

Es mi deseo Angel cuides de nuestros hijos tan amados
les indiques el nuevo camino, los cuides, los mimes,
los abraces y beses como lo hacìamos nosotras.
Esa es la ilusiòn que tenemos, ahì està nuestra esperanza
de q ellos no estàn sòlos
de q ellos estan cuidados
esperando el reencuentro tan ansiado.

Los amamos.............los extrañamos............... cuanto!!!!

Los àngeles agradecen nuestra presencia y nos recuerdan q estàn para cuando los necesitemos, no nos olvidemos de ellos.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Programa de actividades del Taller de Cine

Lugar: Centro Cultural "Bernardino Rivadavia" - 

Ubicación: Peatonal San Martín y calle San Juan - Rosario

14,30 Hs. - Recepción y acreditación

15,30 Hs.    Proyección del film "La habitación del hijo"

17,00 Hs.   Taller debate

18,30 Hs.   Lectura de conclusiones


Una pelicula donde seguramente, padres, madres y hermanos, se verán plenamente identificados. una buena propuesta para un sabado a la tarde, ademas de la felicidad, que siempre proporciona, abrazar a una hermano de renacer...
Gracias!!!

TALLER DE CINE


Sábado 14 de Noviembre 2009 Hs.15,30


   “Ctro.Cultural Bernardino Rivadavia”, Peatonal San Martín y calle San Juan - Rosario


Grupo “Renacer”  Rosario presenta:

"La Habitación del hijo"

 

Título original: La stanza del  figlio

País: Italia 2.001

Director: Nanni Moretti

Elenco: Nanni Moretti (Giovanni)  Laura Morante (Paola) Jasmine Trinca (Irene) Giuseppe Sanfelice (Andrea) Silvio Orlando (Oscar)  Claudia Della Seta (Raffaella) Stefano Accorsi (Tommaso) Stefano Abbati (Paciente) Toni Bertorelli (Paciente)  Dario Cantarelli  (Paciente)

Ganadora de la Palma de Oro del festival de cine de Cannes 2001.

Una familia unida que vive en una ciudad pequeña al norte Italia. El padre, Giovanni (Nanni Moretti); la madre, Paola (Laura Morante), y sus dos hijos adolescentes: Irene (Jasmine Trinca), la mayor y Andrea (Giuseppe Sanfelice), el pequeño.

Giovanni es psicoanalista. En su consulta, situada al lado de su apartamento, sus pacientes le confían sus neurosis, que contrastan con la calma de su propia existencia. Su vida se rige por una serie de costumbres o manías: leer, escuchar música, aislarse y agotarse haciendo largas carreras por la ciudad.

Un domingo por la mañana, un paciente llama a Giovanni por una urgencia. No puede salir a correr con su hijo, tal y como le había propuesto, Andrea sale a bucear con sus amigos, pero no volverá…

lunes, 2 de noviembre de 2009

Nuestra Actitud Frente a la Vida

“Se nos ha dicho que cuando perdemos un hijo estamos tan llenos de dolor que no tenemos nada para dar salvo dolor y desesperanza y que ¿cómo podemos ir a un grupo a dar algo de nosotros? 

Esto quizá haya sido cierto hasta que llegó Renacer proponiendo un cambio existencial al sostener que la pérdida de un hijo es una condición permanente, pero el sufrimiento que ello produce no debe ser permanente y que, aún inmersos en la más profunda crisis, siempre nos queda la libertad para decidir la actitud con la que hemos de enfrentar nuestro destino.

Frente a lo irreversible, frente a aquello que no puede ser cambiado, el hombre tiene aún la última de las libertades individuales: la de elegir la actitud con la que ha de enfrentar su destino, a la vez, hacerse responsables de esa elección, y se podrá vivir como si los hijos fueran los artífices para arruinarnos la vida o convertir a los hijos que partieron en un valor, es decir, en algo que nos arrastre hacia nuevos valores orientados hacia el futuro.

La pérdida de un hijo es la crisis existencial más severa por la que un ser humano puede pasar, sin embargo, dentro nuestro, hay recursos interiores tan fuertes, tan increíbles, que se descubren, justamente, frente a una crisis como ésta y nos damos cuenta que se puede, hay cosas hermosas que uno descubre a partir de lo que nos pasó.

Si a nuestro hijo sólo lo dejáramos en el recuerdo del pasado, nos haría daño pues nos tendría atrapados entre recuerdos y sentimientos que no nos ayudarían a enfrentar el presente, el aquí y el ahora; pero, si yo, por mi libre elección lo convierto en un valor, lo veo adelante de mí, como algo que me arrastra, exigiéndome que actúe, que me esfuerce, se convierte así en una fuerza impulsora que me obliga a la acción, a salir para adelante.

Cuando muere un hijo, lo que importa es lo que hacemos de allí en adelante, lo que importa es cómo vivimos nuestra vida a partir de lo que nos pasó.

El vacío que dejan los hijos que se van, a veces lo queremos llenar con algo y no sabemos con qué y lo primero que se nos ocurre es llenarlo con más dolor, con lágrimas, con el llanto desesperado, con depresión o llenarlo con pastillas; si están tomando pastillas por que están tristes, están postergando lo que tarde o temprano han de enfrentar sin pastillas.

Si hay tantos padres que han podido salir, les aseguramos que ustedes también pueden salir, no abandonen la lucha, porque los hijos se lo merecen.

Hemos trabajado con el convencimiento que al enfrentarnos a situaciones límites nos damos cuenta, quizá por primera vez, que somos seres históricos, envueltos en nuestro propio devenir, que la historia ya realizada no puede ser cambiada, que no tiene sentido continuar rumiando eternamente sobre ese pasado, y que la salida existencial yace por delante nuestro, en lo que aún queda por realizar de nuestro futuro, en otras palabras, que la única manera de eliminar la oscuridad es dejando que entre la luz.

Alguien puede tomar la pérdida de un hijo y decir que el hombre es lo que recibe y que el destino lo ha castigado y ahí se terminó todo, o podemos decir que nosotros somos lo que damos a la vida y que la memoria de nuestros hijos es lo que vamos a entregar a la vida.

Tenemos que pensar muy bien que es lo que vamos a entregar a la vida, entonces podemos darnos cuenta que lo que el destino nos ha brindado es una realidad de la vida y que a nosotros nos queda la libertad interior de decidir qué va a hacer cada uno con el dolor que le ha producido la pérdida de un hijo, porque una cosa es lo que a mí me ha pasado y otra cosa es lo que yo decido hacer con eso que me ha pasado, que no es lo mismo.

Nuestros hijos han partido antes de lo que quisiéramos, pero aunque uno se muriera en vida, uno no pode decir que se muere porque se murió su hijo ¡me he muerto porque he elegido morirme después que mi hijo partió!, que es muy distinto, es pues responsabilidad de cada uno de nosotros la actitud que asumamos.

Los papás de Renacer tenemos la responsabilidad de trasmitir una actitud de solidaridad, de amor incondicional, de rescatar el valor de la vida por encima de todo lo que nos pueda pasar, lo tenemos que llevar en nuestra actitud todos los días de la vida, es nuestra responsabilidad trasmitir alegría de vivir, es nuestra responsabilidad trasmitir el valor de la vida y no importa lo que pase afuera, no importan los problemas que haya, yo tengo que tratar de mantener siempre mi mejor actitud y dar siempre lo mejor de mí, en todas las situaciones de la vida.

Al descubrir una vida nueva, al descubrir una persona nueva en nosotros, nuestra conciencia despierta y ya no podemos vivir irreflexivamente ningún momento de nuestra vida, porque ahora sabemos que esto es transitorio, lo sabemos desde adentro, entonces, aunque estemos bien tenemos que estar siempre alertas, siempre con la conciencia despierta, porque si no podemos volver a los vicios anteriores y los falsos valores vuelven a introducirse en nuestra vida y entonces, el dolor por la partida del hijo vuelve a hacerse presente.

Necesitamos tener la conciencia despierta para no estar ausentes allí donde somos espiritualmente necesarios.

Esto es parte de la esencia de Renacer.”





Alicia Schneider Berti- Gustavo Berti

   

Este es un aporte a la difusión del pensamiento de Renacer, a través de la palabra de los

creadores de los Grupos Renacer, Alicia y Gustavo Berti, octubre de 2009.



Ulises, Ana y Enrique

De Renacer Congreso – Montevideo Uruguay, “Por la Esencia de Renacer”

domingo, 1 de noviembre de 2009

A MIS QUERIDOS HERMANOS DEL CORAZON

Los padres cuyos hijos partieron, o no estàn fisicamente entre nosotros, estamos un poco locos.
Tenemos esa locura cercana a la belleza, a la liviandad de los globos aerostàticos, a los barriletes en vuelo, a la ferocidad de las olas maritimas, a las circunferencias sutiles de una mariposa (en griego mariposa y alma tienen el mismo significado), a esa dinàmica constante que nos hace vivir en la presencia de la ausencia.
Carecemos de nmateria puesto que desde ahora la nuestra pertenece al flujo cuàntico del silencio y del misterio. Ya estamos redimidos, por que hemos sido clavados en la cruz y soltados y enterrados y renacidos.
"Llevate en tu mano, para siempre cercana, el esplendor tenaz de la ceniza". La nuestra ha sido entregada y llevada por unas manos traslùcidas.
No importa, nada tendra importancia. Nada, puesto que desde ahora se haràn nuevas todas las cosas (si no te hubiera acompañado al corazòn de tu mundo, jamàs hubiera regresado con esperanza al mìo).
2Dame la flor nacida del dolor, un esplendor en lo real". Dame el no ver con mis ojos mortales. Dame el entendimiento para comprender que sòlo por un instante te has hecho imperceptible a mis ojos. No importa, nada tendra importancia. (con tus manos descorriste los velos de mi conciencia mostràndome que toda separaciòn es ilusioria).
Màs aunque nada vea, lo acepto a esta altura espiritual vertiginosa por que ahì estaràs, aunque nada vea, en la plenitud de tu existencia secreta.
Que incertidumbre, que perturbaciòn o dolor profundo nos trasmuta, finalmente, en dulzura?
Y es tu cuerpo esencia, que siempre queda escondido a mi retina humana, el que me dice salir de mì e ir detràs de ti, buscando. Entonces es preciso detener el aliento, producir un suspenso interior y asomarse al interior profundo, insondable del amor. Por que a esta altura ya handesaparecido todas las palabras. Que otra actitud vital se compara a este puente imperceptible que nos une?
Por esto y por muchas otras cosas estamos un poco locos.
Por que hoy, como siempre, me levantè y desayunè, y salì de mi casa buscando a alguien cuya mano nunca estrecharè, cuyo cuerpo nunca abrazarè y en un acto de fe irrenunciable, aceptè -aunque prentenda no aceptarlo- con paz y con amor esa viva frustraciòn.
Padre mìo, en tus brazos entrego, en silecio y paz, a mi querido hijo.

Con todo mi afecto Eleonora, mamà de Juan Manuel.